Un mal estudiante o una mala escuela, ¿quién es el culpable de sus bajas calificaciones?
Por: Benjamín Morillo)
SANTO DOMINGO. Las bajas calificaciones tienen muchas causas posibles y no siempre son el resultado de una mala escuela o una mala gestión de los padres y madres, además que no nos gusta mucho la idea de "señalar culpable", sino "responsables", pues el culpable se condena, pero el responsable se orienta para que asuma su responsabilidad.
Es una pregunta interesante, pues Escuela y Estudiante son partes fundamentales de ese equipo que formamos los padres y las madres, el centro educativo y el o la estudiante.
Un equipo que debe buscar las sinergias para lograr los resultados deseados. Cuando hablamos de buscar las sinergías, hablamos de armonizar diferencias e intereses encontrados para lograr los objetivos propuestos, los cuales deben ser conocidos por todos los actores que intervienen en el proceso de aprendizaje. Estos objetivos ya están preestablecidos muchos de ellos tanto por el mismo sistema educativo, así también por la Institución Educativa. Deben ser claros, bien definidos, medibles, alcanzables y con una fecha establecida.
Esto permitirá el empoderamiento del estudiante y le facilitará a los padres y madres y al colegio o escuela, realizar las evaluaciones que les ayudarán a determinar si los aprendizajes se obtienen de la forma esperada.
Si el centro no ha establecido objetivos con las características antes mencionadas y los ha hecho del conocimiento, tanto de padres y madres como de los y las estudiantes, no podrá luego
culparlos si no son logrados.
El centro tiene la gran responsabilidad de educar no sólo a los alumnos que les son confiados, sino también a padres y madres, como dijo el Gran Napoleón Bonaparte:" La Educación comienza 20 años antes, educando a la madre". Y sabemos que el general francés hablaba sólo de la madre por la época en que vivió, cuando la educación de los hijos e hijas era confiada únicamente a las madres; sin embargo, hoy por hoy, la mujer ha asumido un rol de productora de bienes y servicios que demanda que los padres también participen de forma activa en la educación de los hijos e hijas.
Cuando nos ha tocado dirigir algún centro educativo, hemos comprobado que si esto se hace de forma programada, se logra una excelente integración entre el hogar (Padres, Madres y estudiantes) con el centro.
A la hora de establecer responsabilidad por las malas calificaciones, casi siempre enfocamos nuestra mirada hacia el o la estudiante. Sin embargo, creemos que cuando esto se da, el fallo no está en el niño o la niña, pues a estos hay que garantizarles, por derecho, todas las condiciones para que logren sus objetivos, incluyendo la motivación.
Los padres y las madres dejamos en manos del colegio o escuela esta parte tan importante del aprendizaje, aunque una gran parte del trabajo de motivar le corresponda al maestro o la maestra. Y si tenemos un/a estudiante motivado/a, las malas calificaciones serán cosas del pasado, salvo que alguna deficiencia lo impida.
En conclusión, el estudiante que tiene todas las condiciones, la supervisión con una disciplina equilibrada, y se le aplican las formas adecuadas de evaluación, siempre obtendrá buenas
calificaciones. Es decir, que las malas calificaciones no son culpa o responsabilidad del o la estudiante, pues este se asume como un sujeto de la educación, es decir es responsabilidad de la escuela y los padres garantizarle sus buenas calificaciones.
SANTO DOMINGO. Las bajas calificaciones tienen muchas causas posibles y no siempre son el resultado de una mala escuela o una mala gestión de los padres y madres, además que no nos gusta mucho la idea de "señalar culpable", sino "responsables", pues el culpable se condena, pero el responsable se orienta para que asuma su responsabilidad.
Es una pregunta interesante, pues Escuela y Estudiante son partes fundamentales de ese equipo que formamos los padres y las madres, el centro educativo y el o la estudiante.
Un equipo que debe buscar las sinergias para lograr los resultados deseados. Cuando hablamos de buscar las sinergías, hablamos de armonizar diferencias e intereses encontrados para lograr los objetivos propuestos, los cuales deben ser conocidos por todos los actores que intervienen en el proceso de aprendizaje. Estos objetivos ya están preestablecidos muchos de ellos tanto por el mismo sistema educativo, así también por la Institución Educativa. Deben ser claros, bien definidos, medibles, alcanzables y con una fecha establecida.
Esto permitirá el empoderamiento del estudiante y le facilitará a los padres y madres y al colegio o escuela, realizar las evaluaciones que les ayudarán a determinar si los aprendizajes se obtienen de la forma esperada.
Si el centro no ha establecido objetivos con las características antes mencionadas y los ha hecho del conocimiento, tanto de padres y madres como de los y las estudiantes, no podrá luego
culparlos si no son logrados.
El centro tiene la gran responsabilidad de educar no sólo a los alumnos que les son confiados, sino también a padres y madres, como dijo el Gran Napoleón Bonaparte:" La Educación comienza 20 años antes, educando a la madre". Y sabemos que el general francés hablaba sólo de la madre por la época en que vivió, cuando la educación de los hijos e hijas era confiada únicamente a las madres; sin embargo, hoy por hoy, la mujer ha asumido un rol de productora de bienes y servicios que demanda que los padres también participen de forma activa en la educación de los hijos e hijas.
Cuando nos ha tocado dirigir algún centro educativo, hemos comprobado que si esto se hace de forma programada, se logra una excelente integración entre el hogar (Padres, Madres y estudiantes) con el centro.
A la hora de establecer responsabilidad por las malas calificaciones, casi siempre enfocamos nuestra mirada hacia el o la estudiante. Sin embargo, creemos que cuando esto se da, el fallo no está en el niño o la niña, pues a estos hay que garantizarles, por derecho, todas las condiciones para que logren sus objetivos, incluyendo la motivación.
Los padres y las madres dejamos en manos del colegio o escuela esta parte tan importante del aprendizaje, aunque una gran parte del trabajo de motivar le corresponda al maestro o la maestra. Y si tenemos un/a estudiante motivado/a, las malas calificaciones serán cosas del pasado, salvo que alguna deficiencia lo impida.
En conclusión, el estudiante que tiene todas las condiciones, la supervisión con una disciplina equilibrada, y se le aplican las formas adecuadas de evaluación, siempre obtendrá buenas
calificaciones. Es decir, que las malas calificaciones no son culpa o responsabilidad del o la estudiante, pues este se asume como un sujeto de la educación, es decir es responsabilidad de la escuela y los padres garantizarle sus buenas calificaciones.