Latidos

¡Hágase la luz!

Por: Lito Santana

Si de algo pueden sentirse orgullosos los sureños con las obras realizadas por el anterior gobierno de Leonel Fernández, es por la construcción de la carretera que une los valles de San Juan con el de Bahoruco y Barahona. Para muchos esa obra era un sueño irrealizable, pero se convirtió en realidad.

Fernández la inició en su primer período de gobierno (1996-2000), Hipólito Mejía apenas le invirtió unos 29 millones de pesos, movió terrenos en doce kilómetros, y la soltó en banda. Cuando Fernández retornó en el 2004 reinició los trabajos. Con altas y bajas se mantuvieron latentes hasta que pudo inaugurar la obra el pasado 11 de agosto, faltándole algunos detalles que las nuevas autoridades han ido completando poco a poco. Cuando se definía la ruta de la carretera, la gente comenzó a pensar en que “por donde vaya esa obra por ahí también irían los postes del tendido eléctrico que iluminarían los poblados de El Capá, en la provincia de San Juan y las localidaes Cabeza de Toro, El Granado y Guanarate en la provincia Bahoruco”. Ambas obras correrían de la mano. Así pensaban los más optimistas. Los incrédulos no llegaban a vislumbrar ni siquiera la terminación de la carretera. Cuando la obra ya era un hecho, cuando ya por esas empobrecidas comunidades se veían pasar los autobuses, camiones y patanas de todo tipo, los incrédulos cambiaron su discurso, para decir que “hicieron la carretera, pero ni sueñen con que van a poner la luz”. Y como si fuera cosa del destino todavía faltando algunos días para el presidente Fernández despedirse del Palacio Nacional, empezaron a llegar las primeras patanas repletas de postes para el tendido eléctrico que llevará la luz a Cabeza de Toro, El Granado y Guanarate. El Capá tiene luz desde que la carretera avanzó sus primeros kilómetros del lado de San Juan. La celeridad de estos trabajos parece asociada a esa misma velocidad de luz, pues apenas en días ya los postes recorren más del 60 por ciento de la ruta a cubrir. El nuevo Gobierno, encabezado por Danilo Medina, lejos de abandonar esos trabajos, le ha dado un empuje sorprendente.

Es la correcta continuación del Estado que manda a la gestión entrante a concluir los compromisos iniciados por la gestión saliente. De modo que los pobladores de esa zona tendrán motivo para sentirse orgullosos, pues en los tiempos de la creación del mundo se dijo hágase la luz “y por ahí ya se está haciendo”.
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