Peruanos más pobres dan duro golpe a su clase política
LIMA, 10 abr (EFE).- Los peruanos más necesitados, aquellos que representan el 32% de la población que aún vive en la pobreza, dieron este lunes un duro golpe a su clase política al decidir que la presidencia del país sea disputada en una segunda vuelta por el nacionalista Ollanta Humala y la populista Keiko Fujimori.
El escenario terrible de un enfrentamiento entre el cáncer terminal y el Sida del que habló el año pasado el escritor Mario Vargas Llosa se hizo realidad en unos comicios que, paradójicamente, se celebraron con toda tranquilidad.
Terrible para una gran cantidad de peruanos inmersos en un sistema económico neoliberal que ha convertido a su país en una de las estrellas del crecimiento latinoamericano, con un promedio de 6,5% anual, pero también ha mostrado claramente las fisuras y exclusiones de un desarrollo que no alcanza a muchos.
Y es que a pesar de sus grandes campañas proselitistas, que incluyeron a casi todo el aparato mediático del país, los candidatos defensores del "sistema", como el ex presidente Alejandro Toledo, el ex ministro Pedro Pablo Kuczynski y el ex alcalde Luis Castañeda se dieron hoy de narices contra la realidad de un país inconforme.
A todas luces, y a pesar de los augurios casi apocalípticos de los políticos conservadores y el rechazo ríspido de los ciudadanos que temen perder los avances económicos, los millones de postergados (denominado con las frías siglas como "sectores C, D y E") decidieron que la elección sea ganada por el "antisistema" Humala.
De nada valieron las advertencias que señalan que Humala piensa destruir el sistema económico, romper los contratos con las empresas extranjeras y nacionalizar todo lo nacionalizable si finalmente esos peruanos marginados no gozan de los beneficios de un Perú que brilla a nivel internacional.
Un escenario impensado hasta hace poco llevará a Humala a enfrentarse a Keiko Fujimori, una congresista con gran arraigo popular apuntalado, sobre todo, por el fervor que genera en algunos sectores de la sociedad las políticas asistencialistas de su padre, el ex presidente preso Alberto Fujimori.
Para los seguidores de Keiko, o de Alberto, que para el caso es lo mismo, importa más que el ex presidente "pacificó" al país y mejoró la infraestructura del pueblo más remoto, que el golpe de Estado de 1992 o las acusaciones de violaciones a los derechos humanos que lo llevaron a prisión o la gigantesca red de corrupción de su Gobierno.
Ahora, con la casi confirmación de su enfrentamiento en la segunda vuelta del 5 de junio, se intuye un escenario "muy tenso", según comentó a Efe el analista político Fernando Rospigliosi.
Para Rospigliosi, existe un nivel de rechazo a sus candidaturas muy fuerte, a pesar de lo cual Humala logró hacer "una primera vuelta muy buena" y Keiko mantuvo un inamovible 20% que la catapultó a puertas de la Presidencia.
"Veremos si Humala puede mantener esa campaña en segunda vuelta y, aunque Keiko no ha bajado ni subido, va a tener que hacer una campaña diferente para tratar de conseguir un nuevo rostro", acotó.
El también analista Santiago Pedraglio recordó que Humala ha repetido "e incluso mejorado" en estas elecciones los resultados de su votación de 2006 cuando llegó a la segunda vuelta con el actual presidente Alan García, quien lo venció por un estrecho margen.
"Creo que lo que no va a ser igual es la segunda vuelta, es diferente que Humala se enfrente ahora a Keiko Fujimori, que en 2006 a Alan García, creo que es una ventaja mayor la que tiene, son 8 puntos de diferencia, y no 5 como tuvo en ese momento", explicó.
Para Pedraglio, "el mensaje de la votación es que hay no menos de un tercio de los peruanos que quieren que se produzcan cambios, para también beneficiarse del crecimiento de la economía y de la democracia".
Humala y Keiko "tienen mayor resistencia, pero al mismo tiempo mayor apoyo de los sectores populares, porque es una votación socialmente muy parecida, baja en los sectores A y B y muy alta en los sectores C, D y E", remarcó.
Esto permite determinar, según el analista, que se trata de una votación "socialmente muy semejante".
Sergio Bendixen, otro experto en temas políticos, consideró que el resultado de los comicios llevaba a "una situación bastante irónica, de que el país en Latinoamérica con mayor crecimiento económico, de mayor progreso en muchos sentidos, ahora tiene que elegir entre la hija de un dictador y un candidato que representa a la extrema izquierda".
"En este momento es casi imposible decir qué va a pasar, mucho tendrá con ver con lo que decidan Kuczynski, Toledo y Castañeda, sobre a quién apoyan", dijo al intentar perfilar el futuro de unos comicios en los que, a pesar de sus pasivos y detractores, Humala y Keiko deberán buscar alianzas para alcanzar la jefatura del Estado. EFE
El escenario terrible de un enfrentamiento entre el cáncer terminal y el Sida del que habló el año pasado el escritor Mario Vargas Llosa se hizo realidad en unos comicios que, paradójicamente, se celebraron con toda tranquilidad.
Terrible para una gran cantidad de peruanos inmersos en un sistema económico neoliberal que ha convertido a su país en una de las estrellas del crecimiento latinoamericano, con un promedio de 6,5% anual, pero también ha mostrado claramente las fisuras y exclusiones de un desarrollo que no alcanza a muchos.
Y es que a pesar de sus grandes campañas proselitistas, que incluyeron a casi todo el aparato mediático del país, los candidatos defensores del "sistema", como el ex presidente Alejandro Toledo, el ex ministro Pedro Pablo Kuczynski y el ex alcalde Luis Castañeda se dieron hoy de narices contra la realidad de un país inconforme.
A todas luces, y a pesar de los augurios casi apocalípticos de los políticos conservadores y el rechazo ríspido de los ciudadanos que temen perder los avances económicos, los millones de postergados (denominado con las frías siglas como "sectores C, D y E") decidieron que la elección sea ganada por el "antisistema" Humala.
De nada valieron las advertencias que señalan que Humala piensa destruir el sistema económico, romper los contratos con las empresas extranjeras y nacionalizar todo lo nacionalizable si finalmente esos peruanos marginados no gozan de los beneficios de un Perú que brilla a nivel internacional.
Un escenario impensado hasta hace poco llevará a Humala a enfrentarse a Keiko Fujimori, una congresista con gran arraigo popular apuntalado, sobre todo, por el fervor que genera en algunos sectores de la sociedad las políticas asistencialistas de su padre, el ex presidente preso Alberto Fujimori.
Para los seguidores de Keiko, o de Alberto, que para el caso es lo mismo, importa más que el ex presidente "pacificó" al país y mejoró la infraestructura del pueblo más remoto, que el golpe de Estado de 1992 o las acusaciones de violaciones a los derechos humanos que lo llevaron a prisión o la gigantesca red de corrupción de su Gobierno.
Ahora, con la casi confirmación de su enfrentamiento en la segunda vuelta del 5 de junio, se intuye un escenario "muy tenso", según comentó a Efe el analista político Fernando Rospigliosi.
Para Rospigliosi, existe un nivel de rechazo a sus candidaturas muy fuerte, a pesar de lo cual Humala logró hacer "una primera vuelta muy buena" y Keiko mantuvo un inamovible 20% que la catapultó a puertas de la Presidencia.
"Veremos si Humala puede mantener esa campaña en segunda vuelta y, aunque Keiko no ha bajado ni subido, va a tener que hacer una campaña diferente para tratar de conseguir un nuevo rostro", acotó.
El también analista Santiago Pedraglio recordó que Humala ha repetido "e incluso mejorado" en estas elecciones los resultados de su votación de 2006 cuando llegó a la segunda vuelta con el actual presidente Alan García, quien lo venció por un estrecho margen.
"Creo que lo que no va a ser igual es la segunda vuelta, es diferente que Humala se enfrente ahora a Keiko Fujimori, que en 2006 a Alan García, creo que es una ventaja mayor la que tiene, son 8 puntos de diferencia, y no 5 como tuvo en ese momento", explicó.
Para Pedraglio, "el mensaje de la votación es que hay no menos de un tercio de los peruanos que quieren que se produzcan cambios, para también beneficiarse del crecimiento de la economía y de la democracia".
Humala y Keiko "tienen mayor resistencia, pero al mismo tiempo mayor apoyo de los sectores populares, porque es una votación socialmente muy parecida, baja en los sectores A y B y muy alta en los sectores C, D y E", remarcó.
Esto permite determinar, según el analista, que se trata de una votación "socialmente muy semejante".
Sergio Bendixen, otro experto en temas políticos, consideró que el resultado de los comicios llevaba a "una situación bastante irónica, de que el país en Latinoamérica con mayor crecimiento económico, de mayor progreso en muchos sentidos, ahora tiene que elegir entre la hija de un dictador y un candidato que representa a la extrema izquierda".
"En este momento es casi imposible decir qué va a pasar, mucho tendrá con ver con lo que decidan Kuczynski, Toledo y Castañeda, sobre a quién apoyan", dijo al intentar perfilar el futuro de unos comicios en los que, a pesar de sus pasivos y detractores, Humala y Keiko deberán buscar alianzas para alcanzar la jefatura del Estado. EFE