Cada seis segundos muere un niño por causa de hambre
Cada seis segundos en el mundo muere un niño por causas relacionadas con el hambre, según un informe difundido por el Programa Mundial de la Alimentación (PMA).El informe, que fundamentalmente analiza la relación de la pobreza y el comportamiento de los mercados de los alimentos a nivel mundial, subraya que en los últimos años el alto costo de los productos alimenticios motiva consecuencias adversas en el estado nutricional de las poblaciones vulnerables, especialmente en los niños menores de dos años de edad.
El estudio realizado por el PMA ofrece algunas medidas a tomar para paliar la situación provocada por la carestía de los alimentos y la escasa posibilidad de las poblaciones más pobres para acceder a los mismos.
Una de estas recomendaciones es, precisamente, “centrarse en los más vulnerables, como las minorías étnicas, las mujeres, los niños, y las personas discapacitadas y afectadas por enfermedades crónicas”.
Este informe señala que las crisis financieras y alimentarias mundiales plantean una sensación de urgencia que deberían traducirse en compromisos y acciones en los ámbitos nacional, regional e internacional.
Señala que las cifras de personas desnutridas en el mundo alcanzaron en el 2008 los 963 millones de personas, y que actualmente la cantidad de seres humanos que en todo el mundo tienen problemas para conseguir alimentos sobrepasa los mil millones.
“La amarga ironía es que el 75% de quienes padecen hambre y pobreza en todo el mundo vive en zonas rurales, donde la mayoría de los habitantes se dedican a las tareas agrícolas”, puntualiza el PMA en su informe intitulado “El hambre y los mercados 2009”.
La interpretación que el organismo internacional hace de este fenómeno, es que a pesar de que producen alimentos, los campesinos se encuentran en una situación de riesgos económicos y climáticos que les impiden cultivar alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades y las de sus familias.
Sugerencia
Para contrarrestar la carestía de los alimentos y crear las condiciones para reducir el hambre en los países más pobres del planeta, el PMA sugiere investigar más profundamente cuestiones tan fundamentales, como el efecto que tienen en la nutrición y el encarecimiento de los alimentos y la crisis económica mundial, reducir a su mínima expresión las repercusiones negativas de la especulación sobre los mercados alimentarios.
Advierte sobre las metas de Objetivos del Milenio
El PMA hace una advertencia que obliga a pensar en la gravedad de los resultados obtenidos en este estudio: “Estas estadísticas suponen un revés para las posibilidades de que el mundo cumpla con el Objetivo de Desarrollo de Milenio (ODM), de reducir a la mitad para el año 2015 el número de personas que sufren los efectos del hambre en todo el mundo”.
Esto así, porque a su juicio el hambre extrema limita la vida y destruye la salud.
El estudio realizado por el PMA ofrece algunas medidas a tomar para paliar la situación provocada por la carestía de los alimentos y la escasa posibilidad de las poblaciones más pobres para acceder a los mismos.
Una de estas recomendaciones es, precisamente, “centrarse en los más vulnerables, como las minorías étnicas, las mujeres, los niños, y las personas discapacitadas y afectadas por enfermedades crónicas”.
Este informe señala que las crisis financieras y alimentarias mundiales plantean una sensación de urgencia que deberían traducirse en compromisos y acciones en los ámbitos nacional, regional e internacional.
Señala que las cifras de personas desnutridas en el mundo alcanzaron en el 2008 los 963 millones de personas, y que actualmente la cantidad de seres humanos que en todo el mundo tienen problemas para conseguir alimentos sobrepasa los mil millones.
“La amarga ironía es que el 75% de quienes padecen hambre y pobreza en todo el mundo vive en zonas rurales, donde la mayoría de los habitantes se dedican a las tareas agrícolas”, puntualiza el PMA en su informe intitulado “El hambre y los mercados 2009”.
La interpretación que el organismo internacional hace de este fenómeno, es que a pesar de que producen alimentos, los campesinos se encuentran en una situación de riesgos económicos y climáticos que les impiden cultivar alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades y las de sus familias.
Sugerencia
Para contrarrestar la carestía de los alimentos y crear las condiciones para reducir el hambre en los países más pobres del planeta, el PMA sugiere investigar más profundamente cuestiones tan fundamentales, como el efecto que tienen en la nutrición y el encarecimiento de los alimentos y la crisis económica mundial, reducir a su mínima expresión las repercusiones negativas de la especulación sobre los mercados alimentarios.
Advierte sobre las metas de Objetivos del Milenio
El PMA hace una advertencia que obliga a pensar en la gravedad de los resultados obtenidos en este estudio: “Estas estadísticas suponen un revés para las posibilidades de que el mundo cumpla con el Objetivo de Desarrollo de Milenio (ODM), de reducir a la mitad para el año 2015 el número de personas que sufren los efectos del hambre en todo el mundo”.
Esto así, porque a su juicio el hambre extrema limita la vida y destruye la salud.