EL PERSONAJE DEL DOMINGO: ALTAGRACIA BIENVENIDA GONZÁLEZ MÉNDEZ (Gasola)
Hija de Don Faustino Méndez y de Doña Eudocia De la Cruz González Suberví, Altagracia Bienvenida nació en la ciudad de Neyba, provincia Bahoruco, el 18 de marzo del 1918. A esta ciudad de Barahona arribó el 29 de marzo del 1926 junto a su madre y aquí completó su crianza.
Con el nivel medio de la educación sin concluir, el 8 de agosto del 1935 ingresó al sistema educativo oficial como Maestra. A los veintidós años participó en un concurso para optar por el puesto de Maestra del primer grado y, resultando ganadora, se desempeñó en la misma escuela como maestra-directora en el poblado de Bahoruco en la zona costera.
En 1950 contrajo matrimonio con el teniente Policía Nacional pensionado Amable Ramírez Montero, con quien procreó a Eddy Amable, Francisco José, Marcelina Eudocia y Daysi Altagracia Ramírez González, y junto a ellos crio a varias de sus sobrinas y a muchos otros quienes, aunque no fueron parte de su familia biológica, fueron tratados y educados como hijos propios.
En términos sociales y culturales, Altagracia se destacó como educadora de varias generaciones de la comunidad de Bahoruco y de la de esta ciudad de Barahona, educando a niños, a jóvenes y a adultos, no importaba quiénes fueran, siempre que tuvieran interés de aprender.
Una semblanza escrita por su sobrina e hija de crianza Justa Altagracia Gómez Cuello narra cómo Altagracia, durante sus años de servicio en Bahoruco, además de su dedicación a la enseñanza, fungía como soporte de cada uno de sus habitantes: madre, amiga incondicional y consejera, quien nunca dijo no ante los problemas que se le planteaban, ya fueran personales o económicos. La Maestra, como todos la llamaban, era conocida así más que por su propio nombre.
Continúa narrando la antedicha hija que, “por su gran labor a favor de la enseñanza”, Altagracia recibió varios reconocimientos, entre ellos Premio al Maestro otorgado por el presidente Trujillo, quien la felicitó por el discurso de gracias pronunciado para la ocasión. Por su labor y consagración en beneficio de sus alumnos, le fue otorgado el segundo lugar de los premios auspiciados por las autoridades oficiales. Jubilada en 1962, fue reemplazada por otra ilustre Maestra, Francisca Ramírez de Gómez -Pirula- y se trasladó a la ciudad de Barahona, donde siguió enseñando a los hijos de sus amigos, familiares y a los propios.
En 1992, el Consejo Nacional de Drogas le otorgó un reconocimiento ʺPor sus valiosos y desinteresados aportes en pro de un Barahona mejorʺ.
Fallecida el 15 de abril del 2001, el Ayuntamiento Municipal de Barahona la nombró Hija Meritoria de la sección Bahoruco. El centro educativo que dirigió, hoy liceo correspondiente al nivel medio de la educación dominicana, fue designado con su nombre.
Por Àgueda Ramìrez.,
Domingo 23 Octubre, 2019.
Con el nivel medio de la educación sin concluir, el 8 de agosto del 1935 ingresó al sistema educativo oficial como Maestra. A los veintidós años participó en un concurso para optar por el puesto de Maestra del primer grado y, resultando ganadora, se desempeñó en la misma escuela como maestra-directora en el poblado de Bahoruco en la zona costera.
En 1950 contrajo matrimonio con el teniente Policía Nacional pensionado Amable Ramírez Montero, con quien procreó a Eddy Amable, Francisco José, Marcelina Eudocia y Daysi Altagracia Ramírez González, y junto a ellos crio a varias de sus sobrinas y a muchos otros quienes, aunque no fueron parte de su familia biológica, fueron tratados y educados como hijos propios.
En términos sociales y culturales, Altagracia se destacó como educadora de varias generaciones de la comunidad de Bahoruco y de la de esta ciudad de Barahona, educando a niños, a jóvenes y a adultos, no importaba quiénes fueran, siempre que tuvieran interés de aprender.
Una semblanza escrita por su sobrina e hija de crianza Justa Altagracia Gómez Cuello narra cómo Altagracia, durante sus años de servicio en Bahoruco, además de su dedicación a la enseñanza, fungía como soporte de cada uno de sus habitantes: madre, amiga incondicional y consejera, quien nunca dijo no ante los problemas que se le planteaban, ya fueran personales o económicos. La Maestra, como todos la llamaban, era conocida así más que por su propio nombre.
Continúa narrando la antedicha hija que, “por su gran labor a favor de la enseñanza”, Altagracia recibió varios reconocimientos, entre ellos Premio al Maestro otorgado por el presidente Trujillo, quien la felicitó por el discurso de gracias pronunciado para la ocasión. Por su labor y consagración en beneficio de sus alumnos, le fue otorgado el segundo lugar de los premios auspiciados por las autoridades oficiales. Jubilada en 1962, fue reemplazada por otra ilustre Maestra, Francisca Ramírez de Gómez -Pirula- y se trasladó a la ciudad de Barahona, donde siguió enseñando a los hijos de sus amigos, familiares y a los propios.
En 1992, el Consejo Nacional de Drogas le otorgó un reconocimiento ʺPor sus valiosos y desinteresados aportes en pro de un Barahona mejorʺ.
Fallecida el 15 de abril del 2001, el Ayuntamiento Municipal de Barahona la nombró Hija Meritoria de la sección Bahoruco. El centro educativo que dirigió, hoy liceo correspondiente al nivel medio de la educación dominicana, fue designado con su nombre.
Por Àgueda Ramìrez.,
Domingo 23 Octubre, 2019.