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Mediocridad
Por: Leo Hernández
En más de una oportunidad he comentado que hay toda una camada de resentidos y envidiosos que no le perdona a Leonel Fernández que se haya destacado por méritos propios, escalando desde la populosa barriada de Villa Juana a los más elevados escenarios del planeta. Hay en esa camada, una buena parte de periodistas y/o intelectuales (“) que pertenecen a un parque jurásico cuyo tiempo ya pasó, pero que siguen creyéndose oráculos donde todos deberían ir a consultar y fuente donde la sociedad tendría que abrevar para hacer lo que ellos entienden correcto. No siendo de esa forma, todo es incorrecto, nada tiene validez.
Pero resulta que aquel flacucho de antaño, jugador de baloncesto en las calles de Villa Juana, al que en sus gobiernos ha valorizado, no solamente se dedicó a tirar bolas en esos canastos casi artesanales que fabricaban los vecinos del barrio, sino que ha tirado páginas para la izquierda y ha consolidado un liderazgo político y personal al que su pueblo le ha correspondido dándole, ¡hasta ahora!, tres oportunidades de presidir la nación, mientras los de la camada de envidiosos y resentidos no pasan de exhibirse en forma fanfarrona como teóricos, abrazados a ideas desfasadas, apostando a causas perdidas y criticando y criticando, algunos hasta ahogados en el amargue, la frustración personal y el alcoholismo.
Ahora, parece que interpretan que el ejercicio gubernamental de Leonel Fernández terminaba en junio y cuestionan que ejerza las prerrogativas que le reserva la Constitución de la República hasta el 16 de agosto venidero. ¡Cuánta mediocridad...!
¡¿?!
¿ Por qué será que al finalizar una administración, aún vaya a ser relevada por gente del mismo partido, en ciertas áreas del servicio público se abre un inusual apetito por pensiones y jubilaciones para funcionarios y empleados, tal como me dicen estaría ocurriendo en cierta(s) institución (es) importante(s) del Estado? ¡Aaayyy...!
Por: Leo Hernández
En más de una oportunidad he comentado que hay toda una camada de resentidos y envidiosos que no le perdona a Leonel Fernández que se haya destacado por méritos propios, escalando desde la populosa barriada de Villa Juana a los más elevados escenarios del planeta. Hay en esa camada, una buena parte de periodistas y/o intelectuales (“) que pertenecen a un parque jurásico cuyo tiempo ya pasó, pero que siguen creyéndose oráculos donde todos deberían ir a consultar y fuente donde la sociedad tendría que abrevar para hacer lo que ellos entienden correcto. No siendo de esa forma, todo es incorrecto, nada tiene validez.
Pero resulta que aquel flacucho de antaño, jugador de baloncesto en las calles de Villa Juana, al que en sus gobiernos ha valorizado, no solamente se dedicó a tirar bolas en esos canastos casi artesanales que fabricaban los vecinos del barrio, sino que ha tirado páginas para la izquierda y ha consolidado un liderazgo político y personal al que su pueblo le ha correspondido dándole, ¡hasta ahora!, tres oportunidades de presidir la nación, mientras los de la camada de envidiosos y resentidos no pasan de exhibirse en forma fanfarrona como teóricos, abrazados a ideas desfasadas, apostando a causas perdidas y criticando y criticando, algunos hasta ahogados en el amargue, la frustración personal y el alcoholismo.
Ahora, parece que interpretan que el ejercicio gubernamental de Leonel Fernández terminaba en junio y cuestionan que ejerza las prerrogativas que le reserva la Constitución de la República hasta el 16 de agosto venidero. ¡Cuánta mediocridad...!
¡¿?!
¿ Por qué será que al finalizar una administración, aún vaya a ser relevada por gente del mismo partido, en ciertas áreas del servicio público se abre un inusual apetito por pensiones y jubilaciones para funcionarios y empleados, tal como me dicen estaría ocurriendo en cierta(s) institución (es) importante(s) del Estado? ¡Aaayyy...!