A un mes de las elecciones presidenciales en Venezuela

Hugo Chávez y Henrique Capriles entran en la recta final de la carrera por la presidencia.

La voz del candidato-presidente Hugo Chávez resuena: "¡Más jalabola (chupamedias, en referencia al candidato opositor Henrique Capriles) serás tú, majunche (poca cosa)!". Y repite bajo total paroxismo: "¡Ay majunche, no sabes contra quién te has metido! ¡Jalabola, mil veces jalabola!".

A ese nivel, que ya roza el insulto, está llegando la batalla por la Presidencia de Venezuela, a un mes de que los locales vayan a las urnas, el próximo 7 de octubre.

La dura réplica de Chávez fue la respuesta al discurso de su rival, quien afirmó, ante centenares de funcionarios públicos, que "no quería trabajadores jalabolas, sino que se sientan orgullosos de trabajar para Venezuela".

"Chávez es un caballo cansado sin propuestas de futuro", grita Capriles.

Este ha sido uno de los más recientes episodios de choque verbal entre los dos candidatos, en medio de un clima de desconfianza que tiene, en el dudoso nivel de los resultados de las encuestas, a uno de sus principales protagonistas. Mientras hay firmas que le dan a Chávez una ventaja de 18 puntos, hay otras que ponen a ambos en empate técnico o en, al menos, una diferencia que no supera los 5 puntos.

Lo claro es que el elemento común de casi todos los estudios es que Capriles crece, mientras que Chávez se mantiene con el mismo porcentaje o baja ligeramente. La razón: que Capriles está siendo más efectivo en la búsqueda de los indecisos.

"Con un estilo sosegado, sobrio y corto, en absoluto contraste con el de Chávez, ha logrado tomar el pulso del país y este, a su vez, se lo ha tomado a él", escribió el director del diario TalCual, Teodoro Petkoff. Sin embargo, este duro contradictor de Chávez asegura que "estas empresas encuestadoras siempre se prestan al juego electoral" y que la mayoría de ellas "no son de fiar".

Analistas chavistas, como el exministro Jesse Chacón, hoy director del Grupo de Investigación Social XXI, que también hace encuestas, opinan que el famoso voto de los indecisos, o de los 'ninis', como se les conoce, no será tan importante en estas elecciones: "La brecha que separa a los dos candidatos hoy es mayor que el porcentaje de indecisos, cifra que se ubica entre 15 y 20 por ciento, por lo que para Chávez no es una prioridad".

El problema es que las encuestas tampoco se ponen de acuerdo en el porcentaje de indecisos, que oscila entre cero y 23 por ciento, un margen muy poco fiable.

Por su parte, el politólogo Carlos Romero le dijo a Efe que "las encuestas se han politizado mucho". Para él, uno de los aspectos más interesantes es que Capriles ha crecido en los más recientes sondeos, "aunque está por verse si la curva de crecimiento del opositor llegará a coincidir con la de Chávez, quien presenta un estancamiento". El temor para él, y para muchos analistas, es que el 7 de octubre se dé un 'cabeza a cabeza', un escenario en el que se podría generar una crisis por "la pulcritud del proceso" electoral.

En ese ambiente crispado, el discurso de Chávez no dista mucho del de otras batallas electorales y se basa en tres puntos claramente estructurados. El primero es que va a ganar de manera arrolladora, como lo confirman ciertas encuestas, y a partir de ahí descalificar el voto opositor. "Majunche no va a remontar ni (por) que se ponga un cohete", dijo Chávez recientemente.
El segundo es asegurar que la oposición prepara un plan para desconocer su triunfo, pues su victoria es "indudable".

Y el tercero, que es el argumento más utilizado por el Presidente en las últimas elecciones, es que de llegar a perder, el país y, más aún, el mundo, se sumirían en un caos: "Quizás no una guerra civil (como llegó a decir alguna vez), pero entraríamos en otra crisis, política, económica, social (...) Venezuela se hundiría de nuevo".

Y añadió: "Para nosotros sacar 20 (la máxima calificación) el 7 de octubre, lograr la victoria perfecta, no es un lujo, es una necesidad hacia adentro y hacia afuera" del país, dijo el viernes durante una reunión.

"Una derrota de la revolución bolivariana sería una derrota para el mundo, para el mundo nuevo que está naciendo, para la esperanza por un mundo nuevo, la esperanza por un mundo mejor. Esa esperanza ha anidado en Venezuela (...) y desde los cuatro vientos se reconoce, a pesar de toda la campaña satanizadora que se lanza contra nosotros", añadió.

Por su parte, Capriles basa su discurso en las alusiones directas a la mala gestión de Chávez y al desgaste de su gobierno. La crítica a las promesas incumplidas, la ineficiencia y los extensos discursos oficiales son sus ejes.

"Esos son cuentos (ha dicho de los proyectos anunciados por Chávez). Lo que este gobierno no hizo en 14 años no lo va a hacer en los próximos seis. Es pura politiquería (...) El otro candidato (Chávez) ha convertido la política social en una herramienta para el chantaje.

Aquí estuvieron hace poco mintiéndoles a los venezolanos, diciendo que la producción del arroz y el maíz había aumentado. Las mismas promesas y mentiras. Ahí está, qué ha pasado con el ferrocarril. Todo esto tiene un responsable, y ese responsable cree que los venezolanos no nos damos cuenta. Creen que con la cháchara nos van a convencer. Se acabó la cháchara, lo que viene son hechos y resultados", dijo Capriles esta semana en los pueblos que sigue visitando diariamente y que representan su fuerte en la campaña.

Asegura que hasta ahora ha visitado 200 y que irá a otros 100 este mes que queda. El alarde de juventud (40 años) y fortaleza sigue siendo una de sus líneas estratégicas y a estas alturas, varios analistas aseguran que esa cercanía con la gente comienza a darle resultados.

El tema de la vitalidad y el desafío permanente a que debatan sus ideas más allá del insulto son temas reiterativos en la campaña opositora: "Yo reto al Gobierno, en cualquier rincón del país; vamos a debatir nuestras propuestas de gobierno", dijo Capriles en el municipio de Punceres.

"¿Ustedes oyen al candidato del Gobierno hacer propuestas? No, él quiere salvar el planeta Tierra, él quiere salvar la humanidad (...) ¿Y quién se ocupa de que en nuestra industria petrolera no haya accidentes petroleros como el que ocurrió en Falcón?".

Pero hay dudas de hasta qué punto ese alarde de fortaleza física ha servido, pues si la idea original era poner en evidencia que Chávez no podía soportar la intensidad de una campaña por su cáncer, los hechos han demostrado lo contrario.

Si bien Chávez ha reducido sus apariciones públicas en las ruidosas y concurridas caravanas que presidía, su presencia mediática está intacta. Solo la semana pasada realizó al menos tres 'cadenas' y envió cientos de mensajes publicitarios a través de la red de medios públicos y una rueda de prensa en la que aseguró, nuevamente, que noqueará al "candidato de la burguesía".

"¡Ay compadre, lo que falta es un mes para el nocaut. Eso va a ser fulminante. Vayan buscando una camilla, señores de la esquina azul! No va a durar ni un round".

POR VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas
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