“Todavía yo tengo mucha fuerza para trabajar”
Productoras de orégano de Yamasá cuentan su satisfacción con este negocio
Campesinas del paraje Sabana de las Mayas, en plena faena de limpieza a su cultivo de orégano.
Virginia Morel jamás imaginó que el patio de su casa serviría para tanto. Con más de 40 años viviendo en el paraje Sabana de las Mayas, municipio Yamasá, solo veía el entorno de su casa como un lugar idóneo para ver jugar a sus nietos y sentarse debajo de una mata de mango a compartir una tasa de café con su esposo.Hasta que descubrió que la tierra que aloja su humilde morada podía servir para mucho más, por ejemplo para producir orégano sin tener que descuidar sus quehaceres domésticos ni abandonar una “tiendecita” que tiene en su propia vivienda, con la que se busca “la compaña” del moro.
“Eso significa mucho para mí, porque yo cuando recojo ese oreganito resuelvo muchas cosas”, expresa.
Doña Virgnia no solo se refiere a una producción de orégano que tiene en la parte trasera de su casa, sino a unas 12 tareas que en total suma la tierra que ella y su marido cultivan en esta localidad de la provincia Monte Plata.
Pues, resulta que cuando ella se dio cuenta de que el orégano es como la “yerba mala”, que crece donde quiera sin exigir terreno fértil y sin grandes inversiones, decidió dedicarse en serio a la producción de este condimento, que según explica el mes pasado vendió la libra entre 28 y 30 pesos.
“El sube como baja”, señala, aunque le fue imposible dejar escapar una sonrisa de satisfacción, al comentar que en la última “recogida” de orégano vendió tres quintales que le dejaron beneficios de 6 mil pesos. “Con eso me desrizo los cabellos, compro algunas cositas para la tiendecita y ayudo en mi casa”, indica.
Virgnia vio que valía la pena y buscó orientación sobre cómo seguir creciendo en esta labor agrícola. Supo de otras madres de familia que estaban interesadas en este oficio y ahora son unas 12 las mujeres que en Sabana de las Mayas siembran orégano y contribuyen al bienestar económico de sus familias. El ingreso promedio de estas mujeres por cada corte es de 8 mil pesos.
Vieron también que no bastaba comercializarlo en colmados y personas interesadas en comprar pequeñas porciones para sazonar carnes y habichuela. Y se confederaron en la Asociación de Productoras de Orgánicos de Monte Plata, una entidad que surge con el propósito de expandir la producción de orégano en una provincia donde sus principales cultivos son el cacao y el café y otra parte de sus munícipes vive de la ganadería.
La población económicamente activa de la provincia alcanza los 77,862 habitantes, de los cuales; el 20% se encuentra desocupada. Datos registrados por el Bloque Cacaotero de la localidad indican que entre los municipios Yamasá y Peralvillo siembran 160 mil tareas que producen 96 mil quintales de cacao por año, y 5 mil 280 toneladas métricas anual.
Pero estas mujeres se propusieron demostrar que pueden abrirse paso ofreciendo un producto distinto. El gremio que agrupa a las productoras de orégano de Yamasá tiene 23 mujeres, que desarrollan su trabajo de manera independiente o en sociedad con su esposo. La asociación creó asimismo la Cooperativa El Esplendor, desde donde piensan conseguir un camión que recoja todo el orégano que producen, para en vez de venderlo de manera particular, hacerlo a través de esa misma entidad. Estas productoras se encaminan hacia la consolidación de un mercado al que puedan vender sin tener que esperar a que a alguien se le ocurra comprarlo solo al detalle.
Las laboriosas damas explican que la idea es contar con una garantía que les permita planificar a largo plazo con el dinero que puedan conseguir con las ventas; planes que incluyen mejorar la estructura de sus viviendas y enviar a sus hijos a la universidad.
Optimismo
Cuando cosecho, lo vendo y hago lo que voy a hacer con esos chelitos. A las 5:00 de la mañana ya yo estoy de pies”.
VirgInia Morel
Productora
“Tengo 8 tareas y las trabajo yo misma. Tengo 70 años, pero todavía tengo mucha fuerza para trabajar”.
Rosa Pascual
Productora
“Esto me ayuda mucho. Después que comencé a cosechar, se han visto más ingresos. Siento un gran alivio”.
Petronila Nolazco
Productora
Un cultivo que se da dondequiera
Después de que se siembra, el orégano tiene un tiempo aproximado de 8 meses para realizar el primer corte y cuatro o cinco meses más para volver a recolectar. Esta particularidad permite a las damas cosechar orégano para venta con fines de condimento, y para ofertarlo a una destilería que procesa orégano verde, instalada en Yamasá para extraer aceite. Su cultivo se adecúa a cualquier tipo de suelo.
Campesinas del paraje Sabana de las Mayas, en plena faena de limpieza a su cultivo de orégano.
Virginia Morel jamás imaginó que el patio de su casa serviría para tanto. Con más de 40 años viviendo en el paraje Sabana de las Mayas, municipio Yamasá, solo veía el entorno de su casa como un lugar idóneo para ver jugar a sus nietos y sentarse debajo de una mata de mango a compartir una tasa de café con su esposo.Hasta que descubrió que la tierra que aloja su humilde morada podía servir para mucho más, por ejemplo para producir orégano sin tener que descuidar sus quehaceres domésticos ni abandonar una “tiendecita” que tiene en su propia vivienda, con la que se busca “la compaña” del moro.
“Eso significa mucho para mí, porque yo cuando recojo ese oreganito resuelvo muchas cosas”, expresa.
Doña Virgnia no solo se refiere a una producción de orégano que tiene en la parte trasera de su casa, sino a unas 12 tareas que en total suma la tierra que ella y su marido cultivan en esta localidad de la provincia Monte Plata.
Pues, resulta que cuando ella se dio cuenta de que el orégano es como la “yerba mala”, que crece donde quiera sin exigir terreno fértil y sin grandes inversiones, decidió dedicarse en serio a la producción de este condimento, que según explica el mes pasado vendió la libra entre 28 y 30 pesos.
“El sube como baja”, señala, aunque le fue imposible dejar escapar una sonrisa de satisfacción, al comentar que en la última “recogida” de orégano vendió tres quintales que le dejaron beneficios de 6 mil pesos. “Con eso me desrizo los cabellos, compro algunas cositas para la tiendecita y ayudo en mi casa”, indica.
Virgnia vio que valía la pena y buscó orientación sobre cómo seguir creciendo en esta labor agrícola. Supo de otras madres de familia que estaban interesadas en este oficio y ahora son unas 12 las mujeres que en Sabana de las Mayas siembran orégano y contribuyen al bienestar económico de sus familias. El ingreso promedio de estas mujeres por cada corte es de 8 mil pesos.
Vieron también que no bastaba comercializarlo en colmados y personas interesadas en comprar pequeñas porciones para sazonar carnes y habichuela. Y se confederaron en la Asociación de Productoras de Orgánicos de Monte Plata, una entidad que surge con el propósito de expandir la producción de orégano en una provincia donde sus principales cultivos son el cacao y el café y otra parte de sus munícipes vive de la ganadería.
La población económicamente activa de la provincia alcanza los 77,862 habitantes, de los cuales; el 20% se encuentra desocupada. Datos registrados por el Bloque Cacaotero de la localidad indican que entre los municipios Yamasá y Peralvillo siembran 160 mil tareas que producen 96 mil quintales de cacao por año, y 5 mil 280 toneladas métricas anual.
Pero estas mujeres se propusieron demostrar que pueden abrirse paso ofreciendo un producto distinto. El gremio que agrupa a las productoras de orégano de Yamasá tiene 23 mujeres, que desarrollan su trabajo de manera independiente o en sociedad con su esposo. La asociación creó asimismo la Cooperativa El Esplendor, desde donde piensan conseguir un camión que recoja todo el orégano que producen, para en vez de venderlo de manera particular, hacerlo a través de esa misma entidad. Estas productoras se encaminan hacia la consolidación de un mercado al que puedan vender sin tener que esperar a que a alguien se le ocurra comprarlo solo al detalle.
Las laboriosas damas explican que la idea es contar con una garantía que les permita planificar a largo plazo con el dinero que puedan conseguir con las ventas; planes que incluyen mejorar la estructura de sus viviendas y enviar a sus hijos a la universidad.
Optimismo
Cuando cosecho, lo vendo y hago lo que voy a hacer con esos chelitos. A las 5:00 de la mañana ya yo estoy de pies”.
VirgInia Morel
Productora
“Tengo 8 tareas y las trabajo yo misma. Tengo 70 años, pero todavía tengo mucha fuerza para trabajar”.
Rosa Pascual
Productora
“Esto me ayuda mucho. Después que comencé a cosechar, se han visto más ingresos. Siento un gran alivio”.
Petronila Nolazco
Productora
Un cultivo que se da dondequiera
Después de que se siembra, el orégano tiene un tiempo aproximado de 8 meses para realizar el primer corte y cuatro o cinco meses más para volver a recolectar. Esta particularidad permite a las damas cosechar orégano para venta con fines de condimento, y para ofertarlo a una destilería que procesa orégano verde, instalada en Yamasá para extraer aceite. Su cultivo se adecúa a cualquier tipo de suelo.