El experimento de un pueblo italiano que redujo a cero los contagios de COVID-19
La imagen muestra a los carabinieri reforzando el aislamiento del hospital de Schiavonia. (Foto Roberto Silvino/NurPhoto via Getty Images)
EN ITALIA, Jueves 19 Marzo, 2020: La infección del COVID-19 llegó a la población de Vo Euganeo, en la provincia de Padua, el 22 de febrero y para el 13 de marzo las autoridades habían frenado los contagios. Toda la población fue sometida a la prueba y los infectados fueron aislados y trasladados a centros hospitalarios.
La infección del COVID-19 llegó a la población de Vo Euganeo, en la provincia de Padua, el 22 de febrero y para el 13 de marzo las autoridades habían frenado los contagios. Toda la población fue sometida a la prueba y los infectados fueron aislados y trasladados a centros hospitalarios. La imagen muestra a los carabinieri reforzando el aislamiento del hospital de Schiavonia. (Foto Roberto Silvino/NurPhoto via Getty Images)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene la razón: un experimento en un pequeño pueblo italiano, que ha logrado detener los contagios en el epicentro del brote de coronavirus en Europa, ha comprobado que para vencer al COVID-19 hay que aumentar el número de pruebas que confirmen o descarten el virus.
Vò, población de 3.300 habitantes ubicada a unos 70 kilómetros de la icónica Venecia, fue uno de los 11 poblados que participaron en un estudio que involucró la realización de análisis de COVID-19 a toda su población y la imposición de una estricta cuarentena a las personas infectadas y sus contactos.
La prensa italiana informó que las autoridades lograron detener completamente los contagios de COVID-19 en Vò, luego de que todos los habitantes fueron sometidos a las pruebas del coronavirus dos veces aunque no tuvieran síntomas.
Vò no ha registrado nuevos casos desde el viernes 13 de marzo.
El alcalde de Vò, Giuliano Martini, dijo a la prensa local que "las pruebas fueron vitales y han salvado muchas vidas".
Andrea Crisanti, un experto en enfermedades infecciosas del Colegio Imperial de Londres que ha participado directamente en la investigación, dijo que a la radio y televisión italiana que las continuas pruebas realizadas a toda la población marcaron la diferencia.
El investigador, quien dedica su año sabático a investigar en la Universidad de Padua, instó a los países que han limitado la realización de pruebas para diagnosticar el coronavirus, como España, Estados Unidos y Gran Bretaña, que aprendan la lección de esa pequeña localidad y aumenten el porcentaje de personas analizadas.
Crisanti dijo que en Vò analizaron a todos los ciudadanos, hasta los que no tenían síntomas, y aprendieron que de cada 10 personas con COVID-19 sólo uno presenta síntomas.
"En Bran Bretaña, hay una gran cantidad de infecciones que son completamente ignoradas. Nosotros logramos contener el brote aquí porque identificamos y eliminamos las infecciones ocultas y las aislamos", explicó al Financial Times sobre la estrategia de Vò.
Admitió que no pueden hacer la prueba a todos los italianos, pero es posible hacer análisis a las personas cercanas a los que fueron asintomáticos. "Debemos usar los casos asintomáticos como la campana de alarma para ampliar nuestra acción", dijo el científico.
Los expertos coinciden en que los pocos convencionales experimentos en Vò permitieron a los investigadores tener un "panorama epidemiológico" de la enfermedad.
Las pruebas comenzaron como una medida improvisada después de que fue confirmada la primera muerte relacionada como el virus el 22 de febrero. Aunque aún no está claro por qué el norte de Italia concentró el mayor número de casos, Crisanti y otros científicos han sugerido que el motivo podía ser su estrecha relación comercial con China.
En la primera ronda de pruebas, que se realizaron a finales de febrero, encontraron que el 3 por ciento de la población estaban infectados, aunque más de la mitad de los portadores no tenían síntomas.
Después de aislar a los infectados, la segunda prueba se realizó 10 días después y mostró que la infracción había caído en 0,3 por ciento.
Pero lo más importante fue que en la segunda ronda identificaron a seis individuos que tenían el virus y ningún síntoma, pero pudieron ser colocaron en cuarentena. "Si ellos no hubieran sido identificados , infección hubiera continuado", aseguró Crisanti.
El miércoles 18 de marzo, Italia tenía unos de 2.500 muertos y casi 31.500 casos confirmados de COVID-19.
Error británico
Cuando Crisanti hablaba de la situación británica se refería a la estrategia de la "inmunidad de grupo", en la que se permite que la mayoría de las personas se contagien para que desarrollen una resistencia e inmunicen a la comunidad.
La coordinadora de emergencias sanitarias europeas de la OMS, Dorit Nitzan, advirtió que probablemente la británica no era la estrategia adecuada porque era un virus nuevo y aún tenían mucho que aprender.
Las autoridades británicas no recomiendan pruebas a los pacientes con síntomas respiratorios leves. Pero el fuerte repunte de los casos positivos han obligado al primer ministro Boris Johnson a girar el timón hacia unos esfuerzos más firmes para frenar la curva de contagios con el objetivo de no saturar el servicio público de salud y limitar la cifra de muertos.
En la norteña región de Veneto, donde se encuentra la provincia de Padua, las autoridades decidieron aumentar el sistema de pruebas hasta sumar al menos 11.000 frotis al día. "Si alguien llama a la línea del virus y dice que está enfermo, toda la familia, sus amigos, y el edificio será sometido a una prueba", indicó Crisanti.
Luca Zaia, el presidente de Veneto que dio el visto bueno al proyecto de Vò, reafirmó su posición y dijo que las pruebas masivas eran las vitales para frenar el virus.
Mariángela Velásquez / Yahoo Noticias