Un siglo marcado por las guerras
Por Felipe Mora
VENTANA: ¿Será tan tenebroso el Siglo XXI en cuanto a la proliferación de guerras como lo fue el que le precedió? Al menos en su primera década, esta centuria dio muestras que presagian malos augurios
El Siglo XX marcó al hombre en todos los sentidos. Fue la centuria de los grandes avances científicos y tecnológicos, del desarrollo de la educación, la salud, del empuje económico en todo su esplendor, de superar grandes distancias, de la conquista del espacio, del vertiginoso avance de las comunicaciones. Pero también de las grandes conflagraciones a nivel mundial que dejaron impregnado el sello de la muerte y destrucción en prácticamente todo el mundo.
VENTANA: ¿Será tan tenebroso el Siglo XXI en cuanto a la proliferación de guerras como lo fue el que le precedió? Al menos en su primera década, esta centuria dio muestras que presagian malos augurios
El Siglo XX marcó al hombre en todos los sentidos. Fue la centuria de los grandes avances científicos y tecnológicos, del desarrollo de la educación, la salud, del empuje económico en todo su esplendor, de superar grandes distancias, de la conquista del espacio, del vertiginoso avance de las comunicaciones. Pero también de las grandes conflagraciones a nivel mundial que dejaron impregnado el sello de la muerte y destrucción en prácticamente todo el mundo.
Ha sido el período de la humanidad en que, precisamente, se produjeron los mayores desastres provocados por el hombre, considerado el ser viviente más aventajado del planeta. Además, las enfermedades provocaron millones de muertes.
Desde los mismos inicios del Siglo XX se sucedieron las guerras entre naciones, las guerras civiles, los afanes expansionistas de los imperios, etc. De poco han valido los esfuerzos de Naciones Unidas, la Iglesia católica y otras religiones, cuyo mensaje siempre va dirigido a lograr la paz y convivencia armónica entre los pueblos del mundo.
Cálculos conservadores dan cuenta que desde los mismos inicios de la centuria pasada hasta su final, las guerras provocaron la muerte de más de 130 millones de personas. Más de la mitad de esa cifra (unos 85 millones, según datos que arrojan diversas fuentes) la aportaron las dos guerras mundiales.
En la Primera Guerra Mundial, librada (1914-1918) la cifra de muertos superó los 15 millones, y en la Segunda (1939-1945) fue de más de 70 millones de víctimas fatales.
Europa, que ha servido como faro de luz para las civilizaciones occidentales, fue diezmada y destruida casi en su totalidad por los efectos devastadores de la Segunda Guerra Mundial, de 1939 a 1945. Pero tan solo dos décadas atrás (1914-1918) ya el Viejo Continente había sufrido el terror dejado por los efectos de la Primera Guerra Mundial. Ambas conflagraciones, según cálculos conservadores, provocaron más de 85 millones de muertos.
La guerra civil española fue otro conflicto en Europa que se prolongó durante tres años (1936-1939), y que provocó más de medio millón de víctimas mortales.
Otro conflicto en Europa ya en las postrimerías del siglo se produjo a principios de los años ’90, en la antigua Yugoslavia, lo que devino en llamarse las Guerras dew Yugoslavia y que se extendió de 1991 al 2001, dejando un de más de 200 mil muertos.
El continente asiático también ha sido escenario de guerras de alto riesgo, como la que se libró en Corea entre 1950 y 1953, y que dio lugar a la separación de ese país en dos naciones. Rusia y Japón libraron una guerra comenzando el siglo XX, con saldo de miles de víctimas. Tan solo la guerra de Vietnam, que se extendió a lo largo de dos décadas (1955-1975), causó la muerte entre 3.8 y 5.7 millones de personas, en su inmensa mayoría civiles.
Lo lamentable en toda guerra es que las muertes no se producen solo debido a los combates, sino a la represión en forma de ejecuciones sumarias, incluyendo a civiles.
Momentos siniestros para la especie humana han sido el sitio de Leningrado de 1941 a 1944 por parte de las tropas alemanas, donde murieron más de 2 millones de personas; los exterminios llevados a cabo en los campos de concentración que instaló el terror hitleriano en los países ocupados; el genocidio que protagonizó el régimen de los Kmers Rouges en Camboya (1975-79), donde murieron más de dos millones de personas; los tres años amargos en China (1958-61) en que murieron de hambre millones de personas; las atrocidades que se cometieron en la guerra separatista de la ex Yugoslavia, incluido el sitio a Sarajevo, que se prolongó durante meses.
Pero también el genocidio que constituyó la guerra de Vietnam, sin dejar atrás los conflictos escenificados entre Irak e Irán, Afganistán, pasando por Siria, Egipto, Palestina, Libia, Nicaragua, Guatemala, El Salvador,
El Congo, Ruanda y Burundi, Sierra Leona, Angola, Etiopía, Líbano.
De este lado del mundo en lo que se refiere al continente americano, las guerras han hecho acto de presencia en Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Perú, Ecuador, las Malvinas, República Dominicana (en 1965), Grenada, y en cada caso la cuantía de víctimas mortales y las destrucciones han sido considerables.
Los saldos que arrojan las sucesivas guerras que han tenido lugar en el mundo desde los mismos inicios del Siglo XX, indican que el planeta Tierra se ha encaminado hacia la autodestrucción, en vez de avanzar y exhibir los prodigiosos avances científicos en beneficio de la humanidad.
Entonces, lo que hemos hecho es retroceder con tantas atrocidades provocadas por las ambiciones desmedidas del hombre, en lo que necesariamente toman parte la política, la economía, el militarismo, las ideologías.
De este lado del mundo en lo que se refiere al continente americano, las guerras han hecho acto de presencia en Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Perú, Ecuador, las Malvinas, República Dominicana (en 1965), Grenada, y en cada caso la cuantía de víctimas mortales y las destrucciones han sido considerables.
Los saldos que arrojan las sucesivas guerras que han tenido lugar en el mundo desde los mismos inicios del Siglo XX, indican que el planeta Tierra se ha encaminado hacia la autodestrucción, en vez de avanzar y exhibir los prodigiosos avances científicos en beneficio de la humanidad.
Entonces, lo que hemos hecho es retroceder con tantas atrocidades provocadas por las ambiciones desmedidas del hombre, en lo que necesariamente toman parte la política, la economía, el militarismo, las ideologías.