Gladys Ricart, la novia ensangrentada
Gladys Ricart, de 39 años de edad, era una madre soltera de dos niños que vivía en Nueva Jersey.
Por Dalton Herrera /El Caribe/.
Había emigrado de República Dominicana hacia Estados Unidos desde muy joven y se ganaba la vida de manera honrada con trabajos de archivos en una agencia de viajes.
Familiares de Gladys dirían después de ese 26 de septiembre de 1999 que, al conocer a Agustín García, ella se hallaba en su momento más vulnerable. García era un próspero empresario de Nueva York que se había naturalizado estadounidense. También era dominicano.
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Agustín García
Ambos se enamoraron y tuvieron una relación tortuosa. Gladys era una mujer imponente, poseedora de una belleza deslumbrante; mientras que Agustín no era muy agraciado físicamente, lo que hacía de él una persona muy insegura.
Las infidelidades y celos enfermizos de Agustín, así como sus agresiones verbales y físicas contra Gladys hicieron que ella decidiera dejarlo y rehacer su vida. No obstante, este nunca la dejaría tranquila.
Ni siquiera cuando ella conoció a James Preston Jr, de quien se enamoraría y se comprometería en matrimonio. Pues, Agustín comenzaría a acosarla en todas partes. En su casa, en el trabajo e incluso hasta cuando ella se encontraba compartiendo con su prometido.
No fueron ni una ni dos las ocasiones que Gladys manifestó su temor ante familiares y amigos. De hecho, días antes de la boda, una cámara de vigilancia los captó juntos en una tienda. En esas imágenes se podía ver a una Gladys temerosa y forzada a estar en ese lugar.
Agustín y una temerosa Gladys captados en cámara de vigilancia, días antes de su boda.
Sin embargo, la decisión estaba tomada y ella ya había decidido comenzar una nueva vida.
Un crimen frente a las cámaras
Aquel 26 de septiembre de 1999 llegó. Era el día de la boda de Gladys y James, y Agustín estaba al asecho. Él había sido visto por varios invitados merodeando la casa donde se estaba celebrando la boda de los novios pero por no dañarle el día a la novia, estos decidieron no decirle.
Mientras Gladys estaba haciéndose una sesión de fotos en compañía de amigos y familiares, Agustín se abría paso en el hogar. Este andaba vestido para la ocasión, por lo que muchos creyeron que él estaba resignado y, como era un empresario reconocido y educado, iría a felicitar a la novia.
Lo que ocurrió a continuación conmocionaría a Estados Unidos.
Enfrente de las cámaras, Agustín sacó un revolver Smith & Wesson y disparó contra Gladys, quien portaba un niveo vestido de novia. Los gritos de las damas de honor se hicieron eco y Juan Ricart, hermano de la víctima, se echó encima del agresor para quitarle el arma homicida y neutralizarlo.
CASO GLADYS RICART
Momento del asesinato. En el lado inferior izquierdo se visibiliza el arma homicida y a Gladys en el centro intentando cubrirse.
Pero ya era demasiado tarde. Gladys recibió tres impactos de bala que le segaron la vida. Minutos después llegaron los agentes policiales que pudieron detenerlo.
La muerte de Gladys impactó a Estados Unidos y desnudó la naturaleza machista de muchos celópatas que no aceptan que una mujer los abandone por la razon que fuere.
Posteriormente en 2002, Agustín fue condenado a cadena perpetua en la Corte Superior del Condado Bergen por asesinato en primer grado.
Actividades conmemorativas
Cientos marcharon esta mañana en Washington Heights en memoria de Gladys Ricart, la dominicana de 39 años que en 1999 fue asesinada a balazos por su exnovio en el día de su boda.
Gladys Ricart, la novia ensangrentada
Marcha en honor a Gladys Ricart
Este tipo de protestas se realiza desde hace 22 años, a propósito del Mes de Concientización sobre la Violencia Doméstica.
La marcha forma parte de un programa que copa todo el día, recorriendo varias calles en el Alto Manhattan y El Bronx