DOMINGO ESPECIAL: ¿Fue la materia oscura la que acabó con los dinosaurios?
La teoría sobre el motivo de la desaparición de los dinosaurios, que implica la caída de un asteroide o cometa de grandes dimensiones sobre la Tierra, está hoy más que firmemente implantada y cuenta con la aceptación de casi todo el mundo académico. No obstante, saber qué fue lo que provocó esa caída, y por qué parece que existen ciclos de 35 millones de años en los que repiten estas "lluvias de rocas espaciales", es algo que aún espera explicación. Ahora, dos físicos teóricos de la Universidad de Harvard creen haber dado con una posible respuesta que involucra a la materia oscura.
Para estos dos físicos llamados Lisa Randall y Matthew Reece la explicación a la aparente periodicidad de los peligrosos períodos de bombardeo cósmico sobre la Tierra, podría venir de una hipotética forma de materia oscura descrita por ellos mismos (y otros colaboradores) en un trabajo del año pasado, destinado a resolver un rompecabezas cósmico relacionado con ciertas señales de tipo materia oscura, llegadas desde el centro de la galaxia y captadas por el Telescopio Espacial Fermi de rayos Gamma.
Pero volvamos con su trabajo actual. Según la hipótesis que proponen, en la Vía Láctea podría existir un disco fino de materia oscura que el sol (y con él todo el sistema solar) podría atravesar en su constante giro alrededor del centro de la galaxia, que implica por cierto un movimiento serpenteante de ascenso y descenso sobre el plano galáctico (véase imagen superior). Cruzar ese disco, podría alterar el equilibrio gravitatorio en el que se encuentran los objetos de la Nube de Oort, disparando algunos de ellos hacia el interior del sistema solar y aumentando sensiblemente las posibilidades de caída de asteroides en nuestro planeta.
Lo que hicieron Randall y Reece fue crear un modelo matemático de la galaxia que incluía en su centro un disco de esa clase particular de materia oscura, cuyas enormes dimensiones comprenderían un grosor de unos 35 años luz (10 parsecs) y una densidad de una masa solar por año luz cuadrado. Los modelos anteriores no explicaban la periodicidad de 35 millones de años entre las fases de tormentas de cometas, y el propuesto por ambos físicos teóricos en cambio parece coincidir algo más con los registros de cráteres terrestres de impacto acaecidos durante los últimos cientos de millones de años.
De hecho, ambos investigadores compararon los resultados de su modelo (introduciendo un ciclo de 35 millones de años en la periodicidad del cruce del sistema solar, con la hipotética nube de materia oscura incrustada en el plano galáctico) con los cráteres de más de 20 kilómetros de anchura provocados por impacto de asteroides en los últimos 250 millones de años, y los confrontaron con los resultados que podrían darse debido al mero azar. El cociente de probabilidad que su modelo dio como resultado era tres veces superior a la tasa aleatoria.
Obviamente el trabajo es altamente especulativo (algo ligado íntimamente al trabajo de un físico teórico) y para que sus resultados puedan ser tomados en consideración, tendrán que venir observaciones reales que confirmen las predicciones del modelo ahora propuesto, pero Randall y Reece creen la misión Gaia de la ESA, lanzada el año pasado y que va a cartografiar el campo gravitatorio de la galaxia, podría descartar o confirmar en breve la presencia de este disco de materia oscura.
¿Podremos entonces señalar por fin al culpable de la desaparición de los dinosaurios? Podría ser, aunque sin duda aquel evento debería de servirnos como enseñanza. Los terrícolas deberíamos superar nuestras diferencias y emprender un programa planetario de defensa contra la amenaza de destrucción espacial que parece llegar desde el cielo cada 35 millones de años.