En el Día del Maestro…


Por Leonardo Mercedes

"Esto lo escribí hace 5 años, pero, como dije tanto, no me dio por escribir nada nuevo, sino por reproducirlo".

MARTES, 30 JUNIO, 2020: Hoy, 30 de junio 2019, Día del Maestro, me viene a la memoria con nostalgia aquel martes, 7 de enero de 1964, hace ya 55 años, cuando, teniendo apenas 18, me inicié en la docencia en mi ciudad natal, Barahona, en la "Escuelita de Dora" (Grupo Escolar Rafael L. Trujillo M., Leonor Feltz desde 1962) como profesor del 5to curso de hembras, siendo directora la excelente y gratamente recordada prof. Elsa Fernández, cariñosamente Pupa (QEPD).

Recuerdo que sólo duré un dia al frente de este curso, pues, ante el alboroto general que se armó en la escuela, porque me tocaron como alumnas adolescentes entre 13 y 16 años (!Imagínense!) Pupa y don Elino Franco (QEPD), encargado del plantel, convinieron en cambiarme para el 5to de varones, bajo la convicción expresa de que "Si se lo dejamos se lo van a comer vivo".

No dejaban de tener razón, el cambio fue acertado, los ánimos de la muchachada femenina de aquel histórico plantel bajaron su temperatura. (Recuerdo que en ese mismo local también habia estudiado mi madre y al frente, en la oficina de don Luis E. Delmonte, trabajaba un joven que, al verla pasar, le tiraba piedrecitas; ese esbelto y perfilado joven damero más tarde resultó ser mi padre).

Al producirse el cambio de cursos, entonces cayeron en mis manos como alumnos jóvenes casi de mi edad, entre ellos: Zumba Ramirez S. (QEPD), el gordo Robelin, Luis Gotay (QEPD), Ruquel, Mirelys, quien hoy debe ser un experimentado médico, Oscar Ventura, Rafaelito Pineda, Milciades Matos, Joaquín Feliz, Manuel el mecánico, y no se si tambien de ese grupo o del siguiente fueron Alejo, Pedrito Ruiz y otros.

De esa experiencia guardo muchos gratos e imborrables recuerdos.

Al reiniciar la UASD un nuevo año académico, en julio de 1966, pasada la guerra del 65 y las elecciones de ese año, volví a sus aulas en Santo Domingo y aquí continué la labor docente como prof. de Matemáticas en el Colegio San Luis Gonzaga, de la Av. Independencia, después en el liceo privado nocturno Padre Billini, de la zona colonial; en la escuela nocturna para adultos del Bo. Domingo Savio, prof privado de estudiantes universitarios, Prof. de repasos y preparacion para pruebas de estudiantes del CU-UASD, labor organizada, semestre tras semestre, por la Comisión Docente Salomón Lama, del BRUC.

Más adelante prof. de Matemáticas del Liceo Nocturno y Coordinador y Profesor de Cursos Superiores Especiales de la hoy Universidad Psicología Industrial Dominicana UPID.

Desde enero de 1993 soy docente de la Escuela de Arquitectura de UNIBE, hoy con la categoría de Prof. Adjunto, donde he impartido las asignaturas Estructuras I hasta la IV; Legislación, Ética y Precedimientos (Deontología, Legislación y Normas, Formulación de Proyectos (Factibilidad de Proyectos). En UNIBE hice la maestría en Educación Superior y el Diplomado en Evaluación Ambiental.

En mi periplo profesional desde 1975, cuando sali de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD tras concluír mis estudios, hice 3 esfuerzos a principios de los años '90 por incorporarme al cuerpo docente de mi alma máter, la UASD, a la que habia dedicado parte de mi vida y de mi juventud, pero en los 3 intentos fui bloqueado, sectaria y abusivamente, por clanes de gentes que ya se habian enquistado en su cúpula de poder y cuya mayoría no había aportado nada a su defensa y desarrollo en los años difíciles.

Es una cicatriz que llevo en mi alma, pero la herida que la produjo la he sabido superar sin permitir que muera en mi el amor por "La Universidad" del pueblo, a la que volvi para cursar la Maestría en Salud Pública en 1998-2000. Me la refresca y endulza el aprecio y el trato decente y afable que he recibido de autoridades y colegas en UNIBE y en UPID, así como también de compañeros de lucha con mejor suerte que yo, que lograron incorporarse a su cuerpo docente y escalar posiciones dirigenciales.

¡Que placer¡ Que satisfacción! Trabajar con la juventud es una felicidad de vivir que se disfruta en cualquier aula y escenario. Por ello, agradezco a los miles de jóvenes con los que en estos 55 años he compartido valiosas experiencias y momentos, su respeto, cariño y comprensión, dentro y fuera de las aulas, los que llevaré conmigo por siempre como aliento de vida y estímulo para seguir sirviendo a mi pais y a mi pueblo, tanto en las aulas, como en las tribunas o en las trincheras.

Para todos mi eterno amor, agradecimiento y respeto.
Leo Mercedes
Con tecnología de Blogger.