Las escuelas son espacios de violencia
La antropóloga social Tahira Vargas aseguró ayer que “la escuela es un escenario de violencia en varias dimensiones: en las relaciones profesor-estudiantes, empleados –estudiantes y estudiantes-estudiantes”.
Un estudio que realizó Vargas para la organización Plan República Dominicana, el año pasado, reflejó que en algunas escuelas de la región Sur, hay maestros que le pegan a sus alumnos para corregirlos. “Estudiantes que desde pequeños son agredidos por sus padres, por los profesores y por los directores, y van adquiriendo una conducta violenta”, dice la antropóloga.
Vargas cree que el sistema educativo dominicano debe prestar más atención a este hecho y procurar que el ambiente en las aulas se base en las relaciones armónicas y en la solución de conflictos de manera pasiva.
Afirma que el trabajo va más allá de las escuelas, incluye a la Justicia y otros sectores sociales. “Los jóvenes ven que en la sociedad el agredir al otro para defenderse es algo permitido. Porque cuando yo agredo, mato o hiero no tengo una justicia lo suficientemente fuerte para penalizar”.
La situación de violencia que se vive en algunas escuelas alarma también a los maestros. El presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Radhamés Camacho, asegura que es necesario trabajar en las causas que la originan.
Camacho considera que desde la escuela y la iglesia se fomenta la paz, tolerancia, respeto, solidaridad y compañerismo, pero que en la calle los jóvenes encuentran otro panorama. Sostiene que la desarticulación de los hogares, el deterioro de la unidad familiar, el modelo consumista de la sociedad y las imágenes de agresividad que se transmiten por los medios de comunicación hacen que la gente produzca niveles de violencia. “Nos pronunciamos porque los padres se preocupen por saber en qué están sus hijos y los maestros deben incrementar la vigilancia y las requisas”.
Los hechos más recientes de violencia escolar se registraron en Santo Domingo Este y San Cristóbal. El primer caso se trata de una joven que mató a un compañero de clases a puñaladas, fuera de la escuela, días después de haber discutido con él por una butaca.
Mientras que en el segundo caso, un joven llevó a la escuela un arma de fuego con la intención de agredir a un compañero, pero no lo logró.
Un problema que va en aumento
Desde su experiencia como orientadora escolar en liceos, la psicóloga Cleotilde Cruz indica que la violencia en las escuelas va en aumento porque en la sociedad se observa la pérdida de valores. La trabajadora de la conducta coincide con Camacho en que el trabajo se debe enfocar en la familia.
“Trabajar eso es difícil. Los maestros no lo logran, los padres no se están dedicando mucho a la educación de los hijos, eso permite que continúe en aumento la violencia en la escuela, lamentablemente”, dijo.
Cruz expone que el ambiente hostil influye en el rendimiento escolar del estudiante, que, según afirma, no logra la concentración en sus clases. “Esos jóvenes llegan a la escuela con problemas, no prestan atención, no se llevan bien con los otros, su desenvolvimiento social no es bueno”, sostiene.
Un estudio que realizó Vargas para la organización Plan República Dominicana, el año pasado, reflejó que en algunas escuelas de la región Sur, hay maestros que le pegan a sus alumnos para corregirlos. “Estudiantes que desde pequeños son agredidos por sus padres, por los profesores y por los directores, y van adquiriendo una conducta violenta”, dice la antropóloga.
Vargas cree que el sistema educativo dominicano debe prestar más atención a este hecho y procurar que el ambiente en las aulas se base en las relaciones armónicas y en la solución de conflictos de manera pasiva.
Afirma que el trabajo va más allá de las escuelas, incluye a la Justicia y otros sectores sociales. “Los jóvenes ven que en la sociedad el agredir al otro para defenderse es algo permitido. Porque cuando yo agredo, mato o hiero no tengo una justicia lo suficientemente fuerte para penalizar”.
La situación de violencia que se vive en algunas escuelas alarma también a los maestros. El presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Radhamés Camacho, asegura que es necesario trabajar en las causas que la originan.
Camacho considera que desde la escuela y la iglesia se fomenta la paz, tolerancia, respeto, solidaridad y compañerismo, pero que en la calle los jóvenes encuentran otro panorama. Sostiene que la desarticulación de los hogares, el deterioro de la unidad familiar, el modelo consumista de la sociedad y las imágenes de agresividad que se transmiten por los medios de comunicación hacen que la gente produzca niveles de violencia. “Nos pronunciamos porque los padres se preocupen por saber en qué están sus hijos y los maestros deben incrementar la vigilancia y las requisas”.
Los hechos más recientes de violencia escolar se registraron en Santo Domingo Este y San Cristóbal. El primer caso se trata de una joven que mató a un compañero de clases a puñaladas, fuera de la escuela, días después de haber discutido con él por una butaca.
Mientras que en el segundo caso, un joven llevó a la escuela un arma de fuego con la intención de agredir a un compañero, pero no lo logró.
Un problema que va en aumento
Desde su experiencia como orientadora escolar en liceos, la psicóloga Cleotilde Cruz indica que la violencia en las escuelas va en aumento porque en la sociedad se observa la pérdida de valores. La trabajadora de la conducta coincide con Camacho en que el trabajo se debe enfocar en la familia.
“Trabajar eso es difícil. Los maestros no lo logran, los padres no se están dedicando mucho a la educación de los hijos, eso permite que continúe en aumento la violencia en la escuela, lamentablemente”, dijo.
Cruz expone que el ambiente hostil influye en el rendimiento escolar del estudiante, que, según afirma, no logra la concentración en sus clases. “Esos jóvenes llegan a la escuela con problemas, no prestan atención, no se llevan bien con los otros, su desenvolvimiento social no es bueno”, sostiene.