República Dominicana: tan rica, tan desigual, tan pobre
En SANTO DOMINGO (Rep. Dominicana): Ya no hay dudas ni perspectivas opacas. No quedan nebulosas en la antesala de 2015, año en que culmina el plazo para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En materia de pobreza extrema, está más claro que el agua que el país no conseguirá reducir la tasa al 5.4%, como corresponde según la proporción fijada en el primer objetivo del significativo compromiso.
El certificado de que la pobreza monetaria le ganó esta batalla a las políticas públicas oficiales data de 2008, cuando el ministro de Economía, Juan Temístocles Montás, reconoció en una cumbre de la ONU, en Ginebra, que el país no cumpliría la mayoría de las metas.
El certificado de que la pobreza monetaria le ganó esta batalla a las políticas públicas oficiales data de 2008, cuando el ministro de Economía, Juan Temístocles Montás, reconoció en una cumbre de la ONU, en Ginebra, que el país no cumpliría la mayoría de las metas.
Aunque era temprano todavía, con aquella aceptación se apagaba la expectativa pública sobre la posibilidad de materializar un proyecto que el expresidente Leonel Fernández, que lo asumió, había calificado como "la más valiente decisión ética frente a la pobreza extrema".
Roberto LizRoberto Liz
Se hizo espuma. Contrario a lo esperado, hoy República Dominicana es más pobre que en el año 2000, cuando se establecieron las metas.
En detalle, el objetivo sobre pobreza contemplaba tres metas. La primera, reducir la pobreza extrema a la mitad de lo que suponía en 1990, año a que corresponden los indicadores base de los ODM. En el caso dominicano debía reducirse a 5.4%, pero las proyecciones indican que el próximo año el indicador será de 8.4%, unos tres puntos por encima del objetivo. Lo que esto refleja es que más de 840 mil dominicanos viven, y seguirán viviendo en 2015, con menos de un dólar por día.
La segunda meta era lograr el empleo pleno, productivo y decente para todos y todas, que, lamentablemente, tampoco se cumplirá, con una tasa de desempleo ampliada que actualmente ronda el 15%, y que casi se duplica en la población joven.
El incumplimiento de esta meta explica, en gran medida, el fracaso en la primera, dada la relación estrecha entre pobreza y desempleo.
Mientras la tasa de ocupación general ronda el 48%, la de la población que vive en pobreza extrema está proyectada en 3.7% para 2015, según datos recogidos por el Ministerio de Economía en el último informe de avance en el cumplimiento de los ODM. Es decir, que de cada cien personas que viven en esta condición y tienen edad de trabajar, más de 96 no lo están haciendo.
Aunque en años anteriores el indicador ha sido ligeramente mejor (como en 2009, cuando era 5.4), finalmente no será muy distinto de lo que se registraba en el año 2000, cuando la proporción de población ocupada en los hogares con pobreza extrema era de un 3.2%.
Según las consideraciones del economista Juan Monegro, viceministro de Planificación del Ministerio de Economía, estos rezagos se pueden asociar a que, aunque la República Dominicana se ha caracterizado por un crecimiento constante y elevado de su economía, esa riqueza no se ha dirigido a los sectores que generan empleo y, en consecuencia, impactan más directamente los niveles de pobreza y desigualdad.
Juan MonegroJuan Monegro
Ha ocurrido todo lo contrario. Estos sectores han perdido participación en el PIB desde principios de la década del 90: la manufactura local pasó de ser un 22 a un 18%, la agricultura de 12% a 8% y, la industria de zona franca, de 5% a 3%.
En cambio sectores como las telecomunicaciones y el sector financiero, que se caracterizan por mover mucho capital con escasa mano de obra, han sido el motor del crecimiento económico, aporta Roberto Liz, director general de Desarrollo Económico y Social.
Esto puede ayudar a responder la concurrida cuestión de adónde va buena parte de la riqueza de que tanto alarde hacen los gobiernos en sus informes oficiales, puesto no fue la economía de la mayoría la que creció exponencialmente, sino la de unos pocos muy ricos.
Por eso el incremento del tamaño de la economía y el del empleo no eran similares. Datos del Banco Central socializados por Rafael Camilo en junio pasado indican que en la década 1990-2000 el PIB real fue de 6.7%, y el crecimiento promedio anual del empleo 4.0%; y que entre 2000 y 2013 la economía crecía con un promedio anual de 5.0% mientras el empleo lo hacía con uno de 2.2%. Es decir, que en los últimos años, el empleo creció apenas el 40% de lo que creció el PIB.
Esto sin referirse a la calidad del empleo y ni al salario, que en términos reales se ha reducido, también determinante para reducir la pobreza general, que afecta a un 36.2% de los dominicanos según datos recientes del Ministerio de Economía y el Banco Central.
Monegro entiende que el rezago se debe en gran medida a la crisis financiera de 2003, que aunque fue relativamente corta, generó más 1.5 millones de nuevos pobres.
“En 2003, con la crisis, la pobreza se encaramó por encima del 45%. Eso dio al traste con el esfuerzo que se había hecho en los 90. Posteriormente se recuperó la economía, hubo alto crecimiento económico, pero no hemos logrado bajar la pobreza a los niveles del año 2000, cuando se situaba en un 32%”.
El punto cumbre fue en 2004, cuando la pobreza general alcanzó el 50%. A juicio de María Santana, encargada de Monitoreo del MEPyD, el saldo tan negativo se debió a que el país no contaba con sistemas de protección social y tuvo que enfrentar la crisis desde una indefensión prácticamente absoluta.
María SantanaMaría Santana
Esto, dice, redujo mucho las probabilidades de cumplir las dos primeras metas en materia de pobreza.
Sin embargo, se logró la tercera, que consistía en reducir a la mitad la proporción de personas que sufre hambre. Se trata de la única meta de pobreza que está en verde en el informe oficial de seguimiento a los ODM. Un logro sustancioso, pero también el reflejo de que a las dificultades citadas antes hay que sumarle la implementación de políticas públicas que no eran las más adecuadas para reducir la pobreza y tener un impacto severo en los niveles de desigualdad.
En otras palabras, los gobiernos que ha tenido el país desde el año 2000 han sido torpes al combatir la pobreza, enfocando los esfuerzos más notorios en programas asistencialistas que ayudan a calmar el hambre, pero sin impactar significativamente la pobreza ni la desigualdad.
También es destacable el hecho de que en el último año las cifras de pobreza general y extrema hayan descendido bastante: la primera, de 40.5% a 36.2% entre marzo de 2013 y marzo de 2014 y, la segunda, de 10.3% a 8.6%.
Así lo indica un informe publicado por el Ministerio de Economía en junio pasado, que apunta también que fueron creados 191,275 nuevos empleos, la mayoría en la zona rural (140,000). Sin dudas son mejores datos, pero hay escepticismo en torno a la posibilidad de que sean sostenibles. Sobre todo porque la mayor parte de los empleos (un 52%) fueron generados por la construcción y otros servicios.
Pavel IsaPavel Isa
Por esto, el economista Pavel Isa Contreras sostiene que las mejorías pueden estar más asociadas al programa de construcción de escuelas en las zonas rurales, que está moviendo el grueso de los recursos asignados a Educación en estos momentos, y es un incentivo económico de carácter pasajero. Es decir, que el grueso de los empleos que crea desaparecen cuando termina la construcción y la pobreza mitigada, en consecuencia, volvería a aflorar.
Por otro lado, aún asumiendo estos datos como definitivos, la pobreza sigue siendo un drama descomunal. La República Dominicana le dará la bienvenida al 2015 con sus cerca de cuatro millones de pobres, con un millón de personas viviendo en pobreza extrema (con menos de 1.25 dólar por día) y con sus hambrientos, porque pese a que se alcanzó la meta, todavía cerca de 700,000 ciudadanos padecen hambre.
Sin embargo, en el gobierno todavía hay dudas de que el avance ha sido pobre: “¿Satisfactorio? Eso debemos evaluarlo en 2016”, dice el viceministro Juan Monegro luego de enumerar los factores que han frenado los avances. /Fuente: 7dias.com.do/.
Por Leury Laura Piña