La historia detrás de la mujer que habría sido asesinada por su hijo

Por: FERNEY MENESES GUTIÉRREZ

Popayan

Nancy Castillo apareció desmembrada dentro de una maleta cerca de su casa, en Popayán.

El lunes 20 de febrero pasado, Nancy Castillo, de 55 años, no llegó a su lugar de trabajo, un pequeño restaurante a la entrada del barrio La Capitana, en el occidente de Popayán. Era mediodía, los comensales terminaban de almorzar y se sentía la ausencia de la alegre señora que desde hace más de un año lavaba los platos.

"Se me hizo raro y yo la mandé a preguntar, a ver si estaba enferma -recuerda Astrid*, la dueña del restaurante-, y nos dijeron que había desaparecido". Desde hace varios meses, Nancy, en agradecimiento por la invitación a un almuerzo, le pagaba lavando platos.

"Ella decía que no podía almorzar gratis, que me colaboraba. Venía al mediodía y a la 1:30 se iba". Al día siguiente la pregunta corrió entre vecinos y amigos, que recuerdan su melodiosa voz por las angostas calles peatonales del barrio al que llegó hace 25 años a construir su casa.

Andrea Martínez*, una de sus mejores amigas, dice que se emocionaba cantando baladas de los 70, su música favorita.

Nancy, que también se ganaba algunos pesos prestando dinero 'gota a gota', era una excepcional cantante e, incluso, en diciembre obtuvo el segundo puesto en el concurso de una emisora local y audicionó para un famoso reality de la televisión.

"Cantaba canciones de Rocío Durcal y su favorita era Amor eterno", dice
Andrea, quien era una niña cuando entró en contacto con Nancy, pues desde la muerte de su abuela, la mujer se le había convertido en una especie de guía.

"La recuerdo como a alguien con ganas de salir adelante; desafortunadamente, con una historia muy triste", relata con pesar.

Además de que sus dos hijos cayeron en la adicción a las drogas, hace un año su esposo, Jorge Osorio, 'Serrucho', le decían, se suicidó. Nunca se supo por qué.

Era una persona muy amable, recuerda Andrea. "Él se quitó la vida en el lugar de trabajo: estaba trabajando en vigilancia y se ahorcó".
Nancy se había ganado el cariño de sus vecinos y, a pesar de sus penurias, en su rostro siempre había una sonrisa.

"Era alegre. Se había recuperado mucho durante el tiempo en que uno de sus dos hijos estuvo en la cárcel. Pero cuando ella volvió a recogerlo a la casa, como ya tenía mujer, decía ella que se había compuesto, que había dejado todo, pero no", comenta María Vargas*, otra amiga de Nancy.

Una noticia trágica

En el barrio todos empezaron a extrañarla; en la tienda, en el restaurante, en las casas de sus amigos. Sus amigos empezaron a poner avisos en los postes y muros del occidente de Popayán, con el fin de dar con una pista de su paradero.

María, Andrea, Astrid y todos los vecinos se unieron en la desesperada búsqueda de Nancy, pero nunca esperaron que la captura de Andrés Felipe Osorio Castillo, de 19 años, uno de los hijos de la desaparecida, empezara a desenredar el ovillo para saber lo que pasó.

El jueves 23 de febrero, el muchacho se robó un reproductor de video, y la llamada de un vecino a la Policía permitió que lo capturaran, pocos metros antes de llegar a la casa donde vivía con Nancy.

Ese día, los desesperados vecinos aprovecharon para contarles a las autoridades de la desaparición de Nancy. Les informaron a los policías que no se sabía nada de la dueña de la casa desde hacía cuatro días, y que ellos habían repartido su foto en volantes, sin ningún éxito. Fueron claves los testimonios de algunos amigos de la mujer, que hicieron que los investigadores interrogaran a una joven de 16 años, al parecer novia de Felipe, el capturado, quien manifestó que estaba retenida contra su voluntad.

A lo largo de varios interrogatorios, la joven empezó a contar detalles de los hechos que rodearon la desaparición de su suegra.

Según su testimonio, la noche del lunes 20 de febrero, a eso de las 9 p.m., Andrés Felipe habría llegado a la casa y luego de discutir con la madre, ya que ella le insistía en que no consumiera drogas, empezó a maltratarla hasta, al parecer, asfixiarla.

De acuerdo con el relato, trasladó el cadáver al patio, donde empezó a cortarle, con un bisturí, la extremidades.

La escalofriante narración de la menor concluyó en que ella, el lunes 27 de febrero, según cuentan los vecinos, condujo a funcionarios de la Fiscalía y la Policía hasta un lote baldío, situado a solo 40 metros de la casa de Nancy, y les indicó el lugar donde había sido depositado el cadáver.

En una maleta, los miembros del CTI encontraron los brazos y la cabeza y, en un maletín rojo, el tronco y las piernas de la víctima.

Los habitantes del barrio La Capitana aún no se reponen de la impresión que les produjo el macabro hallazgo.

Y empezaron a atar cabos y a recordar las repetidas veces en que veían que Nancy presentaba signos de maltrato. María Vargas cuenta que reiteradamente la veía con morados, pero que Nancy siempre le respondía que eran producto de caídas, cuando le daban mareos.

María, con un nudo en la garganta, dice: "Fue la novia de él la que se dio cuenta, ella fue a avisar; si fue el hijo, pues que pague".

Andrea, la persona que quizás mayor vínculo afectivo tuvo con Nancy, dice que las autoridades no deben quedarse quietas: "Por favor, investiguen, que no dejen el asesinato así, es muy cruel ver cómo un tipo tan sádico tiene que llegar y descuartizar a la mamá, como hizo, y tirarla por allá".

Dice que será muy difícil olvidar a Nancy, pues aún no borra la imagen de cuando la vio por última vez, en la que le pidió oraciones a Dios para que el hijo se recuperara.

"Fue la última vez que conversamos con ella, y desde ahí no la volvimos a ver. Su voz no deja de sonar en nuestros corazones", concluye Andrea.

El vacío que dejó la ausencia de Nancy en el barrio se siente en el pequeño altar improvisado que hay en la entrada de su casa.

Por más que se insistió, los familiares de Nancy, cuyas honras fúnebres se efectuaron el miércoles pasado, no quisieron referirse al hecho.

Mientras continúan las investigaciones, Felipe permanecerá detenido. Ricardo Alarcón, comandante de la Policía en el Cauca, manifestó que es un reflejo de cómo las drogas han invadido a muchos jóvenes. "En este momento el caso lo tiene Fiscalía. Él (el hijo de Nancy) tenía una medida de aseguramiento por hurto, y aún no se conocen los resultados de la investigación que lleva la Fiscalía respecto del hecho que lo compromete con la muerte de su madre", precisó.

* Los nombres han sido cambiados a pedido de los entrevistados.
/Fuente: EL TIEMPO- COLOMBIA/
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