Lo del calentamiento global y la falta de oxígeno en la Laguna de Cabral, es una explicación que no satisface

Por: Ramón A. López Ynoa.

Recientemente sorprendió a la opinión nacional, particularmente a la de la región Enriquillo, la información de la muerte de miles de especímenes de las famosas tilapias, Mozambique Tilapia (Oreochromis mossambicus), tanto por el hecho en sí mismo, como por las implicaciones y repercusiones económicas que se derivan y que impactan directamente en las poblaciones de Cabral, Barahona, y en las adyacentes.

Las razones dadas a estas muertes por el técnico encargado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el licenciado Bienvenido Santana Ferreras, del “calentamiento global y el cambio en los parámetros de temperatura” y la de la “muerte natural”, parecen tendentes a dar una pronta explicación, no propia de un informe revestido por la rigurosidad científica que demanda el estudio del fenómeno.

El profesional de la biología ha dado dos razones básicas que pudieron influir en la muerte de las tilapias. La primera es la del calentamiento global, y la segunda, la falta de oxígeno.

Precisamente, la tilapia es un pez de condiciones excepcionales. Todas las especies prefieren temperaturas elevadas. Su rango normal oscila entre 20º y 30º de temperatura.

El experto informó que “un porcentaje significativo de los cadáveres muestran la boca abierta, las cuales estaban buscando oxígeno antes de morir”.

En cuanto al oxígeno es conveniente saber que la tilapia puede vivir en condiciones ambientales adversas debido precisamente a que soporta bajas concentraciones de oxígeno disuelto. Esto le permite que su sangre pueda saturarse de oxígeno aún cuando la presión parcial de este último sea baja.

Cuando la concentración en el medio es baja (inferior a 3 mg/l), entonces, reduce su consumo de oxígeno.

Y si esto fuera poco, cuando esta concentración disminuye aún más, su metabolismo se vuelve anaeróbico.

Para que la temperatura matara a las tilapias debió de haber subido a más de 30 grados, y la presencia de oxígeno debió caer en el límite inferior de los 3 mg/l, y aún así, pudieron haber sobrevivido.

El informe del técnico tuvo sus prisas. Al mismo tiempo que diagnosticó como causa de estas muertes el “calentamiento global” y la “causa natural” recomiendó suspender las labores de pesca en dicha laguna, hasta tanto se determine las causas del fenómeno.

En otras palabras, el estudio que realizó no revela qué produjo la mortandad en la población de tilapias en la Laguna del Rincón, o no lo quizo decir.

En sus inicios el encargado de Medio ambiente y Recursos Naturales con asiento en Barahona, el licenciado Miguel Melo Beltré, trató de apoyar el informe del técnico, pero debido a las presiones de la prensa digital y de sectores ligados a la producción de la especie piscícola, ha tenido que decir que el informe del técnico no es concluyente.

El licenciado Melo ha dado marcha atrás en su apoyo inicial a la explicación del técnico. Ahora no descarta que esta muerte masiva de tilapias sea por envenenamiento, aunque tampoco descarta la teoría del biólogo Bienvenido Santana Ferreras sobre el calentamiento del agua en la laguna.

Lo cierto es que la teoría del calentamiento global como causa de la muerte masiva de Oreochromis mossambicus es un tanto forzada y apresurada; no es producto de una investigación rigurosa. Luce, más bien, una opinión oficiosa.

Una institución como la UASD debería hacer un estudio imparcial de los hechos auspiciado por el Ministerio de Medio Ambiente.

El senador Eddy Mateo Vásquez ya lo dijo. Medio Ambiente tiene que determinar las causas que han provocado estas muertes para llevar la paz y la tranquilidad a los pescadores y a las miles de familias que viven de estas labores
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