En el mercado público de Barahona hay comida demás, pero el pueblo no tiene dinero para comprarla
Por: Juan Francisco Matos
En el mercado público de Barahona hay en abundancia productos alimenticios agrícolas, una gran parte de la cual se pierde, debido a la poca demanda por parte del público adquisidor como consecuencia de falta de circulante en el seno de la población, que es atribuida a la no existencia de empresas generadoras de empleos.
En el mercado público de Barahona hay en abundancia productos alimenticios agrícolas, una gran parte de la cual se pierde, debido a la poca demanda por parte del público adquisidor como consecuencia de falta de circulante en el seno de la población, que es atribuida a la no existencia de empresas generadoras de empleos.
Los cúbiculos y mesas de los venduteros del establecimiento comercial cada día lucen repletos de plátanos, guineos, tomates, yautía, yuca, habichuelas, batata, ñame, sandías, lechosas, auyamas, hortalizas, entre otros rubros agropecuarios, lo que demuestra que la producción agropecuaria en la zona, atraviesa por un buen momento.
"En este mercado hay de todo, pero las ventas son muy bajas ya que los pobladores no tienen dinero para adquirir los productos que aquí vendemos: Hay demasiado oferta, pero muy, muy poca demanda", dijo al vendutera Lola María Santana.
En tanto, que Luz Rodríguez y Josefina Pérez, comentaron: "De un tiempo a esta parte, las ventas están por el suelo debido a que la gente no tiene dinero para comprar. Entendemos que esta situación obedece a que en Barahona no hay trabajo, y si la gente no trabaja, no tiene puede comprar".
Otros venduteros de años en el mercado público, expresaron que muchos productos se pudren por la falta de venta, cosa que les ocasiona pérdidas económicas elevadas, "ya que compramos para revender y ganar el sustento familiar".
Los comerciantes, Emilio Sánchez y Migdelia Matos, opinaron que es urgente que el Gobierno dominicano instale industrias en Barahona, incluyendo la del turismo, en que los habitantes de la región Enriquillo tienen cifrada su esperanza.
Buenaventura Moreta, quien se dedica a la venta de carne de cerdo en el establecimiento comercial local, narró que ocho o diez años atrás, el sacrificada tres cerdos, cuyas carnes vendía en un día, pero que ahora mata un solo de los animales y la vende en tres y cuatro días.
"Ya este negocio con el que sostengo mi familia (esposa e hijos), se ha ido a pique porque no hay dinero para comprar, por lo que me veré en la lamentable obligación de retirarme del mismo, para dedicarme a otra cosa más rentable", dijo Moreta.
"Aquí hay de demás productos agrícolas y otros artículos de venta, pero tienen muy poca salida porque la gente carece de recursos para adquirirlos. Periodista, usted ve este mercado lleno de personas, pero no creas que todas andas comprando. Andan mirando, porque no tienen otra cosa que hacer", dijeron por su parte Anastasio Peña y Rebeca Espinosa.