¡Carajo, aquí hace falta un Trujillo! (1 de 2)
AUTOR es político y escritor. Reside en Nueva York.
Por MIGUEL ESPAILLAT GRULLON
Dedicación
SÁBADO, 05 JUNIO, 2021: A los 60 años del ajusticiamiento de la bestia Trujillo, este trabajo va, como homenaje póstumo a los caídos, a los que sufrieron cárceles, torturas y exilios por combatir aquel régimen de oprobios, crueldades y horrores infinitos. También lo dedico a las generaciones, que posteriores a Trujillo, no vivieron aquellos hechos terribles que nos marcaron para mal, social, política, económica y moralmente. Los pueblos tienen que conocer su historia, para que sepan, de donde venimos, donde estamos y hacia dónde vamos. De lo contrario, seremos esclavos sempiternos de la ignorancia, por la cual nos esclavizan y oprimen.
La saga genealógica de los Trujillo
1 – El prolífico y talentoso escritor dominicano, Pedro Conde Sturla, en el primer párrafo de su ensayo “Historia Criminal del Trujillato”, narra la naturaleza macabra del árbol genealógico de los Trujillo de la manera siguiente: “Doña Julia Molina de Trujillo, como especie de caja de Pandora, parió una fiera tras otra en fila india, una más mala que la anterior y la posterior y viceversa. De su vientre salieron todos malos. Allí no había términos medios, sólo había malos y malas y peores, demonios y demonias. La futura Excelsa Matrona sabía parir, no cabe duda, aunque paría de mal en peor. Y una de esas fieras, quizás la más fiera de todas las fieras, estaba marcada por el destino, por el azar, la predestinación, por la historia y las circunstancias, por la suerte o por designios del imperio, por las fuerzas de ocupación norteamericanas, por lo que ustedes quieran”.
2 – El abuelo materno de Trujillo fue un campesino llamado Pedro Molina Peña y la abuela materna Luisa Ercina Chevalier una maestra pobre de ascendencia haitiana que gozó de buena reputación. A esa abuela, Trujillo la negaba o reconocía, según conviniera a sus propósitos políticos y sociales del momento.
3 – Trujillo fue el cuarto vástago entre once (11) hermanos. Ellos fueron, Héctor Bienvenido (Negro), Virgilio, José Arismendy (Petán), Luis Rafael, Romeo Amable (Pipí), Julio Aníbal, Pedro Vetílio, Flérida Marina, Rosa María Julieta, Nieves Luisa y Ofelia Japonesa. Los más destacados de estos demonios fueron Héctor Bienvenido, Virgilio, Romeo Amable (Pipí), Aníbal y José Arismendy (Petán).
4 – Héctor Bienvenido, llegó a ser presidente títere de su hermano por dos ocasiones, la primera como presidente interino desde el 1 de marzo hasta el 1 de octubre de 1951 y como presidente de la República desde el 16 de agosto de 1952 hasta el 3 de agosto de 1960. Estuvo casado con Alma LcLaauglinh, una hija del coronel Charles LcLaauglinh, un ser maluco que había llegado al país durante la ocupación norteamericana y se quedó viviendo en calidad de consejero militar, traductor, socio empresarial de Trujillo y espía del imperio. Aníbal era esquizofrénico y alcohólico, murió por un suicidio supuestamente orquestado por órdenes de su hermano el presidente dictador, Rafael Leónidas Trujillo. José Arismendy (Petán), se constituyó en un terror andante, principalmente en Bonao, donde era ley batuta y constitución. Petán era dado a despojar de sus tierras a sus legítimos propietarios, los cuales corrían peligro de muerte, si se oponían a sus caprichos de terrateniente. Igual afición tenía el presidente Trujillo, aficionado a las fincas, vacas y caballos de pura raza. Es un hecho histórico, que en los ríos de Nagua y de otras provincias del país, aparecían flotando los cadáveres de los dueños de fincas, cuando estos se oponían a cederles sus tierras a estos dos tiranos. Petán y Trujillo se disputaban la corona de asesinos, ladrones y violadores. Ya de viejo, cuando la impotencia les impedía a estos dos demonios realizar la penetración, entonces desfloraban a sus presas con el dedo. Sobre estas historias hay varios testimonios; por ejemplo, en enero de 1920 en San Pedro de Macorís se procesó a Trujillo por haber estuprado a una joven en el altar mismo de la iglesia.
5 – Este hecho no fue óbice para que los norteamericanos le negaran su ingreso a la “Guardia Nacional”, así como también por la comisión de otros delitos porque precisamente, gente esa ralea era que necesitaba el imperio para sus propósitos de dominación y control, puesto que ninguna persona decente de los tantos miles que había en la República, jamás se prestarían para mancillar a su patria. De ahí la prisión o persecución de Gregorio Urbano Gilbert, Américo Lugo, Fabio Fiallo, y René Fiallo, Francisco Henríquez y Carvajal, Max Henríquez Ureña, Federico Henríquez y Carvajal, Tulio M. Cestero, Enrique Deschamps, Manuel M. Morillo, Rafael C. Tolentino, Manuel F. Cestero, M. Flores Cabrera, Fernando Abel Henríquez, Emiliano Tejera, Francisco Prats Ramírez, Rafael César Florentino, Tomás Hernández Franco, a Marcos Cabral, a Rafael Bonelly Fondeur, Pericles Franco y mujeres como Ercilia Pepín, Floride Mieses viuda Carbonell, Ana T. Paradas, Bebé Nasica, Rita Indiana del Castillo, Atala Fiallo, Mélida Morales, Consuelo Guerrero, Mencía del Castillo, Colomba Lamarche, Mercedes Paulino, Rosa L. Aristy, Aida M. Aristy, Altagracia González, Altagracia Delmonte, Ogarita Pou y Margarita Baher, entre otras prestantes damas. Nota curiosa: entre los opositores a la intervención estuvieron Joaquín Balaguer y Manuel Arturo Peña Batlle, pero después pasaron a apoyar a Trujillo y sus ejecutorias antinacionalistas y antipatrióticas.
6 – Por igual, las hermanas de Trujillo (Flérida Marina, Rosa María Julieta, Nieves Luisa y Ofelia Japonesa), fueron mujeres terribles. Las cuatro eran inmorales, pero Nieves Luisa era la peor de todas; ejerció la prostitución durante toda su vida, haciendo de la contraparte femenina de todos sus hermanos. A Nieves Luisa, Trujillo la casó con el militar Manuel de Jesús Castillo (alias Lolo), y cuando Lolo murió la casaron con el hermano.
7 – Del abuelo paterno de Trujillo no hay seguridad quien fue su padre. Su abuela materna, sin lugar a dudas, sí lo fue Silveria Valdez. De ella se dice que fue un engendro de las peores lacras; amante de Ulises Heureaux, fiel colaboradora de Buenaventura Báez, dueña de posadas y burdeles, y que ejerció la prostitución al por mayor y al detalle. Silveria tuvo un hijo al que le puso por nombre José Trujillo Valdez (arias Pepito, como también Pepe botella), quien sería después el progenitor del tirano Rafael Leónidas Trujillo. De su abuela (Silveria Valdez y del hijo (José Trujillo Valdez, arias Pepito), sacó Rafael Leónidas Trujillo y todas los demás Trujillo, “la mala leche” que conformaron las siniestras entrañas de aquella maldita saga familiar.
8 – En general, la saga materna de Trujillo es todo un prontuario delictivo del más alto nivel. Todos fueron corruptos, promiscuos, ladrones y asesinos. Esta naturaleza macabra la heredaron del supuesto abuelo materno (José Juan de Dios Trujillo Monagas y de la madre Silveria Valdez, que era la transmisora de los genes diabólicos que corre entre todos los Trujillo nacidos en la República Dominicana. Así, Silveria parió a José Trujillo Valdez, alias Pepito, como también, Pepito Botella (un bandido de siete suelas), y este a la vez engendró con Julia Molina al tirano Trujillo y a sus restantes siniestros y malignos hermanos. Trujillo, a la vez, engendró con María Martínez de Trujillo los monstruos de Ramfis, Radhamés y Angelita Trujillo.
9 – José (Pepito), Trujillo Valdez – nos narra Pedro Conde Sturla en su ensayo – se parecía a su mamá por dentro y por fuera, y la emuló en casi todos los sentidos. Había asistido a la misma escuela que ella, la escuela de la vida, y había salido como ella, tan cuero y cortesano e intrigante como ella. Pepito desde joven fue promiscuo, corrupto en grado extremo, fiestero, bebedor e inescrupuloso. Ya adulto, se convirtió en un pequeño empresario que incursionaba en todo tipo de negocios turbios e ilícitos. Pepito fue ladrón de vacas, gallinas, cerdos, caballos, mulos, tierras, maderas, casas, etc. Con todos estos ilícitos ganó fama de cuatrero, por lo que estuvo preso en varias ocasiones. De la cárcel duradera lo salvaron las relaciones de su madre Silveria con el gobierno de Lilís.
La prole de Rafael Leónidas Trujillo Molina
10 – Este Trujillo, en su primera unión matrimonial con Aminta Ledesma tuvo dos hijas: Julia Génova que murió antes del año de nacida, y Flor de oro, quien fuera la esposa del cantante López Balaguer, y de ocho (8) más. También fue amante de Porfirio Rubirosa y de una veintena más. Trujillo, con su segunda esposa, María Martínez, procreó tres hijos: Ramfis, Radhamés y Angelita. Angelita, desde joven fue libidinosa, fogosa como su tía Luisa Nieves. Angelita solo se casó dos veces con hombres que disfrutaban torturar a otros hombres en las muchas cárceles del régimen. Su primer esposo, Luis José (Pechito) León Estévez, fue el más perverso de los dos. Su tortura favorita era abrir el vientre de sus enemigos para con sus manos enguantadas sacarles los intestinos, para luego dejarlos morir lentamente en agonía en su presencia, gozando de aquel espectáculo dantesco.
11 – Angelita también debutó como asesina. En su libro “La Verdad de la Sangre”, su autora, Pilar Awad Báez, relata cómo Angelita Trujillo mandó a inyectarle a su madre un anticoagulante, para provocarle la muerte por desangramiento después del parto, tal como ocurrió en fecha 6 de febrero de 1960. La niña que Pilar Báez dio a luz, sobrevivió. Luego, 9 meses después (el 30 de noviembre), también mataron al padre de la niña en un accidente planificado por el celoso asesino José Luis Estévez, a la sazón esposo de Angelita. ¿Cuál fue el motivo de este asesinato? Angelita se encaprichó con mi padre (confiesa Pilar Báez la hija sobreviviente); se enamoró de mi padre estando ella casada con Luis José León Estévez, acosándolo sin importarle su condición de casada y sin reparar en la amistad que le había unido a ella con mi madre, y sin importarle el peligro al que ella exponía a mi padre al fijarse en él.
12 – Los dos varones (Ramfis y Radhamés), fueron de conducta depravada, violadores, perversos, drogadictos y asesinos. Ambos fueron dos desalmados psicópatas como su padre. Particularmente a Ramfis le gustaba matar y torturar. Ramfis, era sádico, disfrutaba con caerles a tiro a sus víctimas después de una larga jornada de tortura. De su sadismo y maldad, nos da una idea el hecho siguiente: Don Miguel Ángel Báez Díaz (el padre de Pilar Báez, la mujer que Angelita mandó a matar con una inyección anticoagulante, después de ésta haber parido una niña en fecha 6 de febrero de 1960), fue apresado al día siguiente de la muerte de Trujillo, acusado de participar en complot de aquel ajusticiamiento, ocurrido la noche del 30 de mayo de 1961. Don Miguel Ángel Báez Diaz fue encerrado en las mazmorras de Nigua. Conjuntamente, también fue apresado su hijo el teniente Miguel Báez Perelló (que nada tenía que ver con el complot). Ambos fueron torturados hasta lo indecible. Ramfis, en su vesania, mandó a matar al hijo de don Miguel Ángel y a cocinar su carne, que luego se lo dio a comer al padre hambriento. Enterado el padre que la carne comida era la de su propio hijo, cayó en una angustia y depresión devastadora, que en pocos días lo llevó a la muerte. Esa era una de las cosas de las que disfrutaba Ramfis. En fin, todos los Trujillo padecían de un grave trastorno antisocial de aberrante personalidad.
Los títulos de Trujillo
13 – El título de generalísimo y de otros tantos de este tirano, – nos dice Conde Sturla -, los ganó en las constantes batallas que libró contra su pueblo. Así fue, Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Generalísimo Invicto de los Ejércitos Dominicanos, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria nueva, Primer Maestro de la República, Primer Médico de la República, Primer protector de la Iglesia, Primer cristiano, Primer Periodista de la República, Primer Abogado de la República, Primer Agricultor Dominicano, Primer Restaurador de la Independencia Financiera del país, Campeón del Anticomunismo en América, Paladín de la Libertad y Líder Supremo de la Democracia Continental, Protector de Todos los Obreros, Héroe del Trabajo, Padre de los Deportes, Patricio y prócer de la República, símbolo de la honestidad, esposo, padre y ciudadano ejemplar, Rector Magnífico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Doctor Honoris y causa de la Universidad de Santo Domingo, Primer Merecedor el Premio Nobel de la Paz. Para congraciarse abiertamente con las masas iletradas y lujuriosas, solo le faltó proclamarse, “Supremo Pato Macho y tiguere bimbín” de la República.
Continuará…