Muro en la frontera con Haiti
Desde que surgió la propuesta de construcción del muro en nuestra frontera con Haití para frenar el éxodo masivo de inmigrantes ilegales haitianos hacia nuestro país, han sido muchas voces que a favor y en contra han hablado sobre el tema creando un turbulencia publica que ha traspasado el interés nacional.
La propuesta, que es considerada por algunos patriotas de pluma fina como ilusión, para este servidor tiene más que sentido y en ciertas medidas resuelve la migración ilegal, bajaría el desempleo informal, porque para nadie es un secreto que gran parte de esa inmigración ilegal toma sobre sus hombros las manos de obras existente aquí en el área de la construcción, el turismo, entre otras.
La migración de por sí es un hecho natural, muchos se desplazan generalmente por cambios económicos y los dominicanos los vivimos con la migración ilegal de cientos de dominicanos hacia Puerto Rico por el fatal canal de la Mona, los que ellos llamaban los mojaos, donde muchos perdieron la vida por entender que ese país poesía mejores condiciones de subsistencia en momentos en que nuestra economía estaba sumida en un limbo economico, cosa esta que hoy ha cambiado.
La propuesta del muro en la frontera debe ser estudia y vista como una solución a esa migración desmedida. España construyo su muro en hormigón en la frontera con Marruecos porque ya no aguantaba la migración y la ilegalidad de los contrabando marroquíes y ha dado resultados. Con esto España busco la manera de proteger su presupuesto de gasto público a largo plazo con la inversión de un muro. Pero también Marruecos tiene su muro de la Vergüenza por otro lado contra la migración de los Saudís, más que todo, política pero migración al fin y cabo.
Estados Unidos para frenar la estrada de ilegales, no solo de México, sino de todo el continente latinoamericano, porque centroamericanos, suramericanos y caribeños viajan hacia México para de ahí, vía los llamados Coyote entrar hacia Estado Unidos. Este pais tuvo que construir su muro fronterizo y asi controlar migración que tanto billones le ha costado.
Muchos han hablado y hablan del fracaso del famoso Muro del Berlin comparando este con los muros migratorios como el de España Y Estados Unidos olvidando que aquel obedecía a una situación de ideología política, donde la presión hacia el paro de migración no la ponía el país que poseía mejores condiciones económicas, en ese caso, Alemania Occidental, sino el país de origen de la migración por mantener cautivos a sus habitantes bajo el yugo de su ideología como lo hacia la antigua socialista República Democrática Alemana, por lo que si se mantuviera hasta hoy la guerra fría, ese muro existiría.
El muro con nuestra frontera es necesario por muchas razones, pero más que todas económicamente. Si seguimos permitiendo esta invasión pacífica y/o dejar que crezca el negocio eterno de nuestras autoridades fronteriza de trasladar ilegales ( porque también hay que decirlo) haitianos y de otras nacionalidades y sumado a estos el contrabando continuo de mercancías y demás cosas por el estilo por una frontera abierta, el presupuesto nacional será pan comido en los primeros meses de cada años en el área de la salud, seguridad y demás.
La cultura agresiva e inhumana del vecino Haiti ya se está viviendo en el país sin asombrarnos en nada. Y que me vean como lo que quieran, ha eso ya estoy acostumbrado, pero decapitar y quemar el cuerpo de una persona, acciones que solo nos asombraban saber, ya hoy no lo hacen porque casi a diario suceden en nuestras ciudades, principalmente de los lugares mas poblados por los inmigrantes del hermanos pais.
Oja podamos invertir a futuro y ver esta propuesta como algo sustentable en el tiempo. El muro con nuestra frontera con Haiti es necesario y lo apoyamos. Como bien dijo un obispo alguna vez “Queramos a nuestros hermanos haitianos, pero de aquel lado”. Construyamos un muro para sobrellevar nuestra economía, madre de toda soberanía e identidad, porque como va aquel país y la vulnerabilidad que sostenemos en la frontera de aquí a par de años no seremos la mitad de estas isla jamás.
Por Hidalgo Rocha Reyes