Barahona ya no es Macondo‏



Por David Ramírez

En su libro “Cien años de soledad”, el periodista y Premio Nobel, Gabriel García Márquez, nos narra el desarrollo progresivo de un pueblo ficticio (y alguna vez aislado), llamado Macondo que, al entrar en contacto con el resto del mundo y conocer lo que es  la modernidad,  su miembros quedaron afectados para siempre.

 La modernidad de Macondo se puede relacionar  con lo que ha sucedido en  Barahona con la llegada del Internet, una herramienta que  ha venido sacar a los barahoneros “macondianos” de su aislamiento y dejando atrás un poco de su  ingenuidad.


A pesar de tener detractores (porque son incapaces de presenciar la modernidad y mucho menos de formar parte de ella), son mayoría lo que piensan que  el Internet se ha convertido en una herramienta de vital importancia para la sociedad porque ha roto las fronteras geográficas.

A veces me resulta casi imposible  dejar de establecer cierto paralelismo entre Macondo y Barahona antes y después de la llegada del Internet. Porque gracias a esta tecnología, en apenas segundo, los barahoneros  (también los ausentes o de la “diáspora”, como suelen llamar algunos a los compueblanos que residen en el exterior), pueden enterarse de los últimos acontecimientos o sucesos ocurridos en la provincia.

El uso de esta herramienta  en la vida diaria ha confinado a la humanidad a una  especie de “aldea global”,  algo muy cercano a las predicciones del filósofo canadiense Marshall McLuhan, sobre un mundo en el futuro construido desde nuestro hogar donde nos cruzaríamos permanentemente con todos los lugares y todos los tiempos.

En esa  “aldea global”, Barahona no escapa del mismo porque forma parte de una tendencia que no es más que el de la globalización de la sociedad a través de la  información y el conocimiento. Una muestra palpable de lo que digo es que esta nueva tecnología  ha causado una explosión en  la cantidad de información disponible sobre la provincia de Barahona en muchos buscadores o páginas relacionadas con el turismo.

Otras de las cosas positivas de esta tecnología  es que Barahona se ha convertido en  una  de las provincias de la República Dominicana con la mayor cantidad de diarios digitales y blog informativos. No considero que este hecho sea  fortuito, Barahona siempre ha  tenido  periodistas y comunicadores  bien preparados, dinámicos y arriesgados, aunque debemos admitir que todavía existen algunos que desconfían del internet como herramienta efectiva para comunicar.

Sin lugar a dudas que el Internet ha democratizado un poco la información en Barahona porque ya no está en manos de ningún consorcio o grupo económico.  ¿Entonces, podemos afirmar que  los barahoneros estamos más informados? Si, pero no confundan  más informado con mejor informado. Sin embargo, no siempre fue de esa forma.

Hubo un tiempo (hace 15 o 25 años), que la información no era tan abundante como lo es ahora. Tener noticias frescas de lo que a diario acontecía en la provincia de Barahona  todavía solía ser  una odisea, principalmente para  los barahoneros ausentes o de la “diáspora”.


Los que vivían en la capital u otras provincias del país tenían que sintonizar  los medios tradicionales como los  noticieros de televisión, la radio o leer los periódicos impresos para enterarnos de lo que  sólo ellos estimaban y creían necesario informar a los oyentes o lectores.

Para  la diáspora barahonera la situación era peor, en muchos países (principalmente de Europa), las noticias no viajaba tan rápido como ahora. Muchos barahoneros se enteraban de algunas noticias  ocurridas en la provincia sólo a través  de amigos, cartas o algunas  llamadas telefónicas realizadas a sus parientes.

Pero siempre hay tormenta, siempre hay malos vientos que buscan desterrar  el menor atisbo de progreso o modernidad, como decía un gran poeta. En Barahona, créalo o no, existen sectores económicos  que todavía no ven con buenos ojos la llegada  de esta tecnología porque  acerca aún más a los barahoneros , no importando en qué rincón del mundo se encuentren viviendo.


Quieren que  los barahoneros ausentes y de la diáspora sigan siendo invisibles, que no participen activamente en el desarrollo de su pueblo ni se solidaricen con sus reclamos. No son nimiedades nuestras, sobraron las malas experiencias durante las jornadas de lucha por la rehabilitación de la  playa Saladillas.

Con sus acciones pretenden perpetuar modelos obsoletos de hacer política o informar a los barahoneros. En pocas palabras, sólo buscan  que Barahona siga viviendo en los tiempos oscuros de Macondo.

Pero hoy, gracias al Internet, los periodistas y comunicadores barahoneros pueden escribir e informar  desde cualquier rincón del planeta sobre lo que ellos quieran, sin filtro económico, político, social o religioso. Con el Internet, informar dejó de ser en Barahona un privilegio de unos pocos.

Para este servidor, que ha vivido muchos años lejos de su tierra, el Internet ha desterrado para siempre muchos  años de soledad.


En Barahona no hay forma de restaurar a Macondo, ya no hay vuelta atrás
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