Con su propio esfuerzo trabajan proyecto agrícola
Azua. Los campesinos de Tábara Abajo intentan demostrar que cuando se quiere se puede. Quieren poner a parir la tierra. Solo piden un empujón gubernamental.Los lugareños de esta comunidad tienen más de 20 años luchando para poner a producir unas 6 mil tareas con todas las condiciones para de dedicarlas al cultivo de diversos rubros. No tenían posibilidades siquiera de habilitarlas para estos fines.
Pero se dispusieron a hacerlo y diligenciaron hace poco que un tractor tipo bulldozer limpiara decenas de tareas. De esta forma, iniciaron los trabajos de desmonte y demuestran al gobierno que realmente tienen interés de vivir de lo que la madre naturaleza pone a su disposición.
Tienen la tierra, la voluntad y los ánimos para trabajar. El problema es que en los predios donde está concentrada la mayor cantidad de tierra no hay ríos ni canales de riego cercanos.
Esto, sin embargo, no ha sido un obstáculo para los planes de estos humildes sureños, quienes, conscientes de esta limitación, tienen en proyecto llevar el agua mediante el sistema de gravedad, desde la central hidroeléctrica Los Toros hasta el terreno donde piensan sembrar plátanos, tomates y otros rubros.
La idea es llevar el agua desde el embalse de la hidroeléctrica hasta las 6 mil tareas, para almacenarla en un reservorio y después aplicar el método de regadío por goteo.
No es tan fácil como se ve y se dice. Los terrenos en esta comunidad son muy accidentados y la distancia entre la hidroeléctrica Los Toros, ubicada en un lugar conocido como Las Hormigas, hasta donde se quiere llevar el agua, es de aproximadamente 6 kilómetros.
Hay montes donde los cambrones y cactus son especies comunes en la espesa vegetación que estos campesinos deberán desafiar para abrirle paso a las tuberías hasta la tierra que desean cultivar.
Esta situación es lo que explica y justifica la petición de unos 130 hombres y mujeres de Tábara Abajo y otras comunidades vecinas, de que el gobierno los ayude a materializar el sueño de trabajar la tierra con las condiciones básicas adecuadas para desarrollar cualquier proyecto agrícola.
“Necesitamos la ayuda del gobierno para poder pone el agua, ya sea con tubos o con pozos tubulares”, señala Julio Antonio Lemos, director de la junta municipal de Tábara Abajo y presidente de la Asociación La Esperanza, entidad que organiza y ejecuta todo lo relacionado con este proyecto.
Los terrenos habilitados actualmente son el resultado del esfuerzo de cada uno de los miembros de esta asociación y con algunos aparatos facilitados por el Instituto Agrario Dominicano (IAD), dependencia oficial que en el 1998 otorgó un título provisional para que estas personas pongan a producir estos terrenos baldíos. El proyecto contempla edificar un barrio donde vivirán los socios.
Además del agua, ellos necesitan otras ayudas
De las 6 mil tareas, apenas 500 son cultivadas actualmente, gracias al canal La Ceibita, desde donde son regados los cultivos. Aunque estas personas aseguran que su principal problema es el agua para mojar la tierra, no es menos cierto que igualmente necesitarán otros recursos que el gobierno deberá atender.
José Lemos, hermano de la principal autoridad de Tábara Abajo, sabe bien que solos no podrán sacar adelante este proyecto. “Entendemos que podemos ayudar al desarrollo de la comunidad. Se trata de un proyecto amplio y solo contamos con el esfuerzo propio de la asociación”, dijo.
Pero se dispusieron a hacerlo y diligenciaron hace poco que un tractor tipo bulldozer limpiara decenas de tareas. De esta forma, iniciaron los trabajos de desmonte y demuestran al gobierno que realmente tienen interés de vivir de lo que la madre naturaleza pone a su disposición.
Tienen la tierra, la voluntad y los ánimos para trabajar. El problema es que en los predios donde está concentrada la mayor cantidad de tierra no hay ríos ni canales de riego cercanos.
Esto, sin embargo, no ha sido un obstáculo para los planes de estos humildes sureños, quienes, conscientes de esta limitación, tienen en proyecto llevar el agua mediante el sistema de gravedad, desde la central hidroeléctrica Los Toros hasta el terreno donde piensan sembrar plátanos, tomates y otros rubros.
La idea es llevar el agua desde el embalse de la hidroeléctrica hasta las 6 mil tareas, para almacenarla en un reservorio y después aplicar el método de regadío por goteo.
No es tan fácil como se ve y se dice. Los terrenos en esta comunidad son muy accidentados y la distancia entre la hidroeléctrica Los Toros, ubicada en un lugar conocido como Las Hormigas, hasta donde se quiere llevar el agua, es de aproximadamente 6 kilómetros.
Hay montes donde los cambrones y cactus son especies comunes en la espesa vegetación que estos campesinos deberán desafiar para abrirle paso a las tuberías hasta la tierra que desean cultivar.
Esta situación es lo que explica y justifica la petición de unos 130 hombres y mujeres de Tábara Abajo y otras comunidades vecinas, de que el gobierno los ayude a materializar el sueño de trabajar la tierra con las condiciones básicas adecuadas para desarrollar cualquier proyecto agrícola.
“Necesitamos la ayuda del gobierno para poder pone el agua, ya sea con tubos o con pozos tubulares”, señala Julio Antonio Lemos, director de la junta municipal de Tábara Abajo y presidente de la Asociación La Esperanza, entidad que organiza y ejecuta todo lo relacionado con este proyecto.
Los terrenos habilitados actualmente son el resultado del esfuerzo de cada uno de los miembros de esta asociación y con algunos aparatos facilitados por el Instituto Agrario Dominicano (IAD), dependencia oficial que en el 1998 otorgó un título provisional para que estas personas pongan a producir estos terrenos baldíos. El proyecto contempla edificar un barrio donde vivirán los socios.
Además del agua, ellos necesitan otras ayudas
De las 6 mil tareas, apenas 500 son cultivadas actualmente, gracias al canal La Ceibita, desde donde son regados los cultivos. Aunque estas personas aseguran que su principal problema es el agua para mojar la tierra, no es menos cierto que igualmente necesitarán otros recursos que el gobierno deberá atender.
José Lemos, hermano de la principal autoridad de Tábara Abajo, sabe bien que solos no podrán sacar adelante este proyecto. “Entendemos que podemos ayudar al desarrollo de la comunidad. Se trata de un proyecto amplio y solo contamos con el esfuerzo propio de la asociación”, dijo.