Los servicios del liceo de San Juan están en pésimas condiciones
Paredes rotas y con grafiti, un techo deteriorado, baños dañados,
pasillos sucios, inmueble en mal estado, y puertas y ventanas rotas,
son parte de los problemas del liceo secundario Pedro Henríquez Ureña,
en San Juan de la Maguana, que hace alrededor de cinco años fue
sometido a una reconstrucción que jamás tuvo fin. El recinto luce
completamente abandonado y las filtraciones provocan que los pasillos se
llenen de agua dejando manchas en el techo del plantel que alberga a
4,700 estudiantes.
“Nuestro centro tiene filtraciones de maldad, aquí hace falta iluminación en un 90%, les hemos hecho peticiones a las autoridades, pero solamente se quedan en promesas y promesas, este liceo se ha remozado en varias ocasiones pero han sido prácticamente un engaño”, dijo Marino Rosario, uno de los directores del centro.
Agregó que lo necesario, en el caso, es una reconstrucción responsable porque la primera etapa del liceo empezó a funcionar en 1963 y se completó en el 1978, en los doce años del extinto presidente Joaquín Balaguer Ricardo, y su estructura es fuerte. “La última reconstrucción que se hizo estuvo a cargo de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, en la gestión de Félix Bautista, y a ninguno de los tres directores se nos dijo: tengan, la obra está terminada”, indicó. De su lado el también director, Claudio Alcántara manifestó que “prácticamente el techo se nos está cayendo encima, este liceo deberían declararlo de emergencia”.
Visiblemente preocupado, el director del liceo-técnico explicó que la falta de seguridad también es un dolor de cabeza que afecta el desenvolvimiento normal de las clases atendiendo a que “hay más de 50 millones en equipos y mobiliarios y no aparece un sereno para cuidarlo”.
En la infraestructura funciona un liceo-técnico, modalidad general, nocturno y los sábados se imparte el bachilerato acelerado y nivelación. “El agua de la tercera planta llega a la primera, y le cae a los estudiantes, la biblioteca nuestra está en una condición difícil porque los libros se mojan, hemos tenido también dificultades con los baños, porque generalmente opera uno y dos para una población tan grande, porque la misma situación de la reconstrucción en 2008, los dejó inhabilitados”, indicó el profesor Juan Félix.
Precariedades en la UASD
Otro problema en el ámbito educativo en San Juan de la Maguana, es la falta de equipos, los trabajos inconclusos y la ausencia de un transfer para la planta eléctrica en la recién inaugurada Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)- San Juan.
“Tenemos una dificultad grave que es con relación a la planta eléctrica, si a nosotros se nos va la luz en la noche no tenemos clase, porque no está instalado el transfer de la planta, porque los ingenieros dejaron inconclusa esa parte, por otro lado se quedó de completar la cancha bajo techo, además la universidad necesita un minibús para los estudiantes trasladarse a los diferentes lugares a hacer las prácticas de campo”, refirió Elvira Corporán de los Santos, directora de la UASD-San Juan, a elCaribe.
A pesar del diseño envidiable, el hermoso y acogedor ambiente, la moderna infraestructura carece de los equipos en el área de la enfermería y bioanálisis, mientras que en biología, física y contabilidad, también les faltan instrumentos. Lo relativo a la data está inconcluso, además, parte de su estructura física, como la cancha, no fue terminada.
Otra necesidad del llamado “granero del sur” es la construcción y reconstrucción de escuelas en los diferentes municipios, en especial los de las comunidades más retiradas. En su carpeta, los sanjuaneros plantean crear seis escuelas de capacitación técnico-vocacional.
La universidad tiene más de 7,500 estudiantes
El Centro Universitario Regional del Oeste (CURO-UASD) ofrece unas 18 carreras, seis maestrías y actualmente tiene 7,821 estudiantes. Al hablar de economía el centro de educación superior labora con déficit, ya que el 50% del millón 600 mil pesos de su presupuesto mensual es invertido en nómina, según informó su directora.
La funcionaria dijo, además, que poseen 140 profesores y necesitan otros 30 para reducir la carga de trabajo que representan 70 y 80 alumnos por sesión. Del total de los docentes sólo 43 son residentes y los demás viajeros.
“Nuestro centro tiene filtraciones de maldad, aquí hace falta iluminación en un 90%, les hemos hecho peticiones a las autoridades, pero solamente se quedan en promesas y promesas, este liceo se ha remozado en varias ocasiones pero han sido prácticamente un engaño”, dijo Marino Rosario, uno de los directores del centro.
Agregó que lo necesario, en el caso, es una reconstrucción responsable porque la primera etapa del liceo empezó a funcionar en 1963 y se completó en el 1978, en los doce años del extinto presidente Joaquín Balaguer Ricardo, y su estructura es fuerte. “La última reconstrucción que se hizo estuvo a cargo de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, en la gestión de Félix Bautista, y a ninguno de los tres directores se nos dijo: tengan, la obra está terminada”, indicó. De su lado el también director, Claudio Alcántara manifestó que “prácticamente el techo se nos está cayendo encima, este liceo deberían declararlo de emergencia”.
Visiblemente preocupado, el director del liceo-técnico explicó que la falta de seguridad también es un dolor de cabeza que afecta el desenvolvimiento normal de las clases atendiendo a que “hay más de 50 millones en equipos y mobiliarios y no aparece un sereno para cuidarlo”.
En la infraestructura funciona un liceo-técnico, modalidad general, nocturno y los sábados se imparte el bachilerato acelerado y nivelación. “El agua de la tercera planta llega a la primera, y le cae a los estudiantes, la biblioteca nuestra está en una condición difícil porque los libros se mojan, hemos tenido también dificultades con los baños, porque generalmente opera uno y dos para una población tan grande, porque la misma situación de la reconstrucción en 2008, los dejó inhabilitados”, indicó el profesor Juan Félix.
Precariedades en la UASD
Otro problema en el ámbito educativo en San Juan de la Maguana, es la falta de equipos, los trabajos inconclusos y la ausencia de un transfer para la planta eléctrica en la recién inaugurada Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)- San Juan.
“Tenemos una dificultad grave que es con relación a la planta eléctrica, si a nosotros se nos va la luz en la noche no tenemos clase, porque no está instalado el transfer de la planta, porque los ingenieros dejaron inconclusa esa parte, por otro lado se quedó de completar la cancha bajo techo, además la universidad necesita un minibús para los estudiantes trasladarse a los diferentes lugares a hacer las prácticas de campo”, refirió Elvira Corporán de los Santos, directora de la UASD-San Juan, a elCaribe.
A pesar del diseño envidiable, el hermoso y acogedor ambiente, la moderna infraestructura carece de los equipos en el área de la enfermería y bioanálisis, mientras que en biología, física y contabilidad, también les faltan instrumentos. Lo relativo a la data está inconcluso, además, parte de su estructura física, como la cancha, no fue terminada.
Otra necesidad del llamado “granero del sur” es la construcción y reconstrucción de escuelas en los diferentes municipios, en especial los de las comunidades más retiradas. En su carpeta, los sanjuaneros plantean crear seis escuelas de capacitación técnico-vocacional.
La universidad tiene más de 7,500 estudiantes
El Centro Universitario Regional del Oeste (CURO-UASD) ofrece unas 18 carreras, seis maestrías y actualmente tiene 7,821 estudiantes. Al hablar de economía el centro de educación superior labora con déficit, ya que el 50% del millón 600 mil pesos de su presupuesto mensual es invertido en nómina, según informó su directora.
La funcionaria dijo, además, que poseen 140 profesores y necesitan otros 30 para reducir la carga de trabajo que representan 70 y 80 alumnos por sesión. Del total de los docentes sólo 43 son residentes y los demás viajeros.
En
tanto, los estudiante de los lejanos municipios de San Juan, se quejan
de la falta de transporte para llegar al recinto universitario, problema
al que las autoridades están tratando de buscarle solución.