Vaticano autorizó sepultar en Catedral al padre de Trujillo
Documentos revelan que la autorización fue canalizada por el arzobispo Ricardo Pittini
José Trujillo Valdez (Don Pepito), el padre del dictador Rafael L. Trujillo, etuvo sepultado en la Catedral Primada de América, previa autorización expresa del Vaticano, canalizada a través del Arzobispo, Monseñor Ricardo Pittini. Falleció el 10 de junio de 1935, cinco años después que su vástago asumiera los destinos de la Nación.
Las honras fúnebres fueron similares a las que se tributan a los hombres con categoría de héroes. El padre de los Trujillo no disponía de condiciones para merecer tan singular distinción póstuma.
El sepelio fue un acontecimiento que se caracterizó por la presencia de funcionarios civiles y militares, gobernadores, síndicos, empleados públicos, alcaldes pedáneos y delegaciones de los más remotos lugares del país. Carruajes tirados por briosos caballos llevaban cientos de coronas, mientras circulaban a todo lo largo de la calle el Conde, hasta llegar a la catedral.
Próximo a la sepultura de Don Pepito, estaban los restos de los Padres de la Patria; Duarte, Sánchez y Mella, trasladados al Altar de la Patria, y las cenizas de Cristóbal Colón.
El panegírico lo pronunció el vicepresidente de la República, Jacinto B. Peynado, quien entre otras cosas laudatorias proclamó ante el féretro: “Jamás despojos tan ilustres han pasado bajo las arcadas de este templo para recibir cristiana sepultura”.
José Trujillo Valdez (Don Pepito), el padre del dictador Rafael L. Trujillo, etuvo sepultado en la Catedral Primada de América, previa autorización expresa del Vaticano, canalizada a través del Arzobispo, Monseñor Ricardo Pittini. Falleció el 10 de junio de 1935, cinco años después que su vástago asumiera los destinos de la Nación.
Las honras fúnebres fueron similares a las que se tributan a los hombres con categoría de héroes. El padre de los Trujillo no disponía de condiciones para merecer tan singular distinción póstuma.
El sepelio fue un acontecimiento que se caracterizó por la presencia de funcionarios civiles y militares, gobernadores, síndicos, empleados públicos, alcaldes pedáneos y delegaciones de los más remotos lugares del país. Carruajes tirados por briosos caballos llevaban cientos de coronas, mientras circulaban a todo lo largo de la calle el Conde, hasta llegar a la catedral.
Próximo a la sepultura de Don Pepito, estaban los restos de los Padres de la Patria; Duarte, Sánchez y Mella, trasladados al Altar de la Patria, y las cenizas de Cristóbal Colón.
El panegírico lo pronunció el vicepresidente de la República, Jacinto B. Peynado, quien entre otras cosas laudatorias proclamó ante el féretro: “Jamás despojos tan ilustres han pasado bajo las arcadas de este templo para recibir cristiana sepultura”.
A propósito del sepelio del padre de los Trujillo, quien fuera diputado al Congreso Nacional, se hicieron decenas de comentarios e historietas que relatan el comportamiento indelicado del “prócer” fallecido, antes de la llegada de su hijo al poder.
Mientras seguían el cortejo fúnebre, varios amigos empleados del Gobierno, celebraron discretamente la ocurrencia de uno de ellos, que en tono bajo dijo: “En la Catedral están instalando un sistema de seguridad con alarmas eléctricas automáticas para proteger el tesoro de la Catedral, que consiste en piedras preciosas, cálices de oro, collares de perlas, crucifijos de oro y prendas, que son muy cuantiosos”.
Mientras seguían el cortejo fúnebre, varios amigos empleados del Gobierno, celebraron discretamente la ocurrencia de uno de ellos, que en tono bajo dijo: “En la Catedral están instalando un sistema de seguridad con alarmas eléctricas automáticas para proteger el tesoro de la Catedral, que consiste en piedras preciosas, cálices de oro, collares de perlas, crucifijos de oro y prendas, que son muy cuantiosos”.
Se refería, obviamente, a la llegada del nuevo “inquilino” a la Primada de América.
Concordato
Durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, República Dominicana y El Vaticano firmaron la especie.
Concordato
Durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, República Dominicana y El Vaticano firmaron la especie.