La Salinas, un pueblo con dos minas millonarias sumergido en el polvo y la pobreza

Fuente: Barahonero.com

Por: Tania Molina.

BARAHONA. El poblado de La Salinas, en Duvergé, luce empolvado. La arenilla que se levanta de la actividad minera cubre sus casas, sus árboles, sus caminos y a su gente. El polvo otorga sentido a las quejas de los moradores que sostienen que aquí "nos estamos cayendo a pedazos", lejos de la riqueza que supone la explotación de las minas, una sal y otra de yeso.

Las minas tienen una extensión de 22 kilómetros y según información de la Dirección General de Minería produjeron el año pasado 45,381.36 metros cúbicos la de yeso, y 27,088.57 toneladas métricas la de sal.

Esta producción refleja un incremento respecto al año 2009, cuando la mina de yeso produjo 35,091.36 metros cúbicos y la de sal apenas alcanzó 3,571.43 toneladas métricas.

"Usted mira de arriba abajo y sabrá lo que está pasando con este pueblo. Millonarios con dos minas millonarias y mire que nos dejan a nosotros: mucho polvo, porque ni siquiera un camión de agua para mojar la carretera nos dan", se queja Lorenzo Cuevas, un residente de Las Salinas.

A Cuevas se suman otros moradores y dirigentes grupales que aseguran que el único medio de sustento que tienen en la localidad lo constituye la actividad minera, pero que desde que está en manos privadas ha habido un constante despido de empleados y los han desplazado del negocio de transportar la producción.

"A los empleados que trabajan en la 'molienda' los han cancelado todos y traen a gente de San Pedro de Macorís. De 600 empleados que habían antes de que la privatizaran (la mina de yeso) ahora no hay 20 trabajando en ese lugar", sostiene Oliver Medrano, quien se gana la vida como chofer de camión. Denuncia, además, que a los pocos trabajadores de la mina de sal privada ya no le pagan un sueldo, sino que los contratan por ajuste, algo que no les permite gozar de un seguro médico siquiera.

La explotación de la mina de yeso está en manos de la empresa Cemex Dominicana, y la de sal, se divide entre el Gobierno, a través de la Corporación de Empresas Estatales (Corde), más un contrato de explotación que cedió a una compañía norteamericana.

Rubén Darío Santana Pérez, administrador interino de la Mina de Sal que maneja Corde, sostiene que con él trabajan 64 personas que se encargan de dinamitar las rocas, cortarla en pedazos y llevarlas hasta los camiones de los compradores. Pero aclara que en Corde la producción es lenta, apenas unas 10 mil toneladas al año, que se vende en poco más de RD$15 millones. En su gran mayoría esta sal la compran ganaderos y agricultores.

Tras recorrer un largo y empolvado camino, se llega a la mina de sal donde los campesinos, empuñan sus mandarrias para romper las piedras. Un vertedero a un extremo de la calle hace esfumar la idea de que esa mina pueda ser uno de los atractivos turístico del Sur.

Por un sueldo de RD$8 mil pesos al mes, Pedro Ramírez tiene que enfrentarse a las rocas de sal a manos limpias, sin más protección que el suéter que lleva. En las cabezas de algunos de los trabajadores sólo se observa una gorra del color del partido de gobierno.

"Aquí no tenemos na', ni guantes porque no hay con qué comprarlos. Y mire que muchos han perdido dedos de las manos, porque le caen pedazos de roca encima", dice Ramírez, a la vez que muestras las suyas para que se vea el negro de sus uñas, producto de los golpes que en ellas recibe.

Bernardo Cuevas es cargador de camiones. "Usted cree que uno trabajando desde la 8 de la mañana hasta la 4 de la tarde es para que le paguen 8 mil pesitos. Eso no alcanza para nada, es comiendo guineítos con espaguetis que sobrevivimos", enfatiza. A la mina de yeso la entrada no fue permitida.

La carga

Además de trabajar en el terreno, los pobladores de Las Salinas participan en la actividad minera ofreciendo el servicio de transporte. Para organizarlo crearon la Asociación de Choferes y Propietarios de Camiones de Salinas, que cuenta con 60 hombres y unas 25 unidades que, según sus dueños, están ahora paradas.

"No tenemos trabajo, porque lo poco que aparece lo transporta la misma compañía Cemex, y no nos dan casi participación a nosotros", comenta Néstor Manuel Rubio Féliz, presidente de la referida asociación.

Sirviendo de vocero a un grupo de más de 15 camioneros que le acompaña, Rubio Féliz denuncia que incluso Blas Peralta, presidente de la Federación Nacional de Transporte Dominicano (Fenatrado) a la que están afiliados, los discrimina y los tiene amenazados para que no puedan independizarse.

"Las leyes sindicales indican que un 65% de la carga de los pueblos le toca a los choferes del pueblo de donde sale, y al destino a donde llegan le corresponde el 35%, pero Fenatrado le da la mayor parte a los camioneros de Barahona, cuando la carga que va a San Pedro nos toca a nosotros, porque no pasa por Barahona", explica.

Lorenzo Cuevas, secretario de la misma asociación, indica que "hemos hablado cien veces con Blas Peralta (presidente de Fenatrado), pero nunca nos ha dado lo que nos corresponde. Dice (Blas) que para darnos la razón a nosotros se la da a Barahona, e incluso nos dijo que hagamos una prueba y nos fuéramos a otra federación a ver si íbamos a viajar, porque nos haría la vida imposible".

Por un viaje hasta San Pedro, un camionero cobra RD$20 mil, según dicen, de los cuáles deben gastar unos ocho mil en combustible, tres mil en pago de chofer y 500 pesos a un ayudante. Además deben pagar otros mil en rodaje, es decir, en peajes municipales, según informan.

Vanessa Read, asesora de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de Cemex, explica que debido a la crisis económica mundial y a una productividad por debajo de los niveles esperados, la mina de yeso fue cerrada en el 2009, pero que en la actualidad se trabaja de manera normal.

Sostiene que esa empresa ha asumido el compromiso de contribuir con el desarrollo de la comunidad de La Salinas, donde -dice- mantienen relaciones comerciales con diversos sectores. Asegura además que respetan el acuerdo de los sindicatos de distribuir la carga 50 y 50 entre los camioneros del destino de salida y de llegada.

Read menciona algunos programas que habría implementado Cemex en esa localidad en las áreas de infraestructuras, educación y medio ambiente, entre los que menciona esas menciona becas para cursos técnicos, distribución de útiles escolares a los niños, combustible para el autobús escolar, celebración de la navidad a los niños, cosa que hacen desde el 2008, así como pagar el impuesto medioambiental del 5% que le corresponde a la empresa.

"por favor, terminen el centro de salud"

Las Salinas es una comunidad de unos 15 mil habitantes que atienden sus afecciones de salud en una pequeña policlínica, y si la emergencia requiere de más cuidado, los pacientes deben transportarse hasta Cabral o Barahona. No obstante, a un extremo de la comunidad y a punto de ser cubierta casi en totalidad por la maleza, se encuentra abandonada la infraestructura de un centro de salud.

El centro se empezó a construir en el primer gobierno de Leonel Fernández (1996-2000), según recuerda Henry Encarnación, quien es el presidente del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en la zona. Indica que en la obra, que se encuentra avanzada en más de un 95%, apenas se trabaja en los momentos de campaña electoral, siendo la última intervención durante las elecciones congresales de mayo del 2010.

Para ese tiempo, al centro lo dotaron de pintura y persianas, quedando pendiente el equiparlo.

"Aquí se nos han muerto los pacientes trasladándolos al municipio Cabral, por no tener ese centro, y por eso le pedimos al incumbente de la Supervisora (Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado) que venga en auxilio de esa obra, por favor", dice el político, que extiende su llamado al presidente Leonel Fernández.
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