AL IGUAL QUE EN BARAHONA: Vendedores se adueñan sin control de calles y avenidas
Santiago. Los planes municipales para desarrabalizar las zonas urbanas caminan a pasos de tortuga mientras vendedores invaden áreas circundantes a calles, para montar todo tipo de negocios.No importa el lugar. Para los vendedores no hay espacios vedados, ya sean escuelas, iglesias, hospitales o instituciones públicas y privadas, sin que haya una autoridad que actúe para rescatar los espacios por donde ciudadanos deben caminar o recrearse.
La lucha para la supervivencia es el argumento de miles de vendedores que montan puestos de café, comidas, ropa, fruteras y otras mercancías, muchos de las cuales se exhiben sin las condiciones adecuadas y sin ningún tipo de supervisión.
Cada uno de los vendedores tiene una historia. Ser padre o madre de familia o desempleado tiene justificación y la hacen valer cuando tienen la oportunidad de referirse a este tema, que no es la primera vez que se debate en Santiago.
Es el caso de Antonia Rodríguez, quien desde que inicia el día ubica sus anafes y demás utensilios en la esquina conformada por la avenida Salvador Estrella Sadhalá y calle República de Argentina, para comenzar su negocio.
Antonia no sabe de urbanismo y mucho menos conoce los planes de readecuación que maneja la alcaldía.
Solo se limita a decir que mantiene limpio el espacio donde está, desde que llega hasta que se va, y alega que paga un tributo de 50 pesos cada semana a las autoridades.
Sus puestos de “frikitaki”, café y una paletera dan la bienvenida a quienes entran a la ciudad de Santiago, por la parte Este, en vía al Monumento a los Héroes de la Restauración.
Planes en espera
Otro que dice ignorar los detalles del plan de entrega de casetas y readecuación de las áreas urbanas es Jhonny Antonio Tavárez, pero aclara que los vendedores ocupan estos espacios porque quieren, sino “porque la situación está difícil y no tenemos otra alternativa para llevar el sustento a nuestras respectivas familias”.
Tavárez vende frutas y alega que a puros ruegos sobrevive, porque “hay pocos que compran en las calles, a pesar de estar a la puerta del último mes del año”, época en la que se prevé un dinamismo económico por el pago de sueldos extras y otros beneficios de los empleados públicos y privados.
Esto sucede mientras se espera que los proyectos de la alcaldía para desarrabalizar plazas públicas lleguen a las avenidas e instituciones.
Ocupación de áreas afecta calles y avenidas
Con relación a la ocupación de las áreas urbanas en Santiago, el vocero de la alcaldía, Luis González Fabra, dijo que los proyectos que se llevan a cabo en el área monumental y las proximidades del Mercado Modelo ayudarán a resolver esta situación. Aseguró que la solución es el alojamiento de los buhoneros de las calles España, 16 de Agosto, Restauración, Duarte y otras en la plaza Lorenzo Vargas, que se construye en el Centro Histórico.
La lucha para la supervivencia es el argumento de miles de vendedores que montan puestos de café, comidas, ropa, fruteras y otras mercancías, muchos de las cuales se exhiben sin las condiciones adecuadas y sin ningún tipo de supervisión.
Cada uno de los vendedores tiene una historia. Ser padre o madre de familia o desempleado tiene justificación y la hacen valer cuando tienen la oportunidad de referirse a este tema, que no es la primera vez que se debate en Santiago.
Es el caso de Antonia Rodríguez, quien desde que inicia el día ubica sus anafes y demás utensilios en la esquina conformada por la avenida Salvador Estrella Sadhalá y calle República de Argentina, para comenzar su negocio.
Antonia no sabe de urbanismo y mucho menos conoce los planes de readecuación que maneja la alcaldía.
Solo se limita a decir que mantiene limpio el espacio donde está, desde que llega hasta que se va, y alega que paga un tributo de 50 pesos cada semana a las autoridades.
Sus puestos de “frikitaki”, café y una paletera dan la bienvenida a quienes entran a la ciudad de Santiago, por la parte Este, en vía al Monumento a los Héroes de la Restauración.
Planes en espera
Otro que dice ignorar los detalles del plan de entrega de casetas y readecuación de las áreas urbanas es Jhonny Antonio Tavárez, pero aclara que los vendedores ocupan estos espacios porque quieren, sino “porque la situación está difícil y no tenemos otra alternativa para llevar el sustento a nuestras respectivas familias”.
Tavárez vende frutas y alega que a puros ruegos sobrevive, porque “hay pocos que compran en las calles, a pesar de estar a la puerta del último mes del año”, época en la que se prevé un dinamismo económico por el pago de sueldos extras y otros beneficios de los empleados públicos y privados.
Esto sucede mientras se espera que los proyectos de la alcaldía para desarrabalizar plazas públicas lleguen a las avenidas e instituciones.
Ocupación de áreas afecta calles y avenidas
Con relación a la ocupación de las áreas urbanas en Santiago, el vocero de la alcaldía, Luis González Fabra, dijo que los proyectos que se llevan a cabo en el área monumental y las proximidades del Mercado Modelo ayudarán a resolver esta situación. Aseguró que la solución es el alojamiento de los buhoneros de las calles España, 16 de Agosto, Restauración, Duarte y otras en la plaza Lorenzo Vargas, que se construye en el Centro Histórico.