¿Quién le pone cascabel al gato?‏


POR: DAVID RAMIREZ SANCHEZ

En vista de que las empresas de Televisión por cables han comenzado aplicar en la facturación el 10% del impuesto  selectivo al consumo a todos sus clientes y como  el dinero es muy importante (y mucho más en estos tiempos de crisis económica), decidí que era el momento de reajustar el paquete en que estaba suscripto, por uno más barato y poder así destinar ese dinero a otros rubros de mayor prioridad en el hogar.

Así que comencé por verificar la cantidad de canales que me ofrecía la compañía de telecables dentro del paquete básico que yo había contratado hace más de diez  años y que religiosamente pagaba mensualmente, pero sobre todo  cuánto costaba cada uno de esos canales a mi bolsillos. Créame amigo lector, que me llevé una gran sorpresa.


Del paquete inicial que contraté, la empresa había sacado o excluido del servicio más de cinco canales y lo peor de todo, sin avisarme. En su lugar había colocado otros canales  de muy poca importancia en su programación, como por ejemplo uno para  vender o comprar vehículos, mientras que dos de los canales del paquete original tenían avisos que había que suscribirse para recibir la señal.

Pero mi sorpresa no terminó ahí. Revisé la lista de canales del paquete básico que eran 131, pero 42 eran canales locales o abiertos, de esos que cualquiera puede sintonizar  con sólo instalar una simple antena en el techo de su casa. También tenía 6 canales religiosos, 5 canales en idiomas extraños o que no hablo, como el japonés,  7 canales de moda, variedades o farándulas, (que es igual a chismes baratos de las estrellas), 3 canales de cocina.

En fin, para no cansarlo, muchos de los canales del paquete básico  eran inútiles (46 en total), para este servidor que sólo  sintoniza los que son culturales, documentales, películas, noticias  y algunos programas de carácter político o económico.

Me excluyeron canales, pero resulta que en vez de bajarme la facturación del servicio, la incrementaron. Comencé pagando por el telecable RD$ 700 y ahora pagaba RD$ 1150, o sea, a razón de RD$ 8.78 por cada canal,  no importando si me gustaran o no.

Consulté con servicio al cliente para ver si podía retirar los canales que no me interesaban y bajar la facturación, pero su respuesta fue que no era posible porque los mismos son pre- instalado y no podían ser quitados ni cambiados. En pocas palabras, lo que quiso decir fue "tómelo o déjelo".

Todas las compañías locales del servicio de cable por televisión tienen un paquete básico y opciones de canales “Premium” que usted puede agregar a partir de ese paquete. Desde su inicio en el 1982, la televisión por cables pasó a ser  también satelital, de ser un  servicio exclusivo para sectores pudientes de la capital, hasta asequibles para los pobres de los pueblos más apartados del país.

Para nadie es un secreto que el servicio de telecables es prestado en forma deficiente y oligopólico.  Creemos que los consumidores  deben tener el  derecho a seleccionar los canales de  su preferencia dentro del  paquete básico y pagar solo por los que está interesado en ver, no por los que esas empresas  les impongan a largo o a corto plazo. También creemos que los canales locales o abiertos deben ser gratis dentro del paquete básico, que los clientes no paguen los días sin servicios, que no obliguen tampoco al cliente a pagar el servicio completo de cable por un año si  decide cancelarlo antes de esa fecha o le recarguen un costo abusivo por la reconexión del servicio.

Que las empresas no interrumpan la programación y abusen con ofertas y publicidad en los canales no abiertos. ¿y quién le pone el cascabel al gato? Proconsumidor y el Indotel deben  regular los precios para que no sean manejados antojadizamente por esas empresas.

Hoy el servicio de televisión por cable o satelital se ha masificado y por ende es necesario que estos  organísmo del Estado, establezcan nuevos reglamentos cuya finalidad sea  la protección y defensa de los intereses de los consumidores, también para que las compañías no abusen de su posición en el mercado.

Al final cancelé el telecable, aunque  existe un anuncio que dice que no hay vida sin telecables, también no es menos cierto que bajo ninguna circunstancia debemos pagar por unos canales que no queremos ver.

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