Incertidumbre en Argelia: finalizó el operativo para rescatar rehenes‏


El asalto del Ejército argelino a la planta gasífera de In Amenas terminó, según la agencia estatal APS. Se desconoce el número de muertos  

Un número indeterminado de personas murieron el jueves al término de la operación de las fuerzas especiales argelinas destinada a liberar a centenas de rehenes secuestrados por un comando islamista, cercano a Al-Qaeda, que se había atrincherado en una planta de gas en el centro este de Argelia.


En el ataque a la planta de gas murieron 30 rehenes, de los cuales siete eran extranjeros. De ellos, dos eran japoneses, otros dos británicos y un francés. Además fueron asesinados 11 terroristas: tres egipcios, dos argelinos, dos tunecinos, dos libios, un francés y un malí, según fuentes de seguridad argelinas, informó Reuters. 

La agencia agregó que fue abatido el jefe del comando que asaltó la planta gasista, el argelino Tahar Ben Cheneb. 

Poco antes, el ministro argelino de Comunicación, Mohamed Said, había anunciado que 34 rehenes habían muerto y varios "terroristas habían sido neutralizados".

Segúna la agencia oficial, el asalto, liderado por las fuerzas especiales, permitió la liberación de cerca de 600 trabajadores argelinos y cuatro extranjeros: 2 escoceses, un keniano y un francés; según fuentes locales. Otras fuentes señalan que "la mitad" de los rehenes extranjeros fueron rescatados, sin dar más detalles.

De acuerdo a Reuters, fuentes oficiales de inteligencia europeas y estadounidenses confirmaron que los yihadistas planearon el ataque antes del comienzo de la operación francesa en Mali y que su objetivo era conseguir un rescate o la liberación de otros terroristas.

Otra agencia, la AFP, cita a un ministro del Gobierno argelino que afirmó que los islamistas que atacaron la planta de In Amenas llegaron desde Libia.

Más temprano, Said había señalado que el ataque fue obra de "terroristas multinacionales para involucrar" a Argelia en el conflicto en Malí, "desestabilizar" el Estado argelino, y "destruir la economía", que depende de los ingresos por hidrocarburos.

Un alto funcionario estadounidense dijo que entre los rehenes extranjeros se encontraban diez estadounidenses y que cinco de ellos están a salvo.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ordenó que se revise la seguridad para los diplomáticos, empresarios y ciudadanos norteamericanos en todo el Magreb y el norte de África. "El mensaje se está dando a todos los ciudadanos estadounidenses y a las empresas estadounidenses", anunció la vocera Victoria Nuland a periodistas.
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