Gobiernos imperialistas reconocen rebeldes no pueden vencer a Ejército de Gadafi, por lo mque buscan una solución negociada al conflicto libio
Los principales países occidentales implicados en el conflicto en Libia intentaban este miércoles encontrar una solución negociada a la crisis, mientras se estancaban en el terreno militar las posiciones de ambos bandos.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña intentan abrir canales de discusión entre los rebeldes, por un lado, y, en forma indirecta, el régimen del coronel Muamar Gadafi, para llevarlos a negociar, indicaron responsables de los dos bandos.
Emisarios de esas tres potencias occidentales estaban el miércoles en Bengasi, principal ciudad del este de Libia y capital de la rebelión, mientras que Turquía, único miembro musulmán de la OTAN, mantenía contactos con el entorno del dirigente libio.
Tanto los rebeldes como el régimen de Gadafi quieren imponer sus condiciones, lo que demora un acuerdo para el inicio de las negociaciones.
Los rebeldes rechazan negociaciones directas con Gadafi, sus hijos o sus consejeros más cercanos, dijo a la AFP un portavoz de la insurrección, Chamsedin Abdelmolá.
"Aceptamos la posibilidad de una salida negociada con la condición de que no sea con Gadafi ni sus allegados", dijo Abdelmolá, que estimó que el presidente de la Corte Suprema o el ex primer ministro Jadalá Azuz al Talhi, eran figuras aceptables para el CNT.
Por su lado, el ministro adjunto de Relaciones Exteriores de Libia, Jaled Kaim, dijo que el Gobierno libio aceptaba la idea de reformas, pero que descartó cualquier diálogo antes de que los rebeldes "depongan las armas".
El portavoz del Gobierno, Musa Ibrahim, descartó por su lado que Gadafi renuncie a su condición de líder.
En el campo de batalla, los rebeldes, mal armados y poco entrenados, no están en condiciones de desbaratar las fuerzas armadas de Gadafi.
Desde hace una semana, el frente quedó estabilizado en los alrededores del puerto petrolero de Brega.
La amenaza de bombardeos de la OTAN disuadieron a las fuerzas armadas del régimen de avanzar hacia Ajdabiya, pero su artillería móvil puede hacer recular las líneas enemigas en cualquier momento.
El comandante adjunto de las operaciones militares de la OTAN, el almirante británico Russel Harding, indicó que el ejército libio había sabido adaptarse y confundirse con la población civil para seguir operando.
Aunque los insurgentes no han logrado por el momento obtener armas o un apoyo directo de la coalición franco-estadounidense-británica, cada vez hay más voces que reclaman que el Consejo Nacional de Transición (CNT) sea reconocido como único representante legítimo de Libia.
Francia, Qatar e Italia ya anunciaron públicamente que reconocían al CNT.
Abdelmolá estimo que Estados Unidos, cuyo emisario, Chris Stevens, pasó dos días en Bengasi, no tardará en reconocer al CNT.
El CNT "tranquilizó" a Stevens, comprometiéndose a detener a cualquier miembro de Al Qaeda que intente infiltrar las filas de la insurrección, dijo Abdelmolá.
El ministro turco de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, se entrevistó con un enviado de Gadafi y pronto va a entrevistarse con el jefe de la oposición libia, Mahmud Jibril.
Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, declaró que su Gobierno estaba viendo con quién se podía trabajar en Trípoli para buscar una "salida política" dado que militarmente la situación estaba bloqueada.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña intentan abrir canales de discusión entre los rebeldes, por un lado, y, en forma indirecta, el régimen del coronel Muamar Gadafi, para llevarlos a negociar, indicaron responsables de los dos bandos.
Emisarios de esas tres potencias occidentales estaban el miércoles en Bengasi, principal ciudad del este de Libia y capital de la rebelión, mientras que Turquía, único miembro musulmán de la OTAN, mantenía contactos con el entorno del dirigente libio.
Tanto los rebeldes como el régimen de Gadafi quieren imponer sus condiciones, lo que demora un acuerdo para el inicio de las negociaciones.
Los rebeldes rechazan negociaciones directas con Gadafi, sus hijos o sus consejeros más cercanos, dijo a la AFP un portavoz de la insurrección, Chamsedin Abdelmolá.
"Aceptamos la posibilidad de una salida negociada con la condición de que no sea con Gadafi ni sus allegados", dijo Abdelmolá, que estimó que el presidente de la Corte Suprema o el ex primer ministro Jadalá Azuz al Talhi, eran figuras aceptables para el CNT.
Por su lado, el ministro adjunto de Relaciones Exteriores de Libia, Jaled Kaim, dijo que el Gobierno libio aceptaba la idea de reformas, pero que descartó cualquier diálogo antes de que los rebeldes "depongan las armas".
El portavoz del Gobierno, Musa Ibrahim, descartó por su lado que Gadafi renuncie a su condición de líder.
En el campo de batalla, los rebeldes, mal armados y poco entrenados, no están en condiciones de desbaratar las fuerzas armadas de Gadafi.
Desde hace una semana, el frente quedó estabilizado en los alrededores del puerto petrolero de Brega.
La amenaza de bombardeos de la OTAN disuadieron a las fuerzas armadas del régimen de avanzar hacia Ajdabiya, pero su artillería móvil puede hacer recular las líneas enemigas en cualquier momento.
El comandante adjunto de las operaciones militares de la OTAN, el almirante británico Russel Harding, indicó que el ejército libio había sabido adaptarse y confundirse con la población civil para seguir operando.
Aunque los insurgentes no han logrado por el momento obtener armas o un apoyo directo de la coalición franco-estadounidense-británica, cada vez hay más voces que reclaman que el Consejo Nacional de Transición (CNT) sea reconocido como único representante legítimo de Libia.
Francia, Qatar e Italia ya anunciaron públicamente que reconocían al CNT.
Abdelmolá estimo que Estados Unidos, cuyo emisario, Chris Stevens, pasó dos días en Bengasi, no tardará en reconocer al CNT.
El CNT "tranquilizó" a Stevens, comprometiéndose a detener a cualquier miembro de Al Qaeda que intente infiltrar las filas de la insurrección, dijo Abdelmolá.
El ministro turco de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, se entrevistó con un enviado de Gadafi y pronto va a entrevistarse con el jefe de la oposición libia, Mahmud Jibril.
Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, declaró que su Gobierno estaba viendo con quién se podía trabajar en Trípoli para buscar una "salida política" dado que militarmente la situación estaba bloqueada.