¿Donde están los leonelistas?
La soledad fuera del poder puede ser dolorosa, especialmente al ver como los mal llamados “amigos” se alejan al sentir que momentos difíciles se aproximan.
No así en los buenos tiempos, cuando todos se acercan, cuando todos quieren tomarse la mejor foto contigo o quizás tener la oportunidad de compartir un momentito y enrostrarle a todo el mundo lo cerca que se encuentran del “líder”. Pelean por ser sus representantes y cosechar los frutos en el mejor momento, lo que da a entender que solo andaban detrás de una dádiva o cheque.
Leonel Fernández pareciera estar solo y los que dicen ser dueños de su franquicia, ni opinan. Parece que se esfumaron, que se los trago la tierra. Se quedaron sin voz y sin memoria para defender a alguien que los mantuvo como sanguijuelas aferrados a sus puestos.
Este circo mediático de la política dominicana me hizo reflexionar y sentir quizás lo que se siente al alejarse del poder y caer en desgracia.
Una situación similar debió sentir Ignacio de Antioquia al ser arrojado al coliseo por órdenes del emperador Trajano para que fuera devorado por las fieras. Sus amigos se quedaron callados, algunos tal vez miraron desde las gradas cómo las bestias despegaban su carne.
Hoy, el presidente Fernández cargará su cruz sin que exista un cirineo o alguien leal que recuerde con orgullo sus grandes aportes.
Caramba! La lealtad es una virtud que pocos ponemos práctica. ¿Dónde están?
POR EZEQUIEL DÍAZ
*EL AUTOR es dirigente politico. Reside en Boston.