Mató a su marido para defenderse y la Justicia tucumana la imputó por “homicidio agravado por el vínculo”

Vanesa Osores fue imputada por el delito de "homicidio agravado por el vínculo".

EN ARGENTINA, Sábado, 20 Febrero, 2021.  La noche del 20 de septiembre de 2020, Vanesa Osores llamó al 911 porque su marido estaba herido de una puñalada en su casa del barrio San Cayetano, en el sur de Tucumán.

También mandó desesperada a su hermana a buscar a un policía, y la mujer volvió con uno que encontró patrullando la zona. Para ese momento, Javier Hernán Gómez ya estaba muerto y su esposa dijo que habían entrado a robarles.

Unos minutos después, entre lágrimas, confesó que lo había matado ella en un intento por defenderse de otro de sus ataques, de acuerdo a la publicación del portal Contexto Tucuman.

“Sufrí nueve años de violencia de género”, remarcó Vanesa en diálogo con el periodista José Inesta de TN.com.ar. La Justicia la imputó sin embargo por el delito de “homicidio agravado por el vínculo” y quedó detenida con prisión domiciliaria, debido a que tiene un hijo menor de edad con Síndrome de Down. “Nunca fue mi intención terminar con la vida de él”, aseguró, y después se lamentó: “Pero en ese momento era él o yo”.

Vanesa contó que durante casi toda la década que duró la relación, ella actuó como una madre con Gómez, intentando rescatarlo de sus adicciones. “Él tenía la necesidad de salir a drogarse y a tomar”, explicó. Ella intentaba alejarlo de todo eso “para cuidarlo”, pero él se enojaba y le pegaba sistemáticamente.

“La noche maldita”, como Vanesa la recuerda ahora, su marido llegó borracho a su casa y la forzó a tener relaciones sexuales con su bebé llorando en la misma cama junto a ellos.

Cuando la mujer se resistió y le gritó que se fuera de su casa, empezaron los golpes. También trató de estrangularla, y la amenazó. “Me dijo que antes de irse me iba a matar”, relató Vanesa, y agregó: “No me iba a dejar libre para que yo pudiera estar con otro hombre”. Entonces intentó zafarse y correr para escapar, y ocurrió la tragedia. “Me agarró del pelo y se me abalanzó con un cuchillo”, afirmó. Segundos después, en medio de un forcejeo, fue él quien terminó apuñalado.

De un momento al otro todo se volvió un caos. Al ver la sangre Vanesa se desesperó, intentó cubrirle la herida primero con un toallón para que no se desangrara y le hizo respiración boca a boca. Pero el daño era irreversible y no hubo tiempo siquiera de que llegara la ambulancia antes de que Gómez muriera.

“Yo solamente me defendí, pero estoy muy arrepentida. No soy una mala persona”, subrayó la imputada, mientras espera la fecha del juicio con una tobillera electrónica en su casa. A días de que se cumpla el plazo de la domiciliaria, Vanesa decidió hacer público su calvario. “No soy una asesina”, concluyó. /TN

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