VOTACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Por Felipe Mora
EN SANTO DOMINGO, Viernes 19 Junio, 2020: Después de tantos esfuerzos, y por el hecho de que cada voto es necesario, partidos políticos, Junta Central Electoral y la sociedad civil deben ser los más interesados que en estos tiempos de pandemia la abstención se vea reducida al mínimo porcentaje en las elecciones presidenciales y congresionales del domingo 5 de julio.
Con todo y que cada elector deberá presentarse a los centros de votación debidamente protegido, con mascarilla y guardando distancia, pronósticos hay de que a nivel general podría registrarse una baja considerable en el número de votantes. Pero que, en caso de ser necesario celebrar segunda vuelta el 26 de julio, el flujo de votantes podría superar las expectativas.
En el padrón electoral hay inscritos 6,934,053 electores, de los que 589,497 corresponden a la diáspora, donde en pasados comicios, y en tiempos normales, países hubo donde la abstención superó el 60%. Caso de España en 2008, con 68%, e Italia con 63%. Y en EEUU, el más representativo para la diáspora, para entonces fue muy elevada: 46%. Son tres países que han sufrido la pandemia del Covid-19 de forma implacable.
Pero más atrás hay antecedentes de altos niveles de abstención. En las elecciones congresionales y municipales de mayo 2010, en las tres áreas de mayor población, como el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo y Santiago, según datos de la JCE, el abstencionismo fue de 54.69%; 61.01%, y 48.53%, respectivamente.
Y en la consulta más reciente, municipales del 15 de marzo pasado, -según se desprende del último boletín que emitió la JCE- el porcentaje de los que no votaron pasó de 60 en los sitios de mayor población. De eso hace tres meses, cuando aún no había llegado el Coronavirus por estos lados del mundo. Ejemplos tenemos:
En el municipio Santiago el total de inscritos para los comicios del 15 de marzo era de 464,126. Los votos emitidos sumaron tan solo 159,326, para un 34.33%; en Santo Domingo Este votaron 250,607 electores, de un total de 676,540, para una abstención de 62.96%; en el Distrito Nacional acudieron a sufragar 371,133 de un total de 858,890, con abstención de 56.79%, y así sucesivamente.
Con todo y los distanciamientos recomendados, la pandemia podría resultar la excusa perfecta para que mucha gente opte por quedarse en casa el domingo 5 de julio, por eso de no asumir riesgos de contagio. Aún cuando en las últimas semanas, día tras día, las calles viven atestadas de público, haciendo caso omiso a las recomendaciones oficiales.
El Coronavirus, que ya este viernes llevaba en este país 25, 068 casos de contagio y 647 fallecidos –según cifras oficiales- pende como la espada de Damocles, ya que de seguir la curva ascendente ello podría dar lugar a una reducción considerable en la cantidad de votantes el 5 de julio.
Es una situación en que oficialistas y oposición deben poner todo el empeño en llevar mensajes de orientación a los electores, ya sea a través de los medios o mediante otras formas de propaganda, para que ese día el deber cívico esté por encima de cualquier temor.
EN SANTO DOMINGO, Viernes 19 Junio, 2020: Después de tantos esfuerzos, y por el hecho de que cada voto es necesario, partidos políticos, Junta Central Electoral y la sociedad civil deben ser los más interesados que en estos tiempos de pandemia la abstención se vea reducida al mínimo porcentaje en las elecciones presidenciales y congresionales del domingo 5 de julio.
Con todo y que cada elector deberá presentarse a los centros de votación debidamente protegido, con mascarilla y guardando distancia, pronósticos hay de que a nivel general podría registrarse una baja considerable en el número de votantes. Pero que, en caso de ser necesario celebrar segunda vuelta el 26 de julio, el flujo de votantes podría superar las expectativas.
En el padrón electoral hay inscritos 6,934,053 electores, de los que 589,497 corresponden a la diáspora, donde en pasados comicios, y en tiempos normales, países hubo donde la abstención superó el 60%. Caso de España en 2008, con 68%, e Italia con 63%. Y en EEUU, el más representativo para la diáspora, para entonces fue muy elevada: 46%. Son tres países que han sufrido la pandemia del Covid-19 de forma implacable.
Pero más atrás hay antecedentes de altos niveles de abstención. En las elecciones congresionales y municipales de mayo 2010, en las tres áreas de mayor población, como el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo y Santiago, según datos de la JCE, el abstencionismo fue de 54.69%; 61.01%, y 48.53%, respectivamente.
Y en la consulta más reciente, municipales del 15 de marzo pasado, -según se desprende del último boletín que emitió la JCE- el porcentaje de los que no votaron pasó de 60 en los sitios de mayor población. De eso hace tres meses, cuando aún no había llegado el Coronavirus por estos lados del mundo. Ejemplos tenemos:
En el municipio Santiago el total de inscritos para los comicios del 15 de marzo era de 464,126. Los votos emitidos sumaron tan solo 159,326, para un 34.33%; en Santo Domingo Este votaron 250,607 electores, de un total de 676,540, para una abstención de 62.96%; en el Distrito Nacional acudieron a sufragar 371,133 de un total de 858,890, con abstención de 56.79%, y así sucesivamente.
Con todo y los distanciamientos recomendados, la pandemia podría resultar la excusa perfecta para que mucha gente opte por quedarse en casa el domingo 5 de julio, por eso de no asumir riesgos de contagio. Aún cuando en las últimas semanas, día tras día, las calles viven atestadas de público, haciendo caso omiso a las recomendaciones oficiales.
El Coronavirus, que ya este viernes llevaba en este país 25, 068 casos de contagio y 647 fallecidos –según cifras oficiales- pende como la espada de Damocles, ya que de seguir la curva ascendente ello podría dar lugar a una reducción considerable en la cantidad de votantes el 5 de julio.
Es una situación en que oficialistas y oposición deben poner todo el empeño en llevar mensajes de orientación a los electores, ya sea a través de los medios o mediante otras formas de propaganda, para que ese día el deber cívico esté por encima de cualquier temor.