Llegaron a los santuarios las ballenas jorobadas para cita de amor en aguas RD

Quienes temen al mar podrán verlas desde un observatorio terrestre inaugurado ayer por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales

SAMANA. Ellas han regresado. Han vuelto a una cita de amor, procreación y cánticos acuáticos que constituyen uno de los más nobles y sensitivos espectáculos de la naturaleza. Un show que debe ser disfrutado aun cuando sea una sola vez en la vida.

La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) retoma sus rutina al abandonar las frías aguas del Océano Atlántico Norte para procurar en nuestras aguas caribeñas, las condiciones adecuadas para aparearse y parir, alimentando durante su estadia aquí a los bebés ballena hasta darles las condiciciones suficientes para regresar a su origen.

La experiencia
Ver las gráciles maniobras de nado y salto de las ballenas jorobadas es todo un espectáculo que admira y enternece.
Las embarcaciones autorizadas para llevar visitantes (que sólo son 43 de acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente) están sujetas a un reglamento que garantiza no provocar daños a los animales y verlas en su ambiente natural.
Cada vez que se monta el visitante en las embarcaciones para ir a observar ballenas, surge la interrogante de si se dejarán ver y si será posible fotografiarlas o grabarlas en video. Muy pocas veces se da el caso de que no puedan ser vistas y las imágenes son impresionantes. Para cada quien es toda una experiencia que marca la jornada y la vida.

Observatorio terrestre

La temporada de observación de ballenas jorobadas fue abierta oficialmente con la inauguración del primer observatorio terrestre, en un acto relizado en Punta Balandra, lugar en que estuvo anteriormente el faro de entrada a Samaná y que permitirá a visitantes que por diversas razones (edad, temor, o rechazo a verse en las aguas del mar), ver el nado y las volteretas de estos mamíferos marinos.

El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales manifestó su alegría por la puesta en servicio de este observatorio que permite más privacidad a las propias ballenas de las que dijo vienen a labores de amor y proceación.

“A nadie le gustaría tener observadores extraños en su habitación cuando se están haciendo labores de procreación”, manifestó el doctor Jaime David Fernánde Mirabal, en humorística alusión al quehacer fundamental de las ballenas en aguas del santuario marino.

El alcalde de Samaná, Miguel Bezi, destacó que el observatorio terrestre amplia las posibilidades de producción económica de la localidad, al incrementar la visita para ver ballenas. Dijo que muchas personas no vienen por que no pueden adentrarse al mar y que ahora, una familia puede dividirse entre quienes se van a las aguas para una experiencia directa o quienes se trasladen a Punta Balandra a hacerlo desde ese punto estratégico de observación.

Peter Sánchez

El biólogo recien nombrado administrador de los Santuarios de Mamíferos Marinos de Banco de la Plata, de la Navidad y Samaná destacó que las madres adultas pueden procrear una cria por año, para lo cual tienen que inmigrar hacia aguas cálidas.

Dijo que calcula extraoficialmente que las que vienen a Samaná son entre 500 y 600 ejemplares.

Explicó que al Banco de la Plata (en la parte superior de Puerto Plata) la excursión tiene fines más científicos y extendidos, siendo la gira de de una semana de duración, permitiéndose el nado y buceo junto a las ballenas y que el costo aproximadamente es de unos tres mil dólares.
El costo de la observación de ballenas en Samana (que dura entre dos y cuatro horas) es de unos 20 dólares para visitantes del exterior.

Cayena del Mar
Para hacer la visita, el club de playa Cayena del Mar, un proyecto ecoturístico y lúdico local fundado por la Familia Bezi (Nadime Bezi de Peguero y sus hijos Mitiel y Nadim), ofreció las facilidades de transporte al Ministerio de Medio Ambiente. Mitiel Bezi destacó la importancia que tiene para el turismo de Samaná el desarrollo de proyectos turísticos locales. El lugar impresionó a los periodistas.

100 libras x día
Los bebés ballenas consumen 50 litros diarios de leche. Sus madres no se alimentan mientras están en nuestras aguas. Nacen pesando 1.000 o 2.000 libras, con 12 a 13 pies de largo. Las ballenas adultas pesan promedio 15 toneladas. RD sólo autoriza a 43 embarcaciones para la observación.
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