Somos muy diferentes a los gansos
Fuente: Ecos del Sur
POR: ALEJANDRO SANTANA.
Los gansos son aves muy solidarias y humildes, es por ello que cuando vuelan en bandadas forman una (V), produciendo una corriente de aire que ayuda al ave que va detrás y esta aumenta su poder de vuelo hasta en un 71 por ciento.
Pero cuando el ave que capitanea el vuelo se cansa se traslada a la parte de atrás de la formación para aprovechar la corriente de aire que producen las alas de sus compañeros, hasta que descansa y entonces vuelve a su posición de guía.
Otras de la particularidades de estas aves es que cuando vuelan en formación de (V ), graznan, es decir, emiten un sonido de aliento para alentar a sus compañeros a seguir unidos, y cuando alguno sale de la formación descubre que la fuerza del viento, lejos de la bandada les hace difícil el vuelo y regresan a la formación para esperar su turno y volar delante.
Cabe destacar que cuando uno de ellos enferma o cae herido por la bala de algún cazador, dos de sus compañeros caen junto a el para protegerlo y solo lo abandonan cuando ha muerto.
Si nosotros los seres humanos fuéramos tan inteligentes como los gansos, tendríamos mejores resultados en nuestros anhelos y necesidades, entenderíamos que las oportunidades se esperan y no permitiéramos que las ambiciones nos hicieran egoístas.
Sabríamos observar con alegría cuando alguien que necesita ayuda la recibe y no nos meteríamos en la fila a recibir la ayuda que aún no ameritamos, es decir no permitiríamos que la falta de solidaridad y el egoísmo nos hagan salir en busca de lo que aun no necesitamos, porque estamos de alguna manera produciendo lo que necesitamos para vivir.
Pero no somos inteligentes como los gansos, mucho menos los periodistas, y ha quedado demostrado en los últimos 3 años con el otorgamiento de pensiones que cada año hace el poder ejecutivo a comunicadores que ameritan que se les ayuda a vivir con cierta dignidad en sus últimos años.
Se han beneficiado, o han beneficiado a quienes por ambición, viveza, egoísmo, o habilidad han dicho estar enfermos, que no andan bien económicamente aunque tienen entradas aseguradas y hasta se dedican a otras actividades que les permiten vivir sin morder el polvo.
Por desconocer la solidaridad de los gansos, no tienen en cuanta que antes que ellos hay colegas que por sus años de edad, de servicio y enfermedad, merecen que se les tome en cuanta.
Desde los gremios se les hecha la culpa al estado, a los comisionados que tienen el encargo de discutir con los cabezas de gremios a quienes se beneficiaria.
Pero lo real es que esos dirigentes hasta irrespetan a los miembros de los gremios que han sometido con todo lo de la ley sus expedientes de pensión o han sido recomendados por sus compañeros.
Desde la ultima gestión de Mercedes Castillo, se confeccionó un listado y se realizaron asambleas para que se fueran escogiendo los beneficiados por la gravedad de sus necesidades, o salud, los demás debían esperar su oportunidad, pero quedarían en el listado del año siguiente y no le pondrían a otro solicitante por encima.
Pero como carecemos de la solidaridad, inteligencia y nobleza de los gansos, actuamos como oportunistas y quienes nos dirigen no saben realizar las indagatorias de lugar y ceden a las pretensiones de vivos que nunca han asistido a una asamblea de miembros, que no les interesa la suerte del gremio, mucho menos la necesidad de sus compañeros.
Aquí en mi ciudad, en el Sur de donde se sometió a dos colegas y a otro no le hicieron caso aunque su solicitud estuvo refrendada por la firma de varios de sus compañeros, el sometido debió ser el periodista Teuddy Sánchez, porque de repente enfermó a causa de sus afanes y celos profesionales y es un profesional que si lo ponen a escoger entre morirse o dejar de hacer periodismo, estoy seguro que se inclinaría por la muerte.
Dirán los dirigentes que había que consultarlo y que se tubo cuidado; creo que había que hacerlo, porque el problema de salud de ese colega es muy caro; hoy el puede aunque con esfuerzos sobrellevarlo, pero sus entradas están dentro de las eventualidades. Lo seguro hubiera sido una pensión.
Como los gansos, los dirigentes deben retornar a la bandada y no seguir apartándose para tomar dediciones complacientes, el orden hay que retomarlo porque no sólo se falló con los colegas del sur, en los otros puntos hay periodistas que esperan sus pensiones aquejadas de graves problemas de salud, problemas reales y se debe asumir la solidaridad de los gansos.
POR: ALEJANDRO SANTANA.
Los gansos son aves muy solidarias y humildes, es por ello que cuando vuelan en bandadas forman una (V), produciendo una corriente de aire que ayuda al ave que va detrás y esta aumenta su poder de vuelo hasta en un 71 por ciento.
Pero cuando el ave que capitanea el vuelo se cansa se traslada a la parte de atrás de la formación para aprovechar la corriente de aire que producen las alas de sus compañeros, hasta que descansa y entonces vuelve a su posición de guía.
Otras de la particularidades de estas aves es que cuando vuelan en formación de (V ), graznan, es decir, emiten un sonido de aliento para alentar a sus compañeros a seguir unidos, y cuando alguno sale de la formación descubre que la fuerza del viento, lejos de la bandada les hace difícil el vuelo y regresan a la formación para esperar su turno y volar delante.
Cabe destacar que cuando uno de ellos enferma o cae herido por la bala de algún cazador, dos de sus compañeros caen junto a el para protegerlo y solo lo abandonan cuando ha muerto.
Si nosotros los seres humanos fuéramos tan inteligentes como los gansos, tendríamos mejores resultados en nuestros anhelos y necesidades, entenderíamos que las oportunidades se esperan y no permitiéramos que las ambiciones nos hicieran egoístas.
Sabríamos observar con alegría cuando alguien que necesita ayuda la recibe y no nos meteríamos en la fila a recibir la ayuda que aún no ameritamos, es decir no permitiríamos que la falta de solidaridad y el egoísmo nos hagan salir en busca de lo que aun no necesitamos, porque estamos de alguna manera produciendo lo que necesitamos para vivir.
Pero no somos inteligentes como los gansos, mucho menos los periodistas, y ha quedado demostrado en los últimos 3 años con el otorgamiento de pensiones que cada año hace el poder ejecutivo a comunicadores que ameritan que se les ayuda a vivir con cierta dignidad en sus últimos años.
Se han beneficiado, o han beneficiado a quienes por ambición, viveza, egoísmo, o habilidad han dicho estar enfermos, que no andan bien económicamente aunque tienen entradas aseguradas y hasta se dedican a otras actividades que les permiten vivir sin morder el polvo.
Por desconocer la solidaridad de los gansos, no tienen en cuanta que antes que ellos hay colegas que por sus años de edad, de servicio y enfermedad, merecen que se les tome en cuanta.
Desde los gremios se les hecha la culpa al estado, a los comisionados que tienen el encargo de discutir con los cabezas de gremios a quienes se beneficiaria.
Pero lo real es que esos dirigentes hasta irrespetan a los miembros de los gremios que han sometido con todo lo de la ley sus expedientes de pensión o han sido recomendados por sus compañeros.
Desde la ultima gestión de Mercedes Castillo, se confeccionó un listado y se realizaron asambleas para que se fueran escogiendo los beneficiados por la gravedad de sus necesidades, o salud, los demás debían esperar su oportunidad, pero quedarían en el listado del año siguiente y no le pondrían a otro solicitante por encima.
Pero como carecemos de la solidaridad, inteligencia y nobleza de los gansos, actuamos como oportunistas y quienes nos dirigen no saben realizar las indagatorias de lugar y ceden a las pretensiones de vivos que nunca han asistido a una asamblea de miembros, que no les interesa la suerte del gremio, mucho menos la necesidad de sus compañeros.
Aquí en mi ciudad, en el Sur de donde se sometió a dos colegas y a otro no le hicieron caso aunque su solicitud estuvo refrendada por la firma de varios de sus compañeros, el sometido debió ser el periodista Teuddy Sánchez, porque de repente enfermó a causa de sus afanes y celos profesionales y es un profesional que si lo ponen a escoger entre morirse o dejar de hacer periodismo, estoy seguro que se inclinaría por la muerte.
Dirán los dirigentes que había que consultarlo y que se tubo cuidado; creo que había que hacerlo, porque el problema de salud de ese colega es muy caro; hoy el puede aunque con esfuerzos sobrellevarlo, pero sus entradas están dentro de las eventualidades. Lo seguro hubiera sido una pensión.
Como los gansos, los dirigentes deben retornar a la bandada y no seguir apartándose para tomar dediciones complacientes, el orden hay que retomarlo porque no sólo se falló con los colegas del sur, en los otros puntos hay periodistas que esperan sus pensiones aquejadas de graves problemas de salud, problemas reales y se debe asumir la solidaridad de los gansos.