OPINIÓN: Ante la muerte de un titan
La muerte intempestiva de Ramón Almánzar constituye un golpe lacerante para sus familiares, amigos y allegados, así como para sus compañeros/as de lucha. Ramón es, sin lugar a dudas, uno de esos seres imprescindibles, los que luchan toda la vida por la liberación, por la democracia, la soberanía, la igualdad y el bienestar de nuestro pueblo.
Ramón se nos va físicamente, pero nos deja una práctica y un ejemplo imperecedero, que forman parte del acumulado histórico de nuestros grandes hombres y mujeres. Desde muy joven se integró a la lucha revolucionaria, bajo le bandera de la Línea Roja y el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), y posteriormente del Partido Nueva Alternativa y Patria para Todos. Luchador que concebía la política estrechamente vinculada con las luchas cotidianas del pueblo, supo jugar un papel estelar en sus grandes y pequeños combates por la sobrevivencia y el cambio radical.
A Ramón, lo recordamos firme y resoluto cuando de la liberación nacional y social de nuestro pueblo se trata. Nunca se rindió; nunca se vendió; nunca transigió ante los partidos del sistema, sin importar el matiz ideológico.
Su muerte temprana nos encuentra en una situación propicia para que los sectores sociales y políticos por los, y con los, que luchó puedan avanzar hacia la creación de una nueva situación política e ideológica en el país, que más temprano que tarde ha de expresarse en la construcción de un nuevo sujeto político-revolucionario, capaz de lograr el objetivo supremo de la construcción de una sociedad más humana, más justa, más democrática y más próspera. Entonces debemos y sabremos recordar que entre los nombres de quienes lo hicieron posible, se destaca con letras doradas el de Ramón Almánzar.
A su esposa, sus hijos y compañeros/as de lucha más cercanos/as, dirigimos toda nuestra solidaridad y palabras de aliento, en este momento infausto. ¡Almánzar vive y vivirá en las luchas del presente y del porvenir!
Por Wilson Spencer y Ramón Garrido