DOMINGO. ESPECIAL: Doctor Arturo Grullón y Julia
Por Herbert Stern
EN SANTO DOMINGO: En el año 1915, se escuchaba una danza llamada “que bueno es ver”, compuesta por un señor de apellido Prestol, en agradecimiento al médico que le operó y le devolvió la vista. Ese era el doctor Arturo Grullón y Julia, sin duda el más importante cirujano de principios del siglo XX en nuestro país por sus aportes a la cirugía en general y a la oftalmología en particular, que son enormes.
Estaba dotado de una gran capacidad científica, con un noble y acendrado sentido altruista y una sensibilidad artística significativa. Nacido en Santiago en 1869, dió siempre muestras de vocación artística, por lo que sus padres deciden que sea educado al calor del insigne educador Eugenio María de Hostos, y se graduó en 1884 de la Escuela Normal.
EN SANTO DOMINGO: En el año 1915, se escuchaba una danza llamada “que bueno es ver”, compuesta por un señor de apellido Prestol, en agradecimiento al médico que le operó y le devolvió la vista. Ese era el doctor Arturo Grullón y Julia, sin duda el más importante cirujano de principios del siglo XX en nuestro país por sus aportes a la cirugía en general y a la oftalmología en particular, que son enormes.
Estaba dotado de una gran capacidad científica, con un noble y acendrado sentido altruista y una sensibilidad artística significativa. Nacido en Santiago en 1869, dió siempre muestras de vocación artística, por lo que sus padres deciden que sea educado al calor del insigne educador Eugenio María de Hostos, y se graduó en 1884 de la Escuela Normal.
Es evidente que la formación brindada por Hostos tuvo una gran influencia en el doctor Grullón, por lo que hizo suyo el lema de Hostos: “El amor por principio, el orden por base y el progreso por objetivo”. La pintura fue importante en la vida del doctor Grullón.
Estudiaba pintura en París, Francia, cuando al aprender el dibujo anatómico se decide a estudiar medicina. Allí conoció a José Martí, quien dijo de él que tenía “alma de artista”. A finales del siglo XIX, por motivos de salud, tuvo que viajar a Argel. De esa época es uno de sus cuadros más famosos: “El Moro”.
Al recobrar la salud, regresa a graduarse a París en el 1902. Retorna al país y recibe su exequátur en 1903. Desde que abrió su consultorio en Santiago de los Caballeros inició las cirugías oculares, tales como cirugía de cataratas, de estrabismo y de pterigium (“uñas”); además de efectuar las operaciones que se hacían en la época.
Fue un innovador, realizando la primera raquianestesia en el país. Fue además responsable de educar a la población en la necesidad de que las cirugías se hicieran en una clínica u hospital, y no en las casas particulares, como era costumbre en esa época. Realizó la primera cirugía de gastroenterostomía hecha en nuestro suelo patrio. Ejerció con éxito en Santiago, San Pedro de Macorís y en Santo Domingo, ya que fue director de Hospital Militar del 1914 al 1916.
En los periódicos del 1908 están reseñadas con detalles todas sus operaciones realizadas no solamente en Santiago, sino también en Puerto Plata, San Francisco de Macorís y Santo Domingo.
En el año 1937 ante la visita a nuestro país del doctor Hermenegildo Arruga, el doctor Grullón publicó un artículo acerca de este médico español, en el que expresaba que Arruga era “un entusiasta, un apasionado de la oftalmología a la cual vive exclusivamente consagrado”. En el mismo artículo agrega: “Nosotros conocemos sus presentaciones a la sociedad francesa de oftalmología”.
Se maravillaba, con entusiasmo de las láminas que sobre el desprendimiento de retina publicó el doctor Arruga. Relata asimismo que asistió a la proyección de una película en colores de una cirugía realizada por este doctor, en la que se sorprendió de su calidad quirúrgica y cinematográfica.
A sus 68 años, el doctor Grullón viajó varias veces a Santo Domingo para ver la técnica quirúrgica del doctor Arruga. El doctor Arturo Grullón, fue siempre un hombre dedicado a su profesión, y se quejaba de que no disponía del tiempo necesario para la pintura.
Es un ejemplo a seguir de cómo la tenacidad, la capacidad y la dedicación marcan toda una vida. Este destacado médico dominicano falleció en Santiago de los Caballeros el 14 de julio del 1942 y es recordado como el pionero de la cirugía oftalmológica en la República Dominicana.