El FBI espió a Juan Bosch y Joaquín Balaguer era un servil del FBI, dice el periodista Tim Weiner

“El ‘auto de Balaguer’ regresó a las 4:00 p.m. en punto”, escribió Crockett. “El experimentado Agente Especial que lo acompañaba era Heinrich Von Eckardt”. Ahora Balaguer era una fuente reclutada por el FBI; Von Eckhardt era su manejador.
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Joaquín Balaguer era un servil del FBI, dice el periodista Tim Weiner
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente de los Estados Unidos, Lindon Johnson, fue quien instruyó formalmente al director del FBI, Edgar J. Hoover, para caerle arriba a Joaquín Balaguer, quien se encontraba en Nueva York, para evitar que en República Dominicana se instalara otro Fidel Castro.

El relato se encuentra en el libro, recién salido en los Estados Unidos, Enemigos, la historia del FBI, escrito por el reputado periodista Tim Weiner. El libro trata sobre la historia del FBI, pero dedica espacio a divulgar informaciones sobre la decisión de intervenir la República Dominicana en 1965.

De Joaquín Balaguer el presidente norteamericano Lindon Johnson y su equipo de seguridad consideraron que “era el hombre del futuro” de la política en la República Dominicana.
A continuación parte del relato hecho por Tim Weiner en su libro:

El era el hombre del futuro

El Presidente y Hoover intercambiaron llamadas tres veces el 14 de mayo, mientras el FBI estaba organizando las operaciones en Santo Domingo. La llamada final vino de LBJ a las 7:05 p.m., en medio de una reunión de dos horas y media en el Salón del Gabinete con el secretario de Defensa Robert McNamara; el asesor de seguridad nacional McGeorge Bundy; los subsecretarios de Estado Tom Mann y George Ball; el director de la CIA, Red Raborn y su vice, Richard Helms. El Presidente le dijo a Hoover que pusiera al FBI en detalle sobre Joaquín Balaguer, el presidente exiliado que funcionó como el mascarón de proa de Trujillo. “Cáele arriba en Nueva York”, ordenó LBJ. “Por supuesto, quiero que aceleres tu operación, sea la que sea, en las próximas 48, 72 horas, a menos que ustedes quieran tener otro Castro”.

Hoover prometió cumplir. Los resultados sorprenderían hasta a LBJ. En 72 horas el FBI había reclutado al exilado dominicano como una fuente confidencial confiable.

En la tarde del 17 de mayo, el principal funcionario del Departamento de Estado para la República Dominicana, Kenndy Crockett, voló a Nueva York para sostener una reunión programada apresuradamente con Joaquín Balaguer.

La Casa Blanca quería que Balaguer estuviera a las 5:00 p.m. a bordo de un vuelo hacia Puerto Rico para reunirse con su rival Bosch; el plan estaba siendo improvisado sobre la marcha por el abogado de LBJ, Abe Fortas. LBJ y Hoover hablaron sobre la prevista reunión con Balaguer a las 3:02 p.m.

Balaguer reveló que tenía la ayuda del FBI

Joaquín Balaguer se reunió con un enviado del presidente Johnson, momentos antes de salir con destino a Puerto Rico. Es ahí donde se revela que el carro que utilizaba el doctor Balaguer había sido provisto por el FBI y el chofer era un agente que informaba de todas sus actividades.

Veamos cómo cuenta Tim Weiner el relato del preparativo del viaje del doctor Balaguer:
“Llegué al Hotel Regeny a las 3: 40 p.m.”, escribió Corckett en un memorándum secreto a la Casa Blanca. “Balaguer no estaba allí. A las 3:50 p.m. todavía no había aparecido en escena”.

Fortas y Crockett se vieron forzados a esperar en el suntuoso vestíbulo del hotel. “Balaguer se apareció cerca de las 3:55 p.m.”, escribió Crockett. “Yo le dije que había poco tiempo -yo tenía un taxi esperando- y que lo pondría al día sobre los sucesos desde nuestra última reunión, mientras nos dirigíamos al Aeropuerto Kennedy. Balaguer dijo que tendría que esperar hasta las 4:00 p.m., porque su equipaje estaba en el automóvil que lo había traído hasta el hotel y que no regresaría hasta esa hora. Sugirió que fuéramos hasta el Aeropuerto Kennedy en ‘su auto’. Objeté la idea, al señalar que no deseaba que alguien más estuviera escuchando nuestra conversación. Respondió que eso no se sería un problema puesto que ‘su carro’ había sido facilitado por el FBI”.

“El ‘auto de Balaguer’ regresó a las 4:00 p.m. en punto”, escribió Crockett. “El experimentado Agente Especial que lo acompañaba era Heinrich Von Eckardt”. Ahora Balaguer era una fuente reclutada por el FBI; Von Eckhardt era su manejador.

“Después de examinar las credenciales de cada uno, todos nos subimos en el coche y partimos hacia el Aeropuerto Kennedy”, reportó Crockett. En el asiento trasero, Fortas y Corckett le aseguraron a Balaguer que los Estados Unidos lo respaldarían incondicionalmente, ”que él era el hombre del futuro en la RD y que no haríamos nada que no tuviera en cuenta su valor en el corto y largo plazo, tanto para el Gobierno de los Estados Unidos como para el pueblo dominicano”. Fortas compró entonces el boleto de Balaguer para San Juan; Van Eckardt subió al mismo vuelo.

Y a la llegada a San Juan de Puerto Rico quien envió a recoger a Balaguer al aeropuerto fue precisamente el agente responsable del FBI en la isla, nada más y nada menos que Wally Estill. Así lo cuenta Tim Weiner:
En San Juan, Wally Estill, del FBI, envió un chofer para recoger al ex presidente y conducirlo a su reunión con Bosch. “Hicimos los arreglos para que un taxi en particular lo recogiera en el aeropuerto y lo llevara a un hotel particular”, recordaba Estill. “Y tuvimos que instalar micrófonos en la habitación del hotel, y realmente cubrimos la maldita conversación para poder trasmitirla al D.C. Fue una especie de doble control, por si Balaguer estaba maniobrando. Y fue después de eso que Von Eckardt puso a Balaguer en el avión para que se fuera a Santo Domingo”.
El Presidente difícilmente hubiera podido pedir más, pero lo hizo.
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