Eres esclavo de lo que dices

Por: Ma Prem Bhama /
Especial para ELNUEVODIA.COM

PUERTO RICO. "La palabra es más poderosa que la espada"; "eres esclavo de lo que dices y dueño de lo que callas" son antiguos proverbios que hemos escuchado y que hacen referencia al poder de la palabra.
La mayoría de las personas habla sin pensar y no son conscientes de lo que sucede cuando lo hacen. Las palabras son una expresión energética del pensamiento.
El sonido es una vibración que actúa como un conductor, transmitiendo ondas energéticas que influyen en nuestro subconsciente y en el del que escucha.
Por eso necesitamos ser bien cuidadosos con lo que decimos, cómo lo decimos y la emoción que ponemos al hablar, sobre todo cuando hablamos de otros.
Cuando criticamos a alguien juzgando cómo se viste, cómo habla, lo que hace o deja de hacer etc., estamos poniendo energía de baja frecuencia en nuestras vidas porque todo lo que decimos o deseamos nos es devuelto, ya que por la Ley de Causa y Efecto recogemos lo que sembramos (hablamos).
Don Miguel Ruiz, en su libro "Los cuatro acuerdos" pone como primer acuerdo el "sé impecable con tus palabras". El expone que las palabras expresan tu poder creativo y que no solamente son sonidos o símbolos escritos, sino que también son la fuerza que constituye tu poder para crear.
Crear tu salud, tu amor, tu prosperidad, tu éxito, tu paz y tu tranquilidad. También explica la importancia que tiene la manera en la que les hablamos a nuestros niños.
Con las palabras (entre otras cosas) estamos forjando su personalidad y su forma de actuar en la vida.
Las palabras, de acuerdo a don Miguel Ruiz, tienen el poder de encantar, son como una magia o un hechizo que lanzamos al hablar.
Los niños son especialmente susceptibles a esto, ya que no tienen un marco de referencia para poder distinguir entre las palabras de alta frecuencia (amar, perdonar, compadecer, respetar) y las palabras de baja frecuencia (rabia, rencor, coraje, no puedes, no puedo, etc.) y no saben cómo resistir esta vibración.
Háblales a los niños con amor para que aprendan a sincronizarse a la alta frecuencia de la vibración del amor. Por otro lado, el doctor Masaru Emoto descubrió que las moléculas del agua reflejan nuestros pensamientos, palabras y sentimientos y en sus libros presenta pruebas de que el agua está viva y responde a cada una de nuestras palabras y emociones.
Cuando el agua está expuesta a palabras como "amor", "gratitud" o "sabiduría", los cristales que forma al congelarse son hermosos y ordenados.
Cuando se expone a expresiones como "¡estúpido!", "rencor", "coraje", son indefinidos o incompletos. Si lo que decimos tiene ese poder sobre el agua, imagínate el poder que tiene sobre nuestro cuerpo (que es más de un 70% agua) y nuestra mente.
Al hablar, no solamente es el decir algo positivo, es sentirlo, es desearlo con toda la vibración energética que poseemos, es actuar sobre lo que decimos, las acciones son nuestra mayor fuerza. Pensamientos positivos, palabras de motivación, sentimientos de alegría y bienestar hacia nosotros y hacia los demás, ponen energías beneficiosas en nuestro cuerpo, mente y todo lo que nos rodea.
Una vez entiendes que toda acción tiene un efecto (toda acción tiene una reacción) puedes hacerte cargo de tu proceso de transformación. Al internalizar esto, vas a estar más atento(a) a tus palabras y a tus acciones porque estás consciente de que algo va a pasar y quieres que sea algo de beneficio para los demás y para ti.
¿Cómo podemos utilizar el poder de nuestra palabra? La oración en voz alta, la meditación, y las afirmaciones escritas y en alta voz ponen energías beneficiosas en tu mente y en tu cuerpo. Cuando bendices a tus seres queridos, a ti misma y todo a tú alrededor, estás poniendo en acción la energía divina que nos rodea.
Esta semana está bien atento(a) a lo que dices y a lo que te dicen.
Procura que tus palabras siempre sean de amor, de apoyo, respeto, entusiasmo, regocijo e inspiración.
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