Imaginación, creatividad y espíritu emprendedor
Harina, agua, sal, levadura y un ingrediente secreto es la mezcla que por años ha utilizado la familia Hinojosa en la elaboración de sus famosos Palitos Marinita, los cuales producen en su pequeña empresa familiar por más de 40 años.
La microempresa fue creada en 1970, por Don Diego Hinojosa, en una pequeña vivienda ubicada en el sector La Yaguita, Pantoja. Don Diego dirigió la fábrica por más de cuatro décadas y debido a un derrame cerebral que afectó su salud pasó el mando a su hijo.
Diego Hinojosa junior, quien ahora dirige el negocio, indicó que su padre nunca fue panadero y que la idea de crear el producto nació de la nada: “Papá se dedicaba a otras actividades. Un día empezó a mezclar harina y al amasarla le dio forma de varitas que luego echó a freír, al ver que a todos le agradaba el sabor, decidió hacerlo para la venta”.
La demanda del producto ha crecido tanto, que diariamente se elaboran, 1,400 y 1,500 paquetes.
El negocio
Actualmente en la fábrica trabajan 21 personas, todos familiares y de distintas edades. La faena empieza a la seis de la mañana y concluye entrada la noche.
Confesó que de todos sus hermanos, fue el único en heredar, tanto el gusto, como el entusiasmo por este sencillo oficio. Dijo que gracias al mismo, ha podido sostener su familia y brindarles a sus hijos la educación necesaria.
El entusiasta empresario manifestó que las ventas se mantienen positivas a pesar de la crisis económica y que lo único que le perjudica son los altos precios de la materia prima.
“Los precios del gas, aceite y harina nos afecta mucho. Años atrás un saco de harina costaba RD$700, ahora está a RD$1,400. Diariamente usamos entre 7 y 8 sacos de 100 libras”, explicó.
El microempresario pidió a las autoridades estatales invertir en ese sector e incentivarlos para crear nuevas fuentes de empleos, lo que iría en bienestar de los sectores donde son instalados que, en su mayoría, son marginados.
Al cuestionársele como visualiza su negocio en los próximos años, Diego Hinojosa confesó que sueña con expandir su mercado y convertirlo en una gran empresa, con vendedores a nivel nacional.
El producto es distribuido en almacenes y surtidoras del Distrito Nacional, Santo Domingo, Puerto Plata, La Romana, Barahona y San Juan, entre otras ciudades. Es presentado en tirillas de nueve unidades, que ofertan a RD$ 27.
Con primitivos utensilios como: latas, anafe y grapadora, este grupo de emprendedores fabrican y empacan los moroquitos, como popularmente se le conoce a esta picadera, preferida por grandes y chicos.
La microempresa fue creada en 1970, por Don Diego Hinojosa, en una pequeña vivienda ubicada en el sector La Yaguita, Pantoja. Don Diego dirigió la fábrica por más de cuatro décadas y debido a un derrame cerebral que afectó su salud pasó el mando a su hijo.
Diego Hinojosa junior, quien ahora dirige el negocio, indicó que su padre nunca fue panadero y que la idea de crear el producto nació de la nada: “Papá se dedicaba a otras actividades. Un día empezó a mezclar harina y al amasarla le dio forma de varitas que luego echó a freír, al ver que a todos le agradaba el sabor, decidió hacerlo para la venta”.
La demanda del producto ha crecido tanto, que diariamente se elaboran, 1,400 y 1,500 paquetes.
El negocio
Actualmente en la fábrica trabajan 21 personas, todos familiares y de distintas edades. La faena empieza a la seis de la mañana y concluye entrada la noche.
Confesó que de todos sus hermanos, fue el único en heredar, tanto el gusto, como el entusiasmo por este sencillo oficio. Dijo que gracias al mismo, ha podido sostener su familia y brindarles a sus hijos la educación necesaria.
El entusiasta empresario manifestó que las ventas se mantienen positivas a pesar de la crisis económica y que lo único que le perjudica son los altos precios de la materia prima.
“Los precios del gas, aceite y harina nos afecta mucho. Años atrás un saco de harina costaba RD$700, ahora está a RD$1,400. Diariamente usamos entre 7 y 8 sacos de 100 libras”, explicó.
El microempresario pidió a las autoridades estatales invertir en ese sector e incentivarlos para crear nuevas fuentes de empleos, lo que iría en bienestar de los sectores donde son instalados que, en su mayoría, son marginados.
Al cuestionársele como visualiza su negocio en los próximos años, Diego Hinojosa confesó que sueña con expandir su mercado y convertirlo en una gran empresa, con vendedores a nivel nacional.
El producto es distribuido en almacenes y surtidoras del Distrito Nacional, Santo Domingo, Puerto Plata, La Romana, Barahona y San Juan, entre otras ciudades. Es presentado en tirillas de nueve unidades, que ofertan a RD$ 27.
Con primitivos utensilios como: latas, anafe y grapadora, este grupo de emprendedores fabrican y empacan los moroquitos, como popularmente se le conoce a esta picadera, preferida por grandes y chicos.