Boca Cachón: -un pueblo modelo- sin agua ni medios de producción
EN JIMANÍ: Bajo el calor del intenso sol, media docena de adolescentes caminaban por el tramo de la solitaria carretera que comunica el nuevo pueblo de Boca Cachón, construido por el Gobierno, con el viejo poblado.
Con rostros curtidos por el sol y sudorosos, los jóvenes explicaron a elCaribe que su objetivo era llegar hasta el deteriorado balneario Boca Cachón, en el pueblo viejo, para darse un baño, porque en el nuevo Boca Cachón están enfrentando problemas para conseguir el líquido.
Hace un año la población de Boca Cachón recibió su acueducto, el cual garantizaría el suministro de agua potable las 24 horas, todos los días del año, al nuevo poblado. Sin embargo, las amas de casa se quejaron porque desde hace varios meses apenas reciben 15 minutos de agua cada dos o tres días.
En ese entonces, el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (Inapa), Alberto Holguín, informó que el acueducto disponía de un tanque de almacenamiento y control de presión de 300 metros cúbicos, con capacidad para unos 80 mil galones de agua.
Viviendas
De acuerdo a algunos moradores, la idea de enfrentar de manera integral la problemática de la crecida del Lago Enriquillo no ha tenido la continuidad prometida por el presidente Danilo Medina.
Altagracia Cuevas lleva toda su vida residiendo en Boca Cachón y asegura que para que el plan gubernamental tenga éxito, deben complementarse las tres dimensiones previstas al inicio, que son: reubicar a las familias afectadas por las aguas; acondicionar terrenos para asentar a los agricultores y controlar las aguas que causan el desbordamiento.
“Hasta ahora, las cosas se han ido cumpliendo a medias, porque hay promesas que no se han cumplido”, dijo Cuevas.
Agregó que se cumplió con la reubicación de las personas, pero los servicios públicos hacen que el nuevo pueblo no sea el modelo que se prometió. Agregó que edificaciones complementarias como el centro geriátrico, una escuela de informática, el centro de atención psicológica a las familias y la estancia infantil no se están usando.
Dejadez
En este pueblo modelo funciona una escuela vocacional auspiciada por las Fuerzas Armadas, donde se imparten múltiples cursos técnicos, entre ellos, belleza, cocina, mecánica automotriz y electricidad. De acuerdo a datos aportados por la dirección del centro de capacitación, de una matrícula de 400 estudiantes, solo el 5% pertenece a la comunidad de Boca Cachón, los demás son de pueblos aledaños, como lo son La Descubierta, Postrer Río y Los Ríos de Neiba.
En cuanto al acondicionamiento de 7, 429 tareas de terreno prometidas por el mandatario, asegura que dicho proyecto está en el limbo, sin que los agricultores sepan los motivos.
El agricultor Alejandro Marte narró a elCaribe las penurias y calamidades que ha pasado su familia desde que el lago Enriquillo devoró su conuco.
“Dada la situación, al igual que el, muchos han tenido que ponerse a vender mercancías en el mercado fronterizo de Mal Paso en Jimaní. En muchos casos, hombres de Boca Cachón se dedican a la quema de carbón”, señaló.
Pidió al Instituto Agrario Dominicano (IAD) cumplir su promesa de darles tierras con sistemas de riego por goteo, un proyecto para la crianza de ovejos y cabras, así como un sistema para cultivar peces en jaulas suspendidas.
Miles de tareas que antes eran grandes plantaciones de coco, plátano, lechosa, yuca y pastos para ganado, aun permanecen bajo las aguas del lago más grande de las Antillas.
Viejo Boca Cachón
Asimismo, en el viejo Boca Cachón, cerca de una veintena de viviendas no fueron afectadas por la demolición tras la mudanza. Allí habitan algunas familias en condiciones deplorables y con carencias de servicios básicos. Algunas familias se quedaron porque mostraron resistencia a la mudanza; y otras, supuestamente no fueron incluidas en el censo realizado en el 2012 para la construcción de las 560 viviendas.
El panorama que presenta el viejo poblado es desolador, debido a que la mayoría de las antiguas casas fueron demolidas para evitar que las vuelvan a habitar. /FUENTE: EL CARIBE/.
POR GENNRIS AGRAMONTE