Éxodo rural en zona fronteriza favorece ingreso haitianos a RD


EN ELÌAS PIÑA, 21 Marzo, 2019:Trabajadores civiles y militares continuaban ayer la construcción de un muro, así como infraestructuras para el control fronterizo y de aduanas en la comunidad El Carrizal, en la provincia de Elías Piña, zona que el gobierno de Haití reconoció que es parte del territorio dominicano.

Ayer la cotidianidad en la provincia se desenvolvió con normalidad, luego que la semana pasada grupos de haitianos atacaran a militares de República Dominicana alegando que los terrenos pertenecen al vecino país.

Cerca del 87.2% de los inmigrantes que se establecen en República Dominicana son de origen haitiano

Las precariedades económicas y sociales que enfrentan las provincias en la zona fronteriza obligan a gran parte de sus habitantes dominicanos a emigrar hacia la ciudad, lo que permite a los nacionales haitianos ingresar y ocupar esos espacios con facilidad.

Esto lo hacen a través de los diferentes puntos de control militar que están a lo largo de la frontera. Como en El Carrizal, en Elías Piña, donde el pasado viernes se produjo un enfrentamiento entre militares dominicanos y civiles del vecino país que se oponían a la construcción de un muro perimetral y una obra que albergarían oficinas estatales en un espacio que la comunidad haitiana de Belladére reclamaban como suyo.

El incidente, que dejó como saldo un haitiano muerto y dos heridos, detuvo momentáneamente el levantamiento de las obras, sin embargo, el lunes se retomó. Según una investigación que realizó el Ministerio del Interior de la República de Haití, los funcionarios del vecino Estado concluyeron que donde se construye pertenece al territorio dominicano.

En las provincias fronterizas, que tienen los Índices de Desarrollo Humano más bajos registrados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los haitianos no sólo sustituyen a los criollos en las labores agrícolas y domésticas, sino que en algunos barrios se han constituido en mayoría, desde Pedernales hasta Pepillo Salcedo, y especialmente en el llamado sur profundo.

En esa misma comunidad de Elías Piña, ubicada en el municipio de Comendador, el alcalde Israel Aquino asegura que más de la mitad de la población allí proviene del vecino país. Advirtió que esa problemática ha afectado incluso el presupuesto que recibe su ayuntamiento.

“Como en todas las provincias de la zona fronteriza, la población de haitianos es alta. Pero aquí, creo que es una de las que más tiene. Lo malo no es que estén, porque el país está lleno de extranjeros, lo que sucede es que si están de forma ilegal, incrementa el problema social que provoca la inmigración sin control”, consideró Aquino.

“Los recursos que recibimos del Estado para poder realizar obras y mejorar la situación del municipio, lo tenemos que destinar a varios servicios, que benefician precisamente a esos inmigrantes, pero que los beneficiaría más si tuvieran sus papeles y anduvieran por la regla. Pero el mayor gasto se hace prácticamente en ellos”, dijo el alcalde.

Aquino manifestó que aunque en el ayuntamiento no se tiene un registro de la cantidad exacta de nacionales haitianos en la zona, los intentos por contabilizarlos apuntan a que ascienden a más del 60%.

Aseguró que, de acuerdo con las estadísticas regionales del Ministerio de Salud Pública, cada vez que nace un niño dominicano en algunos de los hospitales de la región fronteriza, han nacido dos niños haitianos.

“Las zonas rurales de todas las provincias de la franja fronteriza están llenas de haitianos, como consecuencia de la misma escasez de recursos económicos que caracteriza la zona y obliga a los campesinos a irse. Una provincia que no tenga una fuente de empleo sólida, es vulnerable”, dijo Aquino.

Entre tanto, lamentó que la masiva migración de los campesinos dominicanos hacia la ciudad de Santo Domingo o cualquier otra provincia con mayores oportunidades, “lo único que refleja es la problemática socioeconómica que vive el país, o sus comunidades fronterizas, porque por la falta de empleo y condiciones, los jóvenes se niegan a seguir el camino de su padres, que generalmente se dedican a la agricultura”.

De acuerdo con el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), desde finales de los 90 la población rural de la República Dominicana ha mantenido tasas de decrecimiento.

Según registros de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en el año 2000 habían 3,216,816 personas en los campos. La misma entidad estima que para dentro diez años, en el 2029, los campos dominicanos podrían tener tan solo 1,900,870.

En el caso de Elías Piña, Aquino aseguró que todos los alcaldes de esa provincia sostienen continuamente encuentros con sus pares al otro lado de la frontera para buscar solución al problema migratorio, pero también para desarrollar programas que beneficien a ambas naciones pero no vulnere el sistema de soberanía.

“Cada cierto tiempo motivamos un acercamiento entre los alcaldes haitianos y nosotros, porque sabemos que la situación les afecta a ellos también. Ningún país desea que un ciudadano se vaya y no aporte económicamente, eso fractura la economía nacional”, expresó.

Comedador es considerado uno de los puntos comerciales más activos en toda la zona fronteriza, que tiene una longitud de aproximadamente 400 kilómetros. “Ambos países nos necesitamos. Ellos se benefician del comercio grandemente, al igual que nosotros también, porque es el potencial económico más cercano que tenemos para el intercambio de mercancías”, señaló.

De acuerdo con el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, cerca del 87.2% de los inmigrantes que se establecen en República Dominicana son de origen haitiano, y de estos un 76.4% trabaja en la agropecuaria, comercio y la construcción. /Fuente: El Caribe/.
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