Españoles denuncian en cárceles de RD todo depende de dinero
La República Dominicana está bajo el cuestionamiento de una parte de la prensa española, la cual se ha hecho eco del caso de tres jóvenes gallegos, entre ellos dos muchachas, que fueron arrestados en un aeropuerto local por supuesta posesión de drogas.
La detención se produjo el pasado sábado en el aeropuerto de Punta Cana, luego que la DNCD les descubiera drogas en sus maletas. De inmediato la justicia les dictó tres meses de prisión preventiva y ahora permanecen a la espera de juicio acusados de un presunto delito de tráfico internacional de drogas.
Los primeros en declarar fueron Hugo Leiro Garrido, de 25 años (Portonovo), y la vilagarciana Mónica Pardal Abad, de 27, a los que se les tomó declaración el pasado martes. Los dos negaron ante el juez que las maletas que les incautaron fuesen de su propiedad. Esta declaración coincide con las afirmaciones realizadas por los familiares que culpan a un cuarto arousano, un vecino de Sanxenxo, de haberles introducido la droga en sus maletas antes del embarque en un avión a Bruselas, la capital de Bélgica.
La embajada española mantiene contacto con las autoridades dominicanas para prestar a los detenidos el apoyo jurídico que necesiten.
El drama de las cárceles
Los cuestionamientos a la República Dominicana surgen debido al estado de las cárceles.
El siguiente es un reportaje que publica este sábado el periódico La Voz de Galicia, sobre este caso:
"Hugo Leiro asegura que en las cárceles de la República Dominicana todo depende de si tienes dinero o no. Por eso él, que ya recibió parte del que le mandó su padre, puede hablar por teléfono, y no sólo con su familia, sino también con la prensa. Lo hizo ayer a través del móvil de su compañero de celda, otro gallego que también fue detenido con cocaína en el aeropuerto. Como Leiro Garrido y sus dos amigas de Vilagarcía, asegura que alguien le metió la droga en la maleta cuando regresaba a España con su hija.
Las dos arousanas detenidas, Mónica Abad y Lorena Barcala, están en otra prisión. Lorena, además, está embarazada, y su familia espera que por su estado pueda quedar libre pronto y volver a España.
-¿Qué tal se encuentra después de una semana en prisión?
-Dentro de lo que cabe ahora bien, porque me quitaron el dinero que tenía, pero como aquí todo se compra, me cambiaron de cárcel y ahora estoy mejor. Antes estaba en una celda con más de cien prisioneros, y ahora estoy con otro español en una cárcel que está en la selva. La abogada de la Embajada me trajo dinero que mandó mi padre, y por eso ahora me encuentro mejor.
-Además, usted tiene problemas respiratorios. ¿Pudo conseguir el tratamiento?
-Sí, los primeros días lo pasé muy mal, y me dio un ataque de ansiedad, pero ahora ya tengo las medicinas. Lo que te digo, aquí todo se consigue con dinero.
-Su familia cree que fue su amigo Chere el que le metió la droga en la maleta. ¿Usted también sospecha de él?
-Yo no lo sé, no puedo culpar a nadie porque no sé quién fue. Lo único que sé es que alguien nos metió la droga en las maletas a mí y a las chicas. Nosotros íbamos a Bruselas y de allí teníamos pensado volver a España, y alguien nos cambió las maletas. Aquí hay mafias que se aprovechan de los turistas, a muchos les pasó lo mismo.
-¿Usted nunca traficó, entonces, con drogas?
-¿Yo? Qué va. Yo me marché de casa en el mes de agosto y me vine aquí para trabajar, hacía de guardaespaldas, me pagaban 15 euros la hora. ¿Iba a dedicarme yo a traficar con drogas? Lo que quiero que quede claro es que somos inocentes, tanto yo como las chicas, y ahora nos vemos en esta situación y vamos a ser juzgados por narcotráfico.
-¿Puede hablar con las chicas?
-Sí, ellas están en otra cárcel, pero sí que pude hablar con ellas y sé que están bien, dentro de lo que cabe.
-¿Sabe que su familia ya está tratando de ayudarlos con la mediación del Gobierno?
-Sí, y espero que todo se aclare pronto y que podamos recuperar la libertad, y entonces, cuando vuelva a España, voy a contar todo lo que pasa aquí, porque ahora ni me atrevo, y menos por teléfono. Lo que sí quiero dejar es que nosotros somos inocentes, que nos han engañado".
La detención se produjo el pasado sábado en el aeropuerto de Punta Cana, luego que la DNCD les descubiera drogas en sus maletas. De inmediato la justicia les dictó tres meses de prisión preventiva y ahora permanecen a la espera de juicio acusados de un presunto delito de tráfico internacional de drogas.
Los primeros en declarar fueron Hugo Leiro Garrido, de 25 años (Portonovo), y la vilagarciana Mónica Pardal Abad, de 27, a los que se les tomó declaración el pasado martes. Los dos negaron ante el juez que las maletas que les incautaron fuesen de su propiedad. Esta declaración coincide con las afirmaciones realizadas por los familiares que culpan a un cuarto arousano, un vecino de Sanxenxo, de haberles introducido la droga en sus maletas antes del embarque en un avión a Bruselas, la capital de Bélgica.
La embajada española mantiene contacto con las autoridades dominicanas para prestar a los detenidos el apoyo jurídico que necesiten.
El drama de las cárceles
Los cuestionamientos a la República Dominicana surgen debido al estado de las cárceles.
El siguiente es un reportaje que publica este sábado el periódico La Voz de Galicia, sobre este caso:
"Hugo Leiro asegura que en las cárceles de la República Dominicana todo depende de si tienes dinero o no. Por eso él, que ya recibió parte del que le mandó su padre, puede hablar por teléfono, y no sólo con su familia, sino también con la prensa. Lo hizo ayer a través del móvil de su compañero de celda, otro gallego que también fue detenido con cocaína en el aeropuerto. Como Leiro Garrido y sus dos amigas de Vilagarcía, asegura que alguien le metió la droga en la maleta cuando regresaba a España con su hija.
Las dos arousanas detenidas, Mónica Abad y Lorena Barcala, están en otra prisión. Lorena, además, está embarazada, y su familia espera que por su estado pueda quedar libre pronto y volver a España.
-¿Qué tal se encuentra después de una semana en prisión?
-Dentro de lo que cabe ahora bien, porque me quitaron el dinero que tenía, pero como aquí todo se compra, me cambiaron de cárcel y ahora estoy mejor. Antes estaba en una celda con más de cien prisioneros, y ahora estoy con otro español en una cárcel que está en la selva. La abogada de la Embajada me trajo dinero que mandó mi padre, y por eso ahora me encuentro mejor.
-Además, usted tiene problemas respiratorios. ¿Pudo conseguir el tratamiento?
-Sí, los primeros días lo pasé muy mal, y me dio un ataque de ansiedad, pero ahora ya tengo las medicinas. Lo que te digo, aquí todo se consigue con dinero.
-Su familia cree que fue su amigo Chere el que le metió la droga en la maleta. ¿Usted también sospecha de él?
-Yo no lo sé, no puedo culpar a nadie porque no sé quién fue. Lo único que sé es que alguien nos metió la droga en las maletas a mí y a las chicas. Nosotros íbamos a Bruselas y de allí teníamos pensado volver a España, y alguien nos cambió las maletas. Aquí hay mafias que se aprovechan de los turistas, a muchos les pasó lo mismo.
-¿Usted nunca traficó, entonces, con drogas?
-¿Yo? Qué va. Yo me marché de casa en el mes de agosto y me vine aquí para trabajar, hacía de guardaespaldas, me pagaban 15 euros la hora. ¿Iba a dedicarme yo a traficar con drogas? Lo que quiero que quede claro es que somos inocentes, tanto yo como las chicas, y ahora nos vemos en esta situación y vamos a ser juzgados por narcotráfico.
-¿Puede hablar con las chicas?
-Sí, ellas están en otra cárcel, pero sí que pude hablar con ellas y sé que están bien, dentro de lo que cabe.
-¿Sabe que su familia ya está tratando de ayudarlos con la mediación del Gobierno?
-Sí, y espero que todo se aclare pronto y que podamos recuperar la libertad, y entonces, cuando vuelva a España, voy a contar todo lo que pasa aquí, porque ahora ni me atrevo, y menos por teléfono. Lo que sí quiero dejar es que nosotros somos inocentes, que nos han engañado".