Tiempo para el alma

“Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno”. Sal. 44: 2.

Por: Josefina Navarro

Somos creación de dios. Reconozcamos lo que tenemos: nuestros ojos, nuestra vista; nuestra nariz, nuestro olfato; nuestras orejas, la escucha; nuestras manos, nuestras obras; nuestros pies, nuestros pasos; nuestra boca, nuestras palabras; nuestro vientre, nuestros hijos; nuestro cerebro, nuestra inteligencia.

Podría faltarnos algo, pero algo también nos sobra para dar y para recibir. ¡Tenemos tanto por lo cual agradecer a nuestro creador! Si le pedimos, démosle; si le reclamamos, entreguemos a los demás; si le debemos, seamos agradecidos. Nuestro Padre se desvive por nosotros. Y nosotros, ¿qué hacemos en su nombre o qué hacemos para Él? Nuestras obras pueden ser la mejor muestra de nuestra fe y de nuestra gratitud.
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