FOGARATÈ: Triste por Hatuey
Me siento triste. Sí, muy triste. Y, como yo, miles y miles de los de mi generación; la heroica de los años 60, la del gran martirologio; la del gran heroísmo; la de las gestas patrióticas más trascendentes; la de los sueños invencibles. Si, triste. Porque desde la gestación de todo lo que hoy son simples recuerdos (lamentablemente eso: simples recuerdos) Hatuey Decamps estuvo presente y sin ningún olvido, a pesar de la renegación, a pesar de las traiciones, a pesar de la degeneración de los ideales que dieron origen a todo esto que ya no somos. Por eso, con más razón, que descanse en paz Hatuey Decamps.
POR: RAMÒN COLOMBO
29 DE AGOSTO, 2016