Cambio de mando en la cúpula dominicana
Quisqueyanos expresan inquietudes de cara a las elecciones
Por Gerardo Cordero / Enviado Especial
/Elnuevodía.com/
SANTO DOMINGO, República Dominicana - A cuatro meses de las elecciones generales que marcarán el fin de ocho años consecutivos del gobierno de Leonel Fernández, los principales partidos políticos quisqueyanos se preparan para la etapa decisiva de una reñida campaña.
La cuenta regresiva para el proceso eleccionario del próximo 20 de mayo comenzó al finalizar la Navidad, después de una tradicional tregua en las actividades proselitistas. Mientras, crecen las expectativas de cambio y los dominicanos expresan diversas inquietudes ante los graves problemas que les agobian.
“El gobierno de turno ha hecho obras, pero hay mucha necesidad de alimentación y no hay flujo de dinero en la calle.
Danilo Medina es un buen candidato, pero Hipólito Mejía podría ganarle porque ya le ganó en el pasado en otras elecciones. Además, el PLD ya tiene ocho años en el poder y mucha gente quiere un cambio”, opinó Nathan Jules, oriundo de La Romana.
Jules, de 41 años, se refirió a las figuras que se disputan la presidencia en los comicios. Medina es el candidato del gubernamental Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su rival político es el expresidente, Hipólito Mejía, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Aunque existen otras colectividades políticas, como el Partido Reformista Social Cristiano, que por décadas encabezó el fenecido expresidente Joaquín Balaguer, quien gobernó el país durante 22 años, al presente carecen de candidatos de fuerza significativa y comienzan a fraguarse alianzas con los altos mandos del PLD y el PRD.
En las calles, en tanto, las discrepancias de criterios entre blancos y morados, como se identifican los perredeístas y peledeístas, respectivamente, anticipan una caldeada contienda.
“Aquí hay falta de empleo para los jóvenes. También hay falta de educación y de más oportunidades. Vendo servicios telefónicos y me gano solo unos 2,000 pesos al mes. Tengo una niña y se me hace difícil llevarle la comida.
Así estamos muchos jóvenes”, aseguró Manuel Martínez, de 26 años, empleado a tiempo parcial en una empresa multinacional.
“En el país hay que sacar ya la corrupción del poder. Mejía ofrece un 4% para la educación y yo voy a votar por él”, agregó Martínez sin esconder su bandera del PLD en una calle de Villa Duarte, un sector pobre de la capital dominicana.
Contrario a Martínez, Juan Osoris, de 30, se pronunció convencido de respaldar a Medina, el aspirante presidencial del PLD. “Yo apoyo a Danilo porque la educación es un compromiso principal de su gobierno”, sentenció. Su amigo, Anderson Enao, de 29 años, no lo contradijo y agregó que “Danilo va a trabajar para tener un país más seguro”.
En un patio de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, una pareja de alumnos, reveló sus inquietudes políticas sin precisar el candidato presidencial que apoyarían.
PREOCUPA LA EDUCACIÓN
“El país necesita que se atienda la educación. Somos una de las naciones menos capacitadas (académicamente) en el mundo y en la salud tenemos muchas deficiencias”, opinó Lester Ernesto Eliezer, de 21 años.
El estudiante Wuande Mateo, de 20, por su parte, manifestó que en República Dominicana “la educación tiene que ser lo primero y tratar de disminuir la ola de violencia porque entre otros casos hay muchos asesinatos a la mujer”.
Mateo sugirió “mejorar la Dirección Nacional para el Control de Drogas para que sea más efectiva, para que exista más vigilancia, pero ahí hay bastante corrupción y hay que sacar las papas podridas”.
El tema de la corrupción oficial surgió espontáneamente en entrevistas a ciudadanos en otros sectores de Santo Domingo. “Aquí la mayoría de los atracos son de la Policía. Hay desconfianza. Si te paran en un sitio oscuro dicen que intercambiaron disparos, te plantan un arma o droga y para el récord oficial mataron a un delincuente. El problema del país es la corrupción y la impunidad”, dijo un taxista desde el anonimato.
Mientras, en un deteriorado puesto de verduras, el comerciante Miguel Guerra, de 42 años, expresó su lamento. “El dinero ya no alcanza para nada. Antes lo vendía todo, pero ahora es bien difícil vender la mercancía”.
Cerca del negocio de Guerra, Indira Vázquez, se quejó enérgica de la inflación. “Los precios han subido mucho. Un pote de leche me cuesta 200 pesos, pero antes estaba en 80. Los ‘pampers’ de los nenes están a 10 o 13 pesos y antes valían siete… pero pronto vendrá un cambio porque llegó papá”, sostuvo la joven madre.
Papá es el apodo popular del expresidente Mejía, cuya campaña en redes sociales y otros medios utiliza ese nombre, en lugar del propio, para difundir su propaganda y movilizar a los electores.
Y si por letreros se decidiera la contienda, al presente, al menos en Santo Domingo el triunfo electoral sería para Medina porque su figura y mensajes dominan en cada cuadra de las vías principales destacándose, sobre todo, la consigna principal del PLD: “mejorar lo que está bien, arreglar lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hizo”.
De otra parte, al margen de los grandes discursos y ofertas del PRD y el PLD, a cuatro meses de la votación el partido de los escépticos dramatiza la desesperanza.
“La campaña está fuerte, pero yo no estoy en eso porque todos los políticos son iguales”, sentenció Maritza Peña, quien coincidió por separado con Luis Matos, un pasajero del metro, quien en tono grave aseguró: “Todos los políticos son iguales, corruptos”.
Valentina de Oleo, una sexagenaria, sentada cerca de Matos en el moderno tren capitalino, intervino en la misma línea de abstención electoral y dijo a El Nuevo Día que en su país “esto solo lo arregla el Señor con su gran poder”.
Por Gerardo Cordero / Enviado Especial
/Elnuevodía.com/
SANTO DOMINGO, República Dominicana - A cuatro meses de las elecciones generales que marcarán el fin de ocho años consecutivos del gobierno de Leonel Fernández, los principales partidos políticos quisqueyanos se preparan para la etapa decisiva de una reñida campaña.
La cuenta regresiva para el proceso eleccionario del próximo 20 de mayo comenzó al finalizar la Navidad, después de una tradicional tregua en las actividades proselitistas. Mientras, crecen las expectativas de cambio y los dominicanos expresan diversas inquietudes ante los graves problemas que les agobian.
“El gobierno de turno ha hecho obras, pero hay mucha necesidad de alimentación y no hay flujo de dinero en la calle.
Danilo Medina es un buen candidato, pero Hipólito Mejía podría ganarle porque ya le ganó en el pasado en otras elecciones. Además, el PLD ya tiene ocho años en el poder y mucha gente quiere un cambio”, opinó Nathan Jules, oriundo de La Romana.
Jules, de 41 años, se refirió a las figuras que se disputan la presidencia en los comicios. Medina es el candidato del gubernamental Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su rival político es el expresidente, Hipólito Mejía, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Aunque existen otras colectividades políticas, como el Partido Reformista Social Cristiano, que por décadas encabezó el fenecido expresidente Joaquín Balaguer, quien gobernó el país durante 22 años, al presente carecen de candidatos de fuerza significativa y comienzan a fraguarse alianzas con los altos mandos del PLD y el PRD.
En las calles, en tanto, las discrepancias de criterios entre blancos y morados, como se identifican los perredeístas y peledeístas, respectivamente, anticipan una caldeada contienda.
“Aquí hay falta de empleo para los jóvenes. También hay falta de educación y de más oportunidades. Vendo servicios telefónicos y me gano solo unos 2,000 pesos al mes. Tengo una niña y se me hace difícil llevarle la comida.
Así estamos muchos jóvenes”, aseguró Manuel Martínez, de 26 años, empleado a tiempo parcial en una empresa multinacional.
“En el país hay que sacar ya la corrupción del poder. Mejía ofrece un 4% para la educación y yo voy a votar por él”, agregó Martínez sin esconder su bandera del PLD en una calle de Villa Duarte, un sector pobre de la capital dominicana.
Contrario a Martínez, Juan Osoris, de 30, se pronunció convencido de respaldar a Medina, el aspirante presidencial del PLD. “Yo apoyo a Danilo porque la educación es un compromiso principal de su gobierno”, sentenció. Su amigo, Anderson Enao, de 29 años, no lo contradijo y agregó que “Danilo va a trabajar para tener un país más seguro”.
En un patio de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, una pareja de alumnos, reveló sus inquietudes políticas sin precisar el candidato presidencial que apoyarían.
PREOCUPA LA EDUCACIÓN
“El país necesita que se atienda la educación. Somos una de las naciones menos capacitadas (académicamente) en el mundo y en la salud tenemos muchas deficiencias”, opinó Lester Ernesto Eliezer, de 21 años.
El estudiante Wuande Mateo, de 20, por su parte, manifestó que en República Dominicana “la educación tiene que ser lo primero y tratar de disminuir la ola de violencia porque entre otros casos hay muchos asesinatos a la mujer”.
Mateo sugirió “mejorar la Dirección Nacional para el Control de Drogas para que sea más efectiva, para que exista más vigilancia, pero ahí hay bastante corrupción y hay que sacar las papas podridas”.
El tema de la corrupción oficial surgió espontáneamente en entrevistas a ciudadanos en otros sectores de Santo Domingo. “Aquí la mayoría de los atracos son de la Policía. Hay desconfianza. Si te paran en un sitio oscuro dicen que intercambiaron disparos, te plantan un arma o droga y para el récord oficial mataron a un delincuente. El problema del país es la corrupción y la impunidad”, dijo un taxista desde el anonimato.
Mientras, en un deteriorado puesto de verduras, el comerciante Miguel Guerra, de 42 años, expresó su lamento. “El dinero ya no alcanza para nada. Antes lo vendía todo, pero ahora es bien difícil vender la mercancía”.
Cerca del negocio de Guerra, Indira Vázquez, se quejó enérgica de la inflación. “Los precios han subido mucho. Un pote de leche me cuesta 200 pesos, pero antes estaba en 80. Los ‘pampers’ de los nenes están a 10 o 13 pesos y antes valían siete… pero pronto vendrá un cambio porque llegó papá”, sostuvo la joven madre.
Papá es el apodo popular del expresidente Mejía, cuya campaña en redes sociales y otros medios utiliza ese nombre, en lugar del propio, para difundir su propaganda y movilizar a los electores.
Y si por letreros se decidiera la contienda, al presente, al menos en Santo Domingo el triunfo electoral sería para Medina porque su figura y mensajes dominan en cada cuadra de las vías principales destacándose, sobre todo, la consigna principal del PLD: “mejorar lo que está bien, arreglar lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hizo”.
De otra parte, al margen de los grandes discursos y ofertas del PRD y el PLD, a cuatro meses de la votación el partido de los escépticos dramatiza la desesperanza.
“La campaña está fuerte, pero yo no estoy en eso porque todos los políticos son iguales”, sentenció Maritza Peña, quien coincidió por separado con Luis Matos, un pasajero del metro, quien en tono grave aseguró: “Todos los políticos son iguales, corruptos”.
Valentina de Oleo, una sexagenaria, sentada cerca de Matos en el moderno tren capitalino, intervino en la misma línea de abstención electoral y dijo a El Nuevo Día que en su país “esto solo lo arregla el Señor con su gran poder”.