DÍA DE LAS MADRES
una madre ejemplar
Por: Siboney Alvarado
Piedras Negras, Coah.- Como madre, Martina García Ovando, de 49 años, ha pasado del goce al sufrimiento, ha vivido la dicha de procrear ocho hijos y la tristeza de perder en trágicas circunstancias a una de ellos; hoy rodeada del amor de sus 16 nietos, trata de encontrar consuelo, ante una pérdida de la que no se recupera.
“Mami, ayúdeme por favor... o máteme”, como eco resuenan en la cabeza de Martina, originaria de Coatzacoalcos, las últimas palabras que oyó musitar a Luz María, la tercera de sus hijos, mientras yacía en su lecho de muerte.
“Si pudiera estar en tu lugar, créeme que lo haría, pero no me pidas eso, que sólo te la puede quitar Dios, que te dio la vida”, respondió Martina a la hija, que poco a poco moría ante sus ojos, dejando en la orfandad a sus tres pequeños hijos.
“En mi mente tengo el recuerdo de su rostro de angustia, así fue la muerte de mi hija, muy triste”, señala en la sala de una modesta vivienda que habita en la calle Capricho, en Villas del Carmen.
Hace 11 años, Martina y su esposo Eleazar Carrillo Rueda, llegaron de su natal Veracruz, a Piedras Negras, las oportunidades de empleo los atrajo, aquí se establecieron y junto con ellos llegaron sus hijos, aquí se casaron todos y aquí los convirtieron en abuelos.
El cinco de febrero, Luz María Carrillo García cumplió cuatro años de haber fallecido; aunque en el acta de defunción quedó asentado que el motivo de su deceso fue por meningitis, dos meses después de su sepelio, un equipo de médicos del Seguro Social, llegaron a su domicilio buscándola con unos resultados que indicaban que se le había detectado un fuerte cáncer.
“Para qué vienen, si ella ya no está, ustedes me la entregaron, les dije a los doctores”. De acuerdo a Martina, dos años atrás, su hija había cursado con fuertes dolores de cabeza, que nunca se atendió.
“Siempre fue una joven saludable, aunque cuando vivíamos en Veracruz, le detectaron el papiloma, allá se lo trató pero aquí volvió a tener problemas, los médicos dicen que el cáncer vino de ahí, con el tiempo se le fue a la cabeza y fue eso lo que provocó su muerte”.
Tres meses estuvo en agonía, Luz María; que como última voluntad le pidió a su esposo, que si un día se iba de Piedras Negras, no se llevara a sus hijos Yuli Dayan, Leslie Estrella y Charlie García Carrillo, que los dejara con sus padres.
“Cuando mi hija apenas tenía dos meses bajo tierra, su esposo se fue a Estados Unidos, allá estuvo dos años, después lo deportaron y cuando pasó por aquí se llevó al niño, que es cuatito de Yuli Dayan la mayor, desde entonces no hemos sabido nada de ellos”.
Con la vocación maternal de Martina y el apoyo incondicional de su esposo, sus dos nietas, Yuli Dayan, Leslie Estrella, viven bajo sus cuidados, con las limitaciones propias, ya que subsisten únicamente con el salario que gana su esposo como obrero.
“Ellas son dos niñas especiales, a pesar de todo el sufrimiento que han vivido a su corta edad, son muy dedicadas y estudiosas, actualmente Yuli Dayan, cursa el quinto grado de primaria y Leslie Estrella, está en primer grado, con ellas ha sido como volver a empezar”.
El 25 de mayo próximo, Martina cumplirá 50 años, y con éstos, la dicha de estar más unida que nunca con los siete hijos que le sobreviven, Andrés, Rosa Érika, Eleazar, Flor, Elías, Olga Lidia y “mi tiernito”, así se refiere a Emmanuel, el menor de sus hijos.
Mujeres trabajando
La fuerza laboral en las maquiladoras de Piedras Negras la hacen las mujeres, la mayoría madres trabajadoras que se enfrentan a diferentes problemáticas, entre ellas el no ser contratadas cuando se encuentran en estado de gravidez.
De acuerdo a Sarah Mijares, dirigente de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos en Piedras Negras, más de 700 mujeres laboran en maquilas con sindicatos adheridos a la CROC.
“Tan sólo en una maquiladora contamos con 460 mujeres laborando en ella”, indicó.
Subrayó que esta cantidad de mujeres laborando es mayor que la de hombres que laboran en las diferentes maquiladoras adheridas a la Confederación.
Destacó entonces que la fuerza laboral la hacen las mujeres, quienes hacen un trabajo admirable, no sólo en las maquilas, sino como madres.
“Las madres trabajadoras son dignas de admirarse, porque tienen un trabajo doble, tienen que trabajar en la maquila y tienen que llegar a su casa y ayudarles a sus hijos en sus tareas, los quehaceres del hogar, etc.”, indicó.
Asimismo, subrayó que las mujeres muestran una mayor responsabilidad en las labores, dado que son quienes menos faltas tienen y quienes más cuidan y son dedicadas en su trabajo.
“Las mujeres no hacemos el San Lunes, somos más responsables, tal vez porque tenemos muchas madres solteras que son padre y madre en sus hogares y tienen que llevar a su casa el alimento para sus hijos”, resaltó.
“La fuerza laboral que tenemos en Piedras Negras son mujeres, son mujeres muy luchonas y cumplidas”, agregó.
Sin embargo, lamentó que hoy en día aún muchos centros de trabajo no quieren contratar a mujeres que se encuentran en estado de gravidez, cuando están en todo su derecho de ser contratadas.
Por: Siboney Alvarado
Piedras Negras, Coah.- Como madre, Martina García Ovando, de 49 años, ha pasado del goce al sufrimiento, ha vivido la dicha de procrear ocho hijos y la tristeza de perder en trágicas circunstancias a una de ellos; hoy rodeada del amor de sus 16 nietos, trata de encontrar consuelo, ante una pérdida de la que no se recupera.
“Mami, ayúdeme por favor... o máteme”, como eco resuenan en la cabeza de Martina, originaria de Coatzacoalcos, las últimas palabras que oyó musitar a Luz María, la tercera de sus hijos, mientras yacía en su lecho de muerte.
“Si pudiera estar en tu lugar, créeme que lo haría, pero no me pidas eso, que sólo te la puede quitar Dios, que te dio la vida”, respondió Martina a la hija, que poco a poco moría ante sus ojos, dejando en la orfandad a sus tres pequeños hijos.
“En mi mente tengo el recuerdo de su rostro de angustia, así fue la muerte de mi hija, muy triste”, señala en la sala de una modesta vivienda que habita en la calle Capricho, en Villas del Carmen.
Hace 11 años, Martina y su esposo Eleazar Carrillo Rueda, llegaron de su natal Veracruz, a Piedras Negras, las oportunidades de empleo los atrajo, aquí se establecieron y junto con ellos llegaron sus hijos, aquí se casaron todos y aquí los convirtieron en abuelos.
El cinco de febrero, Luz María Carrillo García cumplió cuatro años de haber fallecido; aunque en el acta de defunción quedó asentado que el motivo de su deceso fue por meningitis, dos meses después de su sepelio, un equipo de médicos del Seguro Social, llegaron a su domicilio buscándola con unos resultados que indicaban que se le había detectado un fuerte cáncer.
“Para qué vienen, si ella ya no está, ustedes me la entregaron, les dije a los doctores”. De acuerdo a Martina, dos años atrás, su hija había cursado con fuertes dolores de cabeza, que nunca se atendió.
“Siempre fue una joven saludable, aunque cuando vivíamos en Veracruz, le detectaron el papiloma, allá se lo trató pero aquí volvió a tener problemas, los médicos dicen que el cáncer vino de ahí, con el tiempo se le fue a la cabeza y fue eso lo que provocó su muerte”.
Tres meses estuvo en agonía, Luz María; que como última voluntad le pidió a su esposo, que si un día se iba de Piedras Negras, no se llevara a sus hijos Yuli Dayan, Leslie Estrella y Charlie García Carrillo, que los dejara con sus padres.
“Cuando mi hija apenas tenía dos meses bajo tierra, su esposo se fue a Estados Unidos, allá estuvo dos años, después lo deportaron y cuando pasó por aquí se llevó al niño, que es cuatito de Yuli Dayan la mayor, desde entonces no hemos sabido nada de ellos”.
Con la vocación maternal de Martina y el apoyo incondicional de su esposo, sus dos nietas, Yuli Dayan, Leslie Estrella, viven bajo sus cuidados, con las limitaciones propias, ya que subsisten únicamente con el salario que gana su esposo como obrero.
“Ellas son dos niñas especiales, a pesar de todo el sufrimiento que han vivido a su corta edad, son muy dedicadas y estudiosas, actualmente Yuli Dayan, cursa el quinto grado de primaria y Leslie Estrella, está en primer grado, con ellas ha sido como volver a empezar”.
El 25 de mayo próximo, Martina cumplirá 50 años, y con éstos, la dicha de estar más unida que nunca con los siete hijos que le sobreviven, Andrés, Rosa Érika, Eleazar, Flor, Elías, Olga Lidia y “mi tiernito”, así se refiere a Emmanuel, el menor de sus hijos.
Mujeres trabajando
La fuerza laboral en las maquiladoras de Piedras Negras la hacen las mujeres, la mayoría madres trabajadoras que se enfrentan a diferentes problemáticas, entre ellas el no ser contratadas cuando se encuentran en estado de gravidez.
De acuerdo a Sarah Mijares, dirigente de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos en Piedras Negras, más de 700 mujeres laboran en maquilas con sindicatos adheridos a la CROC.
“Tan sólo en una maquiladora contamos con 460 mujeres laborando en ella”, indicó.
Subrayó que esta cantidad de mujeres laborando es mayor que la de hombres que laboran en las diferentes maquiladoras adheridas a la Confederación.
Destacó entonces que la fuerza laboral la hacen las mujeres, quienes hacen un trabajo admirable, no sólo en las maquilas, sino como madres.
“Las madres trabajadoras son dignas de admirarse, porque tienen un trabajo doble, tienen que trabajar en la maquila y tienen que llegar a su casa y ayudarles a sus hijos en sus tareas, los quehaceres del hogar, etc.”, indicó.
Asimismo, subrayó que las mujeres muestran una mayor responsabilidad en las labores, dado que son quienes menos faltas tienen y quienes más cuidan y son dedicadas en su trabajo.
“Las mujeres no hacemos el San Lunes, somos más responsables, tal vez porque tenemos muchas madres solteras que son padre y madre en sus hogares y tienen que llevar a su casa el alimento para sus hijos”, resaltó.
“La fuerza laboral que tenemos en Piedras Negras son mujeres, son mujeres muy luchonas y cumplidas”, agregó.
Sin embargo, lamentó que hoy en día aún muchos centros de trabajo no quieren contratar a mujeres que se encuentran en estado de gravidez, cuando están en todo su derecho de ser contratadas.