Salta: Condenaron a un obispo cercano al papa Francisco por abuso sexual contra dos seminaristas
El Papa Francisco recibe en el Vaticano al obispo argentino Gustavo Zanchetta, en junio de 2015.
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EN ARGENTINA, Viernes, 04 Marzo, 2022: La Justicia de la provincia de Salta condenó en la mañana de este viernes al exobispo de Orán, Gustavo Zanchetta, que es asesor del papa Francisco para la administración del patrimonio del Vaticano, a cuatro años y medio de prisión al hallarlo responsable del abuso sexual contra dos seminaristas.
Los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López y Héctor Fabián Fayos, lo condenaron como autor del delito de abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio de G.G. y de M.C.
Los jueces, además, ordenaron su inmediata detención y, una vez que esté firme la sentencia, que Zanchetta sea inscripto en el Banco de Datos Genéticos.
La pena es la que habían solicitado los fiscales para el obispo, pero familiares de las víctimas que se encontraban afuera del tribunal reclamaron porque consideraban que debería haber recibido un castigo más duro.
En su alegato ante el tribunal, la fiscal María Soledad Filtrín Cuezzo había sostenido que durante el juicio "se pudo establecer la veracidad, verosimilitud y credibilidad de las víctimas, que presentaron en sus denuncias y durante el juicio lógica interna, contextualización de los hechos, precisión de detalles y vivencias desde lo anatómico'', según un comunicado del Ministerio Público Fiscal de Salta.
El caso tomó trascendencia pública a principios de 2019 con un informe del diario El Tribuno, de Salta, sobre el supuesto comportamiento inadecuado del obispo durante los cuatro años que estuvo al frente del Obispado de Orán hasta 2017. La Justicia local inició entonces una investigación de oficio.
La condena contra Zanchetta impacta en el Vaticano, ya que el obispo se desempeña actualmente como asesor en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, cargo para el que fue designado por el Papa Francisco a fines de 2017, cuando la Iglesia Católica ya tenía conocimiento de las graves denuncias contra el religioso.
El obispo negó las acusaciones y dijo que es víctima de una "venganza''.
Un día antes, tras los alegatos que se presentaron el jueves, el religioso se había sido increpado por un grupo de personas cuando se retiró de los tribunales. "Zanchetta degenerado, impuro, destruiste la Iglesia'', "Judas'', le gritaron entonces, y reclamaron "justicia por los seminaristas''.
El obispo siempre negó las acusaciones y dijo que es víctima de una "venganza'' de sacerdotes de Orán con quienes tenía diferencias.
En 2016, cinco sacerdotes elevaron una acusación formal contra su entonces superior ante la Nunciatura. En aquella denuncia se lo acusaba a Zanchetta de autoritarismo, desmanejos económicos con propiedades eclesiásticas y abusos sexuales que habrían sucedido en el seminario San Juan XXIII.
Reacciones afuera de la corte tras la condena. AP.
El Papa Francisco ordenó la apertura de un juicio canónico y aseguró que nada se sabía de las denuncias por supuestos delitos económicos o abusos sexuales cuando Zanchetta fue designado en el Vaticano. Todavía no se conocen los resultados de este proceso.
Otro de los fiscales de la causa, Pablo Rivero, señaló que los informes psicológicos y psiquiátricos realizados al obispo "lo presentan como una persona con rasgos psicopáticos y con una grave falla del control de los impulsos; manipuladora de la situación de acuerdo a su conveniencia, que percibe a los demás como objetos para conseguir sus objetivos y que observa la realidad de acuerdo a su propia conveniencia.
"Estamos ante un hecho histórico de la justicia penal de Orán porque las víctimas se animaron a hablar y dieron las razones que rompen el principio de inocencia del acusado'', dijo Rivero. "No podemos determinar la extensión del daño que sufrieron las víctimas, pero sí tenemos la obligación de darles una respuesta desde la justicia y darle una respuesta a la sociedad de Orán y de todo el país'', agregó.
El impacto de la sentencia
El obispo emérito de Orán es muy cercano al Papa Francisco y vivía en el hotel interno de Santa Marta, donde se aloja el mismo pontífice. Viajó desde el Vaticano para este juicio, que es seguido muy de cerca por la prensa italiana.
De hecho, el diario romano “Il Messaggero” había anunciado en un titular el inicio del “proceso por abusos al amigo del Papa Francisco” y lo calificó como “el más hirviente” entre todos los casos de abusos sexuales por la relación personal entre ambos.
Zanchetta fue nombrado obispo de Orán por Bergoglio en julio de 2013, cuatro meses después de haber sido elegido Papa en un Cónclave el 13 de marzo. Luego de las denuncias contra Zanchetta de 2017, afirma el matutino italiano, “Francisco, para ayudarlo, lo hizo arribar al Vaticano y creó para él un puesto en la Curia”.
El diario cuenta que el Papa dijo en una entrevista a la vaticanista mexicana Valentina Alazraki, de Televisa, que después de la denuncia a la Nunciatura porteña "lo hice venir aquí y le pedí la renuncia”, pero que Zanchetta se defendió de las acusaciones y le dijo que las fotos que lo incriminaban eran falsas como parte de una conspiración, con lo cual el Papa había decidido aplicar la máxima “In dubbio pro reo” (en la duda, en favor del acusado).
Al seguirse acumulando las denuncias, dos años después el Papa envió los antecedentes del caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se ocupa de los asuntos disciplinarios de los sacerdotes y los obispos. La Congregación abrió ese mencionado juicio canónico del que aún no se conocen los resultados.
El juicio en Salta
En el juicio en Salta declararon más de 40 testigos, que revelaron los abusos y amenazas de Zanchetta. El ex seminarista que oficiaba de su chofer en las recorridas por la diócesis de Orán lo describió como autoritario y aseguró que todos los otros seminaristas y sacerdotes le tenían miedo.
Respecto de los abusos, contó que vio abrazos desde atrás y que duraban más de la cuenta y también masajes con otros jóvenes. Según su relato, Zanchetta tenía un trato diferencial con algunos de los seminaristas.
Esto también fue corroborado por el sacerdote Martín Alarcón, que se desempeñaba como rector del seminario Juan XXIII durante la gestión de Zanchetta y que fue uno de los sacerdotes que lo denunció en el juicio canónico. Contó que a algunos seminaristas les hacía regalos como ropa, computadoras o dinero. Y también precisó que el imputado amenazaba a los seminaristas diciéndoles que él era el obispo y que los podía expulsar.
Otro de los sacerdotes que denunció a Zanchetta en el juicio canónico, el vicario general de la diócesis y director espiritual de los seminaristas, Alejandro Acevedo, detalló que un grupo de seminaristas vivía en la casa parroquial de la Catedral de Orán, que era muy visitada por Zanchetta, quien recorría los cuartos y se quedaba a cenar, y señaló que allí había consumo de bebidas alcohólicas.
El sacerdote indicó que, a veces, los domingos por la noche se extendían las sobremesas y luego pedía a algún seminarista que lo acompañe al obispado, y agregó que muchas veces iban varios jóvenes que volvían más tarde y en estado de ebriedad.
Mencionó que, en septiembre de 2014, luego de una visita al departamento Rivadavia, del norte salteño, el obispo le entregó su celular al canciller del obispado para que bajara las fotos a la computadora y se haga una selección para enviar a la agencia Informativa Católica Argentina (AICA) o para subir a las redes.
Allí, encontraron fotos de contenido pornográfico en las que aparecía el obispo y algunos jóvenes.
Dijo que el canciller lo llamó para que las vea, y que eso llevó a que se haga consulta con otros dos sacerdotes y al anterior obispo de Orán, quien se contactó con el arzobispo y fue así que decidieron ir al nuncio metropolitano, donde llevaron un pendrive con las fotos.
Zanchetta se defendió en el juicio y declaró en la primera audiencia, el lunes 21 de febrero. Negó haber cometido delitos sexuales y dijo que tenía una "buena y sana" relación con todos los seminaristas. En este sentido, el religioso reveló que solía mantener charlas con los seminaristas y que hasta visitó algunos domicilios a los que fue invitado por sus familiares que le confiaban sus problemas o historias de vida.
En su declaración, el obispo insistió en que detrás de la denuncia de los dos seminaristas "hay otra connotación". Y afirmó que tres sacerdotes le habían dicho que los jóvenes lo denunciaron en el marco de una venganza que tenían ambos contra él.
Fuente: clarin.com