Temas para el Alma
Gente de poca fe
Por: Lucy Cosme
En Mateo 8:23, encontramos a Jesús dormido en la barca, mientras sus discípulos permanecían vigilantes ante una de las más inclementes tormentas marinas jamás vividas y próximos a recibir una lección mayúscula. Desgastados, despiertan a Jesús con fuertes reclamos, y es en este momento donde la tormenta permea sus almas agotadas, traspasándoles su intensa furia y confusión, dejándoles prácticamente rendidos ante el miedo y el caos. Jesús, reprobando su actitud, pone todo en su lugar, les muestra que la primera tormenta existía en las oscuras aguas de sus almas aun incrédulas, temerosas e impacientes, arrastrándoles a la desesperación y falta de cordura; luego silencia los vientos y calma la mar, revelándonos que quien no tiene paz, no gobernará con ella. l
En Mateo 8:23, encontramos a Jesús dormido en la barca, mientras sus discípulos permanecían vigilantes ante una de las más inclementes tormentas marinas jamás vividas y próximos a recibir una lección mayúscula. Desgastados, despiertan a Jesús con fuertes reclamos, y es en este momento donde la tormenta permea sus almas agotadas, traspasándoles su intensa furia y confusión, dejándoles prácticamente rendidos ante el miedo y el caos. Jesús, reprobando su actitud, pone todo en su lugar, les muestra que la primera tormenta existía en las oscuras aguas de sus almas aun incrédulas, temerosas e impacientes, arrastrándoles a la desesperación y falta de cordura; luego silencia los vientos y calma la mar, revelándonos que quien no tiene paz, no gobernará con ella. l
Por: Lucy Cosme
En Mateo 8:23, encontramos a Jesús dormido en la barca, mientras sus discípulos permanecían vigilantes ante una de las más inclementes tormentas marinas jamás vividas y próximos a recibir una lección mayúscula. Desgastados, despiertan a Jesús con fuertes reclamos, y es en este momento donde la tormenta permea sus almas agotadas, traspasándoles su intensa furia y confusión, dejándoles prácticamente rendidos ante el miedo y el caos. Jesús, reprobando su actitud, pone todo en su lugar, les muestra que la primera tormenta existía en las oscuras aguas de sus almas aun incrédulas, temerosas e impacientes, arrastrándoles a la desesperación y falta de cordura; luego silencia los vientos y calma la mar, revelándonos que quien no tiene paz, no gobernará con ella. l
En Mateo 8:23, encontramos a Jesús dormido en la barca, mientras sus discípulos permanecían vigilantes ante una de las más inclementes tormentas marinas jamás vividas y próximos a recibir una lección mayúscula. Desgastados, despiertan a Jesús con fuertes reclamos, y es en este momento donde la tormenta permea sus almas agotadas, traspasándoles su intensa furia y confusión, dejándoles prácticamente rendidos ante el miedo y el caos. Jesús, reprobando su actitud, pone todo en su lugar, les muestra que la primera tormenta existía en las oscuras aguas de sus almas aun incrédulas, temerosas e impacientes, arrastrándoles a la desesperación y falta de cordura; luego silencia los vientos y calma la mar, revelándonos que quien no tiene paz, no gobernará con ella. l