El fantasma de niña decapitada aterroriza a pueblo bonaerense

 
EN ARGENTINA, Sàbado 20 Junio, 2020: En un pequeño pueblo tierra adentro en la pampa bonaerense, donde apenas viven menos de diez habitantes, hay un bosque donde los lugareños eligen no estar cuando cae la tarde . Dicen que pierden muy fácilmente la orientación y ven siluetas extrañas.

Allí, en las inmediaciones de una capilla neogótica abandonada, el espectro de una niña que halló la muerte entre 1904 y 1910 por el zarpazo de una leona que la decapitó amenaza la natural tranquilidad de este olvidado rincón donde en los primeros años del siglo XX se asentó la esplendorosa estancia La Matilde (luego se conocida como Montelén), uno de los establecimientos agrícola ganaderos más importantes del país.

Alrededor de la estancia se formó un pueblo. "Tuvo todo tipo de excentricidades, incluso existió un zoológico privado con jaula para leones , que dio origen a la tragedia", sostiene Juan Luján Caputo, vecino e historiador local.

"Todos quieren ver el fantasma de la niña" , afirma Caputo. En el periodo de tiempo que se menciona, hubo una muerte trágica en la estancia. Juan Francisco Salaberry y su esposa, Matilde Bercetche, los propietarios, crearon un pequeño feudo del que llegaron a depender directa o indirectamente más de 1000 personas y hasta formaron un pueblo que se bautizó con el apellido Salaberry (es conocido como Máximo Fernández, el nombre de la estación de tren), en el partido de Bragado, provincia de Buenos Aires.

"La Matilde llegó a tener una pajarera de cien metros de largo por diez de alto con las aves más exóticas y un zoológico privado con bestias traídas de lejanos países", atestigua Caputo. El paisajista francés Carlos Thays diseñó el parque, que incluyó un lago artificial y una pérgola. Varias jaulas exhibían animales. "Lo más raro fue que los Salaberry tenían una osa africana y una polar", cuenta el historiador. Para la segunda, y con el fin de mantener el improvisado hábitat, tuvieron que montar una fábrica de hielo, que lo producía las 24 horas del día. "El problema surgió en la jaula de los leones", afirma.

No se sabe con certeza la edad, sí que se trató de una niña, algunos dicen que fue la hija o la nieta (y que acaso se llamaba Amalia) del cuidador de la jaula y responsable de darle de comer a los leones. Un día se acercó demasiado y de un zarpazo, el felino la decapitó, segùn dice la publciaciòn del diario digital argentino "Contextotucuman".

"Pensamos que extendió un brazo, imitando a su padre cuando alimentaba a las fieras y la desmembró", sugieren desde la administración actual de la estancia. "Fue una tragedia y se vivió como tal", confirma Caputo. Los restos -según creencias de la zona- habrían sido enterrados en el propio predio donde en 1914 la familia Salaberry decidió construir una imponente iglesia neogótica con materiales traídos de Europa. Las apariciones comenzaron y la leyenda nació.

Otro testimonio de peso que confirma la muerte la da el doctor Mario Corte, desde Bragado. Su padre fue médico de la estancia y en efecto, asegura que la muerte de la niña fue real y sucedió a través de las garras de una leona .

"Un peón de la estancia que llegó de Italia en 1926, llamado Ernesto Gasparini, me contó que los padres y abuelos de la niña comenzaron a ver el fantasma después de su muerte ", asegura Caputo, quien recorrió el lugar donde ocurrió el hecho (hoy en ruinas) junto a este hombre cuando tenía cerca de 90 años. "En esa jaula murió la niña", le señaló.

"Todo el vecindario de la estancia y del pueblo la hacen una historia verídica", sentencia. El lugar elegido por la presencia sobrenatural es la capilla y el bosque. "Es parte de la historia del lugar, el fantasma puede existir, la leyenda está basada en una historia real", aseguran desde Montelén./La Nación


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