DOMINGO ESPECIAL: Víctor Manuel Hamilton Feliz, Una vida mil anécdotas
Por Bienvenido Matos Pérez
El mejor activo de un pueblo son sus hombres, los que han tejido con su sacrificio la cultura, las vivencias y lo que representa la más alta escala en los valores y lo que tiene significación para estas comunidades, por ello a lo largo de mi humilde carrera como articulista para los medios digitales, he escrito para resaltar a hombres y mujeres aquellos que se convirtieron en iconos porque pensaron, soñaron y trabajaron para transformar e impulsar su terruño el lugar donde una comadrona enterró su ombligo como suele decirse en nuestro medio.
Una vez me dijo un amigo fraterno – Matos Pérez leo siempre tus artículos y veo que casi nunca tocas el tema político.
El mejor activo de un pueblo son sus hombres, los que han tejido con su sacrificio la cultura, las vivencias y lo que representa la más alta escala en los valores y lo que tiene significación para estas comunidades, por ello a lo largo de mi humilde carrera como articulista para los medios digitales, he escrito para resaltar a hombres y mujeres aquellos que se convirtieron en iconos porque pensaron, soñaron y trabajaron para transformar e impulsar su terruño el lugar donde una comadrona enterró su ombligo como suele decirse en nuestro medio.
Una vez me dijo un amigo fraterno – Matos Pérez leo siempre tus artículos y veo que casi nunca tocas el tema político.
-Tengo mucho trabajo y valoro las cosas que hago, los políticos tienen poca importancia, es la razón porque no gusto ni siquiera mencionarlos por las cosas que mis lectores y usted sabe, me gozo promoviendo valores, proyectando sentimientos, enseñando a la gente a imitar aquellos ciudadanos que desde posiciones a veces humildes han proyectado sus pueblos hacia la integración sin percibir por ellos remuneración económica, solo por amor, por el profundo amor que produce el terruño, la ciudad y cuando se trata de un hombre como el que vamos hoy a conocer uno siente que está en su lugar o que debe ponerse en su lugar, hoy vamos a hablar de Víctor Manuel Hamilton Feliz, Barahonero, de sentimientos nobles, a quien la vida le sorprendió en la sección de Juan Esteban en la playa del Quemaito, por el año de 1936.
Hijo del Dr. Clarence Hamilton Rimer, medico filántropo y humanista y de la Sra. Adolfina Feliz, si la vocación de servicio no se hereda algo debió influenciar para que Víctor Manuel Hamilton Feliz se pareciera tanto a su padre que desarrollo aquí una labor extraordinaria en términos sociales con vocación y desinterés pocas veces vistas en nuestros medios, imagínense ustedes un hombre con 16 hermanos con los cuales mantiene siempre una profunda relación de afecto y cariño que traspasan los límites de la solidaridad y que día a día tiende entre sus familiares y amigos un puente de amor y comprensión que le han permitido ser reconocido familiarmente como el hermano mayor en reconocimiento a su profunda vocación familiar.
Es desde su primera juventud un sinónimo de trabajo, uno de los hombres con más profesiones que ha tenido la sociedad de Barahona en razón que desde los primeros años de su existencia sintió una profunda inclinación al trabajo, ejerció la profesión de pescador, maestro, agricultor, chofer y abogado todas con una enorme inclinación a servir a los demás.
Fue Víctor Manuel desde muy joven un promotor deportivo de condiciones extraordinarias sobre todo en el deporte del beisbol que ha sido uno de sus grandes amores desempeñándose en esta noble actividad como dirigente, jugador, entrenador, arbitro profesional y agitador y organizador de actividades deportivas , con su trabajo en el deporte fue reconocido a nivel nacional como el fanático azul en la época en la que era colaborador del afamado programa “Amalgama de colores en la pelota” tribuna abierta a toda manifestación deportiva que fue durante buen tiempo el programa mas oído de la radio nacional.
En la época de colaborador de “Amalgama de colores en la pelota” fue reconocido como poeta popular por que compuso mas de mil decimas de su inspiración todas destinadas a promover el beisbol profesional y a presentar a los tigres del Licey como el equipo más grande de la pelota dominicana ocasión en la que aprovecho sus escritos para pedir mayor atención para el deporte de Barahona y exigir instalaciones deportivas para su querido pueblo, en ese programa que era un toque de queda en la afición deportiva de los Dominicanos hizo denuncias fuertes sobre la necesidad de llevar el deporte al campo.
Buen padre, buen hijo, mejor hermano, extraordinario amigo ha proclamado con orgullo “Quien no tenga un buen amigo que busque amistad conmigo”, el vecindario de su barrio lo aclama con amor y hay quienes en ese barrio lo han nombrado y hasta se lo creen “Víctor Manuel Hamilton Feliz, el sindico de barrio enriquillo”, como demostración de la alta tasa de aceptación que tiene entre su gente, de la amplia cantidad de anécdotas de la existencia prodiga de este noble ciudadano expongo una que habla de su calidad humana.
Fue un viernes 14 de enero del año 2006 eran casi las 2 de la madrigada, Ring, Ring Ring el teléfono sonó insistentemente, Alo, Alo Doctor me respondió una voz que me pareció conocida aunque no pude identificarla en el momento, te llamo para darte una mala noticia, es tu hermano Emilio Reyes Novas.
-¿Por qué me llamas a esta hora?, porque Víctor feliz acaba de fallecer, -¿Cómo?, si, preparas el panegírico solo tú vas a hablar.
La noticia fue muy fuerte, sentí que se me acababan las fuerzas, dude de la veracidad de la llamada, ¿y si es una broma?, ¿Sera acaso hoy día de los inocentes? Pero tratándose de quien daba la información termine por aceptar el infausto acontecimiento, total todos nos vamos a morir un día pensé a manera de conformidad, a esa hora comencé con mucho pesar demolido en mi interior a escribir el panegírico el que intitule “Palabras para un amigo que se va de la vida” escribí intensamente sobre la vida de un hombre generoso, noble, bueno, en 11 páginas logre resumir una vida cargada de bien y me retire de la mesa de trabajo cuando eran casi las 5 de la mañana, espere que la hora avanzara , después procedí a prepararme, visite la funeraria el Ángel, ninguno tenía conocimiento del fallecimiento encamine a la funeraria sávica y su administrador tampoco sabía, ninguna de las instituciones que ofrecían servicios funerarios tenían conocimiento del caso, opte entonces por trasladarme a la residencia de Víctor, en la puerta me recibió escoba en manos su esposa la honorable Mireya su rostro no denotaba pesar, lucia tranquila, alegre como siempre - ¿Matos Pérez que buscas tan temprano, te pasa algo?
No había terminado de contarle lo sucedido cuanto esta estallo en una carcajada pero y ustedes le hacen caso a reyes novas, Emilio es un loco relajado que juega con reír y hacer reír a la gente, ahora mismo salió Víctor para una audiencia en enriquillo, que Emilio mas ocurrente, le provoco tanta risa la anécdota de Emilio que doña Mireya no noto el cansancio y la preocupación alojada en mi rostro como la expresión de una noticia imprudente e inoportuna.
-Quiero ver a Víctor debo contarle este episodio para que el conozca el tipo de amigo que tiene.
Cuando daba las quejas a Mireya una voz áspera, seca, sonó en mis oídos – Matos Pérez ¡Que buscas tan temprano!, - Te estoy buscando, quiero contarte la barbaridad de tu amigo Reyes Novas, no pude terminar, la misma risa, la misma carcajada se repitió ante mí, -Pero es que ustedes están locos, y yo le voy a hacer caso a reyes novas, y menos a las 2 de la mañana, Emilio es tu amigo y es mi hijo, pero es un cómico y estallo en una nueva carcajada, hizo como dice la gente, lo cogió a risas.
-Tú lo coges a risas porque no has pasado la mala noche ni el susto que yo pase, fajarte a escribir un panegírico para un amigo que tú quieres mucho porque te han informado de su muerte y después es una siempre mentira. – Bueno Matos Pérez respondió Víctor conténtate con que no fuera verdad en cuanto al panegírico mantenlo Bien guardado, total a mi no me quedan más de 4 o 5 meses de vida y Mireya y yo te garantizamos que tan pronto yo muera tu serás quien leerá mi panegírico y estallo en una risa loca como si no hubiese pasado nada, ese es el Víctor Manuel Hamilton que queremos y amamos con el corazón y para quien sus amigos deseamos que no se nos muera nunca.
(Trabajo publicado íntegro como lo envió Matos Pérez, su autor)